Stellantis relega a Vigo anunciando una gran planta de baterías con un socio chino en Zaragoza
Stellantis y la empresa china CATL han confirmado una inversión de hasta 4.100 millones de euros para la construcción de una planta de baterías de litio hierro fosfato (LFP) en Zaragoza. Esta instalación, concebida para ser neutra en carbono, se desarrollará en varias fases y está prevista para comenzar la producción a finales de 2026. Sin embargo, no hay novedades sobre los compromisos pendientes con la planta de Vigo, a la que se le había prometido un nuevo modelo de coche eléctrico.
Aunque hace años que la empresa ha mencionado planes para la fabricación de nuevos modelos eléctricos y la instalación de una línea de montaje de baterías, estas inversiones son comparativamente menores y menos definidas que las anunciadas para otras plantas del grupo, como la confirmada hoy.
La reciente dimisión de Carlos Tavares como CEO de Stellantis ha añadido incertidumbre al panorama, ya que deja en el aire proyectos y decisiones estratégicas que podrían afectar el futuro de la planta viguesa. El anuncio de la inversión en Zaragoza es la primera gran decisión del nuevo equipo referida a España.
El nerviosismo se intensifica por la importancia crucial de Stellantis para la economía de Galicia, ya que de la planta de Vigo dependen numerosos proveedores y empleos indirectos. El sector de la automoción está convocado a una huelga en parte, precisamente, a las dudas que hay sobre el futuro de las empresas ante la falta de compromiso de Stellantis, que ha prescindido de varios proveedores históricos.
Para pesar de Vigo, la factoría más grande del grupo de la Península, Zaragoza parece estar tomando la delantera en términos de inversiones para la producción de vehículos eléctricos.
La planta de Zaragoza, resultado de una joint venture al 50 % entre Stellantis y CATL, tendrá una capacidad potencial de hasta 50 GWh, dependiendo de la evolución del mercado y del apoyo institucional. Según John Elkann, presidente de Stellantis, este proyecto contribuirá a “impulsar un enfoque sostenible de 360 grados” y a posicionar a la compañía como líder en la producción de baterías avanzadas en Europa.
Desde Stellantis, la estrategia de electrificación se basa en un enfoque de doble química (NMC y LFP) y en la colaboración con socios clave como CATL, que ya opera plantas en Alemania y Hungría. Robin Zeng, CEO de CATL, subrayó que esta alianza busca “hacer accesible la tecnología de carbono cero en todo el mundo” y destacó la experiencia de Stellantis en gestión industrial en Zaragoza.
El lento despegar de las ventas de los coches eléctricos de Stellantis es uno de los factores que explican la caída de Tavares. De hecho, el grupo ha dado pasos atrás como anunciar que Vigo seguirá produciendo en una de sus líneas vehículos de combustión. Con todo, al anunciar el pacto con los chinos, la multinacional ha insistido en su compromiso con los coches eléctricos.
“Stellantis está comprometida con un futuro descarbonizado, abarcando todas las tecnologías de baterías avanzadas disponibles para llevar productos competitivos de vehículos eléctricos a nuestros clientes”, declaró John Elkann, Stellantis Chairman. “Esta importante joint venture con nuestro partner CATL llevará la producción innovadora de baterías a un centro de producción que ya es líder en energía limpia y renovable, contribuyendo a impulsar un enfoque sostenible de 360 grados", añadió.
El contexto europeo también ha favorecido este movimiento. Las autoridades españolas y la Unión Europea han brindado apoyo al proyecto de Zaragoza, que refuerza la apuesta de Stellantis por alcanzar la neutralidad de carbono en 2038. Sin embargo, este respaldo no se ha traducido aún en un impulso concreto para otras plantas del grupo, como la de Vigo, que afronta el desafío de adaptarse a la transición hacia la movilidad eléctrica sin una hoja de ruta clara.
El proyecto de Zaragoza supone una pieza clave en la cadena de valor de Stellantis, pero deja preguntas abiertas sobre cómo la compañía distribuirá su inversión futura entre sus distintas plantas europeas. El cierre definitivo del acuerdo entre Stellantis y CATL está previsto para 2025, sujeto a aprobaciones regulatorias. Mientras tanto, Vigo sigue esperando señales claras de un compromiso que garantice su competitividad en la era eléctrica.
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