El PSdeG-PSOE celebra su XV Congreso Nacional el fin de semana del 8 al 9 de marzo y puede ser oportuno desgranar algunas opiniones sobre esta organización, su presente y su futuro. En un artículo anterior en este mismo medio (https://www.galiciapress.es/articulo/opinion/2024-12-13/5106445-viaje-ninguna-parte-socialdemocracia-gallega) yo ya preguntaba si se mantenía en la línea histórica de partido galleguista y socialdemócrata. También debería haberme preguntado si, por fin, el partido era capaz de finalizar las constantes reyertas internas que tanto dañan su imagen. En las vísperas del citado congreso debo reconocer que, en opinión de quién esto escribe, las dudas sobre todo lo anterior están más que justificadas.
Dado el estado de debilidad en que actualmente vive el PSdeG-PSOE y en el marco de la profunda crisis (terminal?) que atraviesa la vieja socialdemocracia europea, no parece que le sea fácil dibujar un perfil socialdemócrata para Galicia. Si el empleo y el bienestar social fueron las principales señales de identidad de aquella, en la actualidad y en el marco de una crisis del modelo neoliberal dominante en las últimas décadas tal que rompió todos los esquemas, parece necesario ampliar a fondo el perfil socialdemócrata y añadir a las viejas reivindicaciones otras más actuales como la lucha contra el cambio climático y la crisis ambiental, la defensa de un nuevo modelo de crecimiento económico sostenible y no especulativo, el feminismo y la batalla contra todo tipo de desigualdad, la búsqueda de la paz en el mundo...reivindicaciones que en su conjunto dibujan una estrategia más amplia y pluralista.
También un perfil galleguista, hoy muy necesario dado el retroceso soberanista que el largo mandato conservador (PPdeG) está provocando en Galicia, actualmente convertida más en una región que en un país. Un perfil que debe plasmarse políticamente tanto en la reivindicación de una nueva lectura del actual Estatuto de Autonomía (resulta indiscutible que la Galicia de hoy no es la de 1981), como en la defensa de una reforma fiscal y un nuevo sistema de financiación autonómica. Todo lo eres en un marco político-cultural de defensa de un idioma que esmorece por razones políticas y que tienen al PPdeG cómo uno de sus principales responsables.
Si a nivel ideológico y estratégico se echan en falta principios e ideas claras, a nivel orgánico la imagen que refleja el PSdeG-PSOE es la de un partido muy burocratizado, con indiscutibles fallos a nivel de democracia interna y con un debilitado pulso social a pesar de su notable fuerza municipal. Un partido donde los personalismos y las luchas fratricidas concentran demasiadas energías como, por caso, estamos viendo en estos días cuando lo que era un enfrentamiento en el grupo local de Compostela acabó convirtiéndose en un pulso político entre distintas familias que no parecen ser quienes de dejar al margen los personalismos y convertir las lógicas diferencias de una organización plural en un proyecto colectivo en el que todos tengan cabida y sepan convivir en camaradería.
Será este XV Congreso Nacional el escenario que cree las condiciones políticas para que el PSdeG-PSOE se dote de una estrategia y una táctica ajustadas a la realidad actual de Galicia? Será también quién de crear orgánicamente un espacio político donde los personalismos y las luchas cainitas cedan el paso a la camaradería y a la fraternidad entre sus militantes?
Galicia necesita eso, por tal razón veremos si son quien de estar a la altura de sus responsabilidades con el país gallego o por lo contrario siguen con su particular bolero de Ravel.
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