¿Por qué hay huelga en educación convocada por algunos sindicatos?

Una victoria pírrica o “un acuerdo de la vergüenza”. Depende de quién preguntes la respuesta variará sobre el pacto alcanzado entre la Xunta de Galicia y los sindicatos Comisiones Obreras, UGT y ANPE para la mejora del sistema educativo gallego y la situación laboral de los docentes. Un tratado del que se desmarcaron los sindicatos mayoritarios, como la CIG, CSIF y STEG, organismos que secundarán la huelga convocada para este martes 24 de octubre, día en el que los profesores vuelven a las barricadas en defensa de sus derechos y una mejor enseñanza pública.

Miguel Paz es uno de esos profesores y militante del STEG, sindicato que mostró su rechazo rotundo al “acuerdo de la miseria”, como lo califican. La esperanza de los sindicatos, que representan el 59% de los delegados electos en las pasadas elecciones y más del 60% de los votos de aquellas elecciones, es que su mayoría se represente en una “asistencia multitudinaria” a la huelga. 

El acuerdo, que firmaron tres sindicatos que incluso admitieron que no era del todo satisfactorio para sus pretensiones, contiene “diferencias insalvables” con los sindicatos que acudirán el martes a las protestas, a juicio de Paz. 

“A finales del curso pasado anunciamos en varias ocasiones que si la Consellería de Educación no se sentaba a negociar íbamos a encontrarnos con un otoño muy caliente. A principios del curso STEG inició una consulta sobre si sus miembros consideraban necesario iniciar el proceso de cara a la movilización del profesorado, sin precisar cuáles serían, y más del 90% de los afiliados entendieron que era necesario. Pero el acuerdo precipitó los acontecimientos”, comentan desde el sindicato.
 

Las fuerzas sindicales que secundan la huelga del martes consideran que el acuerdo fue “electoralista” en un contexto de precampaña electoral y “después de años de recortes en la educación por parte de los gobiernos de Feijóo y Rueda”. La escena de la firma en la Cidade da Cultura, con el propio presidente de la Xunta en la foto cuando correspondería al conselleiro de Educación, puso de manifiesto las sospechas de los sindicatos. “Esa foto no tiene ningún sentido, es la imágen de la vergüenza”, censuran desde STEG.

“UNA PÉRDIDA DE CALIDAD EDUCATIVA”

“Es un acuerdo que en su mayor parte es solo palabra, no se traduce en hechos. No habla de la recuperación efectiva de las 18 horas para el profesorado de Secundaria y de las 21 para los de Primaria, ni la recuperación del poder adquisitivo del profesorado…”, reprende Paz. En esa línea, recuerda que la reducción de las ratios de alumnos por aula no se ejecutará “hasta dentro de diez años”. “Hay muchos alumnos que no verán cristalizada esa reducción durante su etapa escolar y muchos profesores que se jubilarán antes de que eso suceda”, señala Paz, al tiempo que agrega que la bajada de la natalidad provocará una forzosa bajada de los ratios.

Hasta la fecha, todas las reclamaciones hechas por los sindicatos en lo relativo a la reducción de ratios o la recuperación de la carga lectiva con respecto a 2011, la Xunta no les ha dado respuesta, mientras otros territorios “no solo recuperaron la situación anterior, sino que Euskadi incluso bajó a 17 horas de horario lectivo”. Ese aumento, pasando de 21 a 25 horas en Infantil y Primaria y de 18 a 21 en ESO, tuvo consecuencias directas “en la calidad educativa”. 

“Fue una pérdida de calidad. No es lo mismo cuando un profesor se puede preparar las clases y el material que quiere entregarle a los chavales que cuando no puede hacerlo. El año pasado lo vimos en una encuesta que enviamos a todo el profesorado, con miles de respuestas en donde señalaban que la burocratización era otro elemento que condicionaba nuestro trabajo, todos esos papeles que tenemos que rellenar y que nos quitan muchas horas y no redunda en la calidad educativa”, critica.
 

Como solución, STEG propone la contratación de más personal administrativo en los centros educativos que alivie esa carga burocrática y que libere algo más a los docentes. “La reducción de las ratios y horas lectivas también ayudaría en este sentido: a menos horas de clase y menor número de alumnos menores serían también los documentos que se exigen a cubrir”, agrega. A renglón seguido, Paz reprueba que muchos de esos documentos “se quedan en cajones” y no tienen una verdadera utilidad. 
 

LA PANDEMIA COMO EJEMPLO

A muchos docentes les sorprende comprobar que, después de una experiencia como la de la pandemia, el sistema educativo ha retrocedido a pasos agigantados. El refuerzo de profesores que se hizo durante la crisis sanitaria sirvió a muchos para comprobar que “esa era la dirección que había que seguir”. “Nos sorprendió a todos. Todos los estudios serios que se hicieron en ese momento constataron que reducir los ratios y contratar más maestros suponía una mejora de la calidad formativa”, recuerda.

“Pensábamos, ilusos nosotros, que tras la pandemia alguien lo vería y continuaría con esta política educativa, pero fue todo lo contrario, con muchos recortes que afectan al rural, con alumnos que se quedan sin autobús que los lleve al cole, centros que se quedan sin conserjes…”, enumera Paz, que se ve “desnudo ante el trabajo que tenemos que hacer”. 

Para los sindicatos que promueven las movilizaciones, la del martes es “el punto de partida” de cara a endurecer las protestas si no se atiende a sus movilizaciones. “La huelga es una herramienta muy poderosa, pero no puede ser un punto final, sino el punto de partida para hacer que la Consellería tuerza el brazo y conseguir que se inicien unas negociaciones amplias con todas las fuerzas sindicales y que allí se lleven los puntos que se reivindican desde la mayoría sindical a la mesa sindical”, concluye.