Néstor Rego: "¿Un concierto como el vasco en Galicia? Para eso tiene que haber un cambio político en la Xunta"
Segunda parte de la entrevista al parlamentario nacionalista Néstor Rego (1962). Después de conversar con Galiciapress sobre un posible pacto para investir a Sánchez o la valoración del BNG ante una hipotética Ley de Amnistía, Rego responde a preguntas de ámbito autonómico, como la posibilidad de que se produzca un adelanto de las elecciones gallegas, las posibilidades del BNG en esos comicios o la idoneidad de modificar el Estatuto de Autonomía.
La actualidad política en Galicia gira en torno a la posibilidad de que se convoquen elecciones anticipadas. De no haber un acuerdo para la investidura y tener que repetirse las generales, es muy probable que también se convoquen las autonómicas. ¿Cree que podría darse ese escenario?
Podría darse. Se va a dar un escenario de adelanto electoral, no sé cuándo y antes de Navidad parece complicado o casi imposible. Supongo que lo más probable es que pueda ser en primavera. Lo que es evidente que el PP convocará las elecciones cuando ellos consideren que le viene mejor, con esa lógica de interés partidista. De cualquier forma, el BNG no va a criticar que se adelanten las elecciones.
Estamos en un periodo en el que sería un adelanto técnico, pero no se hará porque que se produzcan las elecciones en Galicia es una oportunidad para verificar el cambio político que necesita este país y que es un cambio importante, no solo con la derrota del PP, sino implantar políticas diferentes, con un Gobierno encabezado por el BNG que actúe como gobierno de este país, de esta nación, que defienda los intereses de los gallegos y gallegas frente a un gobierno que siempre funcionó al dictado de lo que mandaban en Génova. Con Alfonso Rueda se acentuó el papel sumiso de lo que decidan en Madrid. Creo que eso es lo importante en unas elecciones que tienen que implicar un paso de página tras tantos años de desgobierno del PP.
El BNG llegaría a las elecciones gallegas en un buen momento en lo que a perspectiva de voto se refiere. No obstante, los resultados del 23 de julio fueron más cortos de lo esperado, cuando contaban con, al menos, dos escaños en el Congreso. ¿Cuál es el análisis que hace de este resultado?
Es evidente que fueron unas elecciones generales complejas. Por un lado está la estatlización de la campaña, en el sentido de que hubo una omnipresencia de las fuerzas de ámbito estatal en los medios de comunicación, y polarización, porque el PSOE aprovechó la coyuntura para apelar al voto útil para frenar a un hipotético gobierno de la derecha y la ultraderecha. Es cierto que ese miedo a las derechas hizo que muchas personas que podrían tener como primera opción de voto al BNG acabasen apostando a otras fuerzas políticas. Lo vieron así pese a nuestro esfuerzo en explicar que los diputados y diputadas del BNG serían exactamente igual de útiles para frenar a las derechas, como lo fuimos en 2019 y como lo fuimos ahora en la investidura de Feijóo, y seríamos mucho más útiles a la hora de defender los intereses de Galicia.
Pero estamos convencidos de que en unas elecciones gallegas, porque cada proceso electoral tiene una dinámica diferente, el BNG va a contar con muchos de esos votos y con los votos nuevos, tanto de gente que no votó en las generales o que lo hizo por otras alternativas. Hoy buena parte de la sociedad gallega ve al BNG como la alternativa incuestionable al BNG en Galicia y a Ana Pontón como la líder de esa fuerza que puede derrotar al PP y el cambio que mucha gente está esperando. Y no hablamos por hablar, esto ya lo reflejan los resultados electorales en la medida en la que por primera vez, y a diferencia de lo que ocurría en otras ocasiones, el PP no tiene la mayoría de votos en el país.
CONCIERTO GALLEGO Y LEY DEL LITORAL
En lo que a competencias se refiere, Ana Pontón reclamó el lunes un concierto para Galicia como el de Euskadi y Navarra. ¿Será esta otra de las condiciones que pondrá el BNG al PSOE en la negociación?
Sabemos que esto es difícil que se pueda encajar en un acuerdo de investidura. Falta una pata fundamental: necesitamos un Gobierno de Galicia con voluntad de asumir ese modelo de financiación, que lo reclame y lo defienda. Para eso tiene que haber un cambio político en Galicia. Estamos convencidos de que esa es la solución. Es evidente que a Euskadi y a Navarra con ese sistema no les fue nada mal: son la primera y la segunda comunidad en indicadores socioeconómicos y de bienestar. Queda claro que nuestro país pierde cada año muchos recursos por la vía del drenaje de los impuestos.
A pesar de que todavía hay muchos que insisten en que no, que Galicia perdería y que nosotros vivimos subsidiados de la caridad de España. Eso no es verdad. Hay estudios que si se hacen con rigor son incuestionables. Ya se publicó un dato el año pasado con la diferencia entre lo que el Estado recaudó en Galicia y lo que después devolvió, con 5.080 millones de euros en 2022, aunque Galicia tuviese que transferir al Estado entre 1.000 y 2.000 millones, hablamos de que podríamos incrementar el recurso de la administración gallega en 3.000 millones de euros. Recursos muy necesarios para mejorar los servicios públicos, promover la actividad económica, para políticas de vivienda, para políticas sociales…para muchos elementos que Galicia necesita en función de ese déficit que tiene con España en indicadores socioeconómicos y de nivel de vida.
Hay que ir hacia eso. Es una propuesta basada en la confianza en el pueblo gallego. Nosotros vivimos de nuestro trabajo, somos capaces de vivir por nosotros mismos, que nos vengan contando cuentos con que vivimos de la caridad de otros. Esta realidad se produce a pesar de otro elemento clave, como es que existan 4.000 empresas en nuestro país, entre ellas todas las grandes empresas, que pagan el impuesto de sociedades en Madrid por tener allí la sede. Esto supone un expolio de recursos fundamental.
Con independencia de que consigamos o coloquemos sobre la mesa el modelo de concierto económico, lo que vamos a reclamar es que, si finalmente la solución no va por ahí, se modifiquen los actuales criterios del modelo de financiación para que Galicia no siga siendo la perjudicada, porque lo es y mucho. Que se tenga en cuenta con mayor peso cuestiones como el envejecimiento, la dispersión de la población, que encarece muchísimo cualquier servicio, o que se tenga en cuenta que las empresas que actúan en un determinado territorio tengan que pagarlo en ese territorio porque es lo justo. El ejemplo de las energéticas aprovechan nuestros recursos, nuestro viento, nuestra haga, dejen aquí el impacto ambiental y luego paguen los impuestos en la Comunidad de Madrid.
También el martes fue presentado el recurso ante el Constitucional por parte del Gobierno de España con motivo de la Lei do Litoral que impulsa el Gobierno de Alfonso Rueda al considerar que “invade competencias estatales”. Justo ese día el BNG presentó en sus propuestas el desarrollo del Estatuto de Autonomía para conseguir nuevas competencias para Galicia. ¿Será necesario modificar el Estatuto en un futuro inmediato?
Nosotros ya defendimos eso, pero el PP no quiso. Para empezar me parece una barbaridad que el Gobierno impugne ante el Constitucional esa ley. Nosotros no la apoyamos, nos abstuvimos, porque nuestra propuesta era mucho más ambiciosa. El BNG quiere la competencia en la gestión del litoral, pero también sobre su ordenación, tener capacidad normativa en relación con nuestro litoral, porque, si no, te limitas a ser gestor de lo que deciden otros. Y también defendimos que era bueno dar más seguridad jurídica con una modificación del Estatuto, para esta y para otras competencias. En todo caso, criticamos que el Gobierno optase por recurrir esta ley al Constitucional. No tiene sentido.
El Gobierno a lo que tiene que estar, y eso sí se lo vamos a exigir, es en disposición de ceder todas aquellas competencias que reclame el Parlamento de Galicia o que se contemplen en el Estatuto. Y algunas son muy importantes. Tanto como esta del litoral. Por ejemplo: la competencia sobre tráfico, seguridad vial y seguridad pública, la competencia sobre salvamento marítimo y la lucha contra la contaminación marítimo. Carece de sentido que estas decisiones se tomen en Madrid, a 600 kilómetros tierra adentro. ¿Quién conocerá mejor lo que ocurre en nuestras costas que nosotros mismos? Hay que avanzar en esa dirección y el Gobierno de coalición da un paso equivocado.
La única forma para que se produzca un cambio de actitud es que el BNG tenga la llave de la Gobernabilidad de las mayorías en el Congreso para forzar. Porque si no hay dos fuerzas políticas que se alimentan entre ellas: el PP desde la Xunta no reclama competencias, esta fue una excepción por cuestiones concretas y explicables, y como el Gobierno de Galicia no las reclama el Gobierno de España se despreocupa. Cuando el Gobierno de Galicia pone una competencia aunque sea mínima entonces es cuando actúa. Creo que hay que cambiar esta situación. No deja de ser paradójico que una fuerza política que no se declara autonomista como el BNG, que somos soberanistas, seamos la única fuerza política que reclama que al menos se complete lo previsto en el Estatuto de Autonomía. Y aquellas como el PP o el PSOE que sí se declaran autonomistas no lo hacen. En fin, este es el país que tenemos.
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