Colectivo de madres y padres trata que la nueva Lei de Educación Dixital atrase programas como Edixgal
Retrasar el uso preferente de los ordenadores como principal soporte del aprendizaje -como sucede actualmente con el polémico programa E-dixgal- es uno de los objetivos de una campaña del colectivo Adolescencia Libre de Smartphones - Galicia. Sus miembros ya han presentado un ciento de alegaciones a la norma que impulsa la Xunta para regular la digitalización escolar.
Galicia busca posicionarse como referente en la regulación de la educación digital con la elaboración de una de las primeras leyes de educación digital en Europa, un proyecto impulsado por la Xunta que trata adaptar las normas educativas a los desafíos que conellevan las nuevas tecnologías.
La normativa, aún en fase inicial, pretende establecer un marco claro de derechos y deberes para toda la comunidad educativa en el ámbito digital, promoviendo un uso seguro y responsable de las herramientas tecnológicas en las aulas.
El trámite de esta nueva norma no está exenti de controversia. Al igual que en muchos países, las aulas gallegas viven un período de debate sobre el uso de las pantallas, que ha llevado incluso a la prohibición de teléfonos inteligentes en los centros escolares.
En este contexto, el colectivo Adolescencia Libre de Smartphones - Galicia ha iniciado una campaña para movilizar a las familias y fomentar su participación en la redacción de la ley. Hasta ahora, cerca de un centenar de personas han presentado sus aportaciones. Este grupo aboga por revisar a fondo la creciente digitalización de la educación, argumentando que podría tener efectos negativos en el aprendizaje de los menores.
Según este colectivo, diversos estudios —respaldados por organismos como la Asociación Nacional de Pediatría o la Agencia Española de Protección de Datos— señalan que los dispositivos digitales generan distracciones y alteraciones que dificultan la concentración de los estudiantes, especialmente en las primeras etapas de su desarrollo cognitivo y emocional. Proponen, entre otras cosas, que los métodos educativos basados en recursos presenciales y materiales deberían priorizarse, y afirman que la edad mínima para un uso habitual de herramientas digitales debería fijarse en los 16 años. Para ellos, la digitalización excesiva pone en riesgo lo más valioso de la enseñanza: la capacidad de aprendizaje.
La tramitación de esta ley se encuentra en sus primeras etapas, y se espera que el texto definitivo sea aprobado por el Parlamento de Galicia en los próximos meses. Para enriquecer el proceso, la Consellería de Educación ha abierto un periodo de consulta pública que finaliza el 10 de marzo, permitiendo a la ciudadanía enviar propuestas a través del portal de transparencia de la Xunta.
La futura ley busca conciliar las oportunidades de la tecnología con los desafíos que plantea, como el mal uso de dispositivos para el acoso a compañeros o los riesgos de contenidos inapropiados en Internet. Entre sus puntos más destacados está la regulación de la comunicación digital entre profesores y alumnos fuera del horario escolar, estableciendo límites claros para el uso de aplicaciones de mensajería y otras plataformas, con el objetivo de proteger la privacidad de los menores y prevenir casos de acoso o discriminación.
El secretario xeral técnico de Educación, Manuel Vila, y la directora xeral de Ordenación e Innovación Educativa, Judith Fernández, han celebrado reuniones con asociaciones de madres y padres para analizar el impacto de las relaciones digitales en los menores y explorar cómo integrarlas de forma equilibrada en el sistema educativo.
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