Pere Aragonés tendrá presupuestos pronto, hay cambio de cromos

 Illa está interpretando un papel nada agradable al que tiene que poner buena cara y de vez en cuando soltar alguna para que no se diga. Sabe los costes que están teniendo los acuerdos de Sánchez, No las tiene todas consigo. Ha pasado de ser un posible ganador y posible presidente de la Generalitat de Catalunya a esperar que los votantes no cambien de idea

Pere Aragonés, presidente de la Generalitat de Catalunya, está nervioso. Los presupuestos para este año no están aún aprobados. Los partidos de la oposición, que son todos en estos momentos - veremos dentro de unos días-, les ponen pegas para votarlos, especialmente Junts.  La CUP,  por su parte, se abre a negociarlos, pero con condiciones: no a al Hard Rock, no a la B-40 o no a la ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas-el Prat. Casi nada es lo que piden los cupaires.

Por su parte al PSC, diga lo que diga su líder, Salvador Illa - “no habrá cambios de cromos”, afirma- no le quedará más remedio que finalmente claudicar y votar que sí, pese a que en los presupuestos del 2023 el gobierno de Aragonés no ha cumplido las promesas realizadas a Illa para apoyarlos. ¿Qué sucede con en Comú Podem? Que hará lo mismo que el PSC, votarlos. Son las contrapartidas que deben dar para que ERC apoye en el Congreso los tres decretos que se tendrán que aprobar este miércoles, que son las primeras propuestas de esta legislatura del Gobierno de Sánchez, en el que los comunes forman parte del gobierno. Es el intercambio de cromos, si o si.

Pere Aragonés tendrá sus presupuestos, será más pronto que tarde, por mucho que PSC y En Comú Podem se hagan de rogar.  Conocedor de la situación, el presidente de la Generalitat ya ha mantenido reuniones - otros también- con las dos formaciones. Con Junts los problemas de entendimiento son muchos, además de la lucha que tienen para ver quién consigue más cosas de Sánchez por decir si en el Congreso, y de demostrar que ellos son los auténticos defensores de Catalunya. ¿Esperan que Sánchez autorice un referéndum “pactado”? Al menos públicamente eso dicen. Es una situación muy peligrosa, poco transparente y de mercadeo puro y duro.

Si los presupuestos de la Generalitat salen adelante, Aragonés podrá respirar tranquilo: concluirá la legislatura y llegará al 2025 con el mandato terminado y convocatoria de elecciones. Todo un logro teniendo en cuenta que desde hace unos años siempre se han adelantado los comicios en Catalunya. ¿Lo conseguirá? Creo que sí, aunque en política, las matemáticas no son exactas, sino que dependen de otras variantes. Así es la política y los que la hacen. Decía Séneca que “la fidelidad que ha sido comprada con dinero puede ser vencida por el dinero”.

Como este miércoles  en el Congreso se tienen que retratar todos los partidos - algunos está claro lo que votarán- el PP se lo está pensado y puede que en alguno de los tres se abstenga. Las cosas estarán un poco más claras y servirá de muestra de lo que puede suceder en Catalunya, donde el PSC está preso de su partido “hermano” el PSOE.  Salvador Illa está interpretando un papel nada agradable al que tiene que poner buena cara y de vez en cuando soltar alguna para que no se diga. Sabe los costes que están teniendo los acuerdos de Sánchez, No las tiene todas consigo. Ha pasado de ser un posible ganador y posible presidente de la Generalitat de Catalunya a esperar que los votantes no cambien de idea. Ya no sirve el miedo de Vox, la situación ha cambiado. De todas formas, lo que hoy es blanco, mañana puede ser gris o marrón. “Cuando la batalla se recrudece, se aprueba la lealtad del soldado”, decía Lutero.