Tavares (CEO Stellantis) advierte que cerrará fábricas ante el avance de los coches chinos
¿Corre peligro la viabilidad de Stellantis Vigo? En principio, no debería, pues es la factoría más importante de la multinacional en la Península. Con todo, la factoría sigue sin saber qué modelo producirá tras el fin del Peugot 2008. Además, las palabras del polémico Tavares hoy, advirtiendo del cierre de compañías, y los problemas que acosan a la multinacional -como las huelgas en Italia y Estados Unidos y la propia sucesión de Tavares- crean un ambiente de inestabilidad muy preocupante para las inversiones a medio plazo en Balaídos.
El consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, ha manifestado que el grupo automovilístico no descarta el cierre de plantas en Europa debido al aumento de la competencia de fabricantes chinos. Tavares realizó estas declaraciones en una entrevista publicada por el diario financiero francés Les Échos este lunes, en vísperas del París Motor Show.
Stellantis, que cuenta con marcas como Peugeot, Citroën, Fiat y Jeep en su portafolio, también enfrenta dificultades fuera de Europa. La compañía revisó a la baja sus previsiones de beneficios para 2024, citando la desaceleración de sus ventas en América del Norte y un contexto complicado en el mercado de los vehículos eléctricos. El pasado 30 de septiembre, el grupo redujo su estimación de margen operativo ajustado (AOI) a entre el 5,5% y el 7%, por debajo de las expectativas iniciales de "doble dígito".
Según el directivo, si los fabricantes chinos lograran capturar un 10% del mercado europeo, esto supondría la necesidad de fabricar 1,5 millones de vehículos adicionales, lo que equivaldría al volumen de producción de siete plantas de montaje. "Los fabricantes europeos tendrían que cerrarlas o entregárselas a los chinos", afirmó Tavares, haciendo hincapié en la gravedad de la situación.
El impacto de los aranceles propuestos por la Unión Europea sobre los vehículos chinos, sin embargo, podría ser limitado, según el directivo. Tavares advirtió que los fabricantes asiáticos podrían eludir estos aranceles invirtiendo en fábricas dentro de Europa, lo que reduciría la efectividad de las medidas proteccionistas previstas. "Una vez que eso ocurra, no debería sorprendernos que haya que cerrar plantas para reducir el exceso de capacidad", puntualizó.
Además, Stellantis planea recortar sus envíos en Norteamérica en más de 200.000 vehículos durante el segundo semestre de 2024, el doble de la reducción previamente prevista. La empresa también aumentará sus gastos en incentivos para los vehículos del año modelo 2024 y anteriores, al tiempo que implementará mejoras en la productividad mediante ajustes de costes y capacidad.
En paralelo a esta situación, el grupo confirmó el pasado viernes que ya ha iniciado el proceso para seleccionar al sucesor de Tavares, quien dejará su puesto en 2026. Este anuncio se enmarca dentro de una reestructuración más amplia de la cúpula directiva, con el objetivo de afrontar los desafíos del sector. Tavares aseguró que cuenta con el respaldo total de la junta directiva y del presidente John Elkann, lo que, según sus palabras, permite "trabajar con calma hasta el final de mi contrato".
¿Cuál es el peso de los fabricantes de coches chinos en Europa y cuales son las perspectivas de futuro?
Los fabricantes de coches chinos están incrementando rápidamente su presencia en el mercado europeo, desafiando a las marcas tradicionales con vehículos eléctricos competitivos y estrategias de expansión agresivas. Aunque su cuota de mercado actual es aún modesta, las perspectivas de futuro apuntan a un crecimiento significativo en los próximos años. Actualmente, el porcentaje de coches eléctricos de marcas chinas no llega al 10% pero teniendo en cuenta los de marcas europeas o americanas producidos en Asia supera ya el 20%. La tendencia es, además, claramente al alza.
Marcas como BYD, Chery y Great Wall Motor (GWM) están liderando esta ofensiva, con planes de lanzar hasta 20 nuevos modelos en Europa durante los próximos cinco años. BYD, el mayor fabricante de coches eléctricos de China, ha anunciado la construcción de una planta en Hungría con capacidad para producir 200.000 vehículos anuales, mientras que Chery comenzará a fabricar en Barcelona este mismo año, con el objetivo de alcanzar las 150.000 unidades anuales para 2029.
La competitividad de los vehículos eléctricos chinos se basa principalmente en su precio más bajo y en la oferta de más prestaciones de serie. Por ejemplo, un BYD Dolphin cuesta alrededor de 29.964 euros, significativamente menos que el precio medio de 45.999 euros de un vehículo eléctrico en Europa en 2023, según datos de la Comisión Europea.Los fabricantes chinos han estudiado cuidadosamente el mercado europeo durante años, lo que les ha permitido identificar nichos de mercado y adaptar sus productos a las preferencias locales. Además, están invirtiendo fuertemente en marketing y servicios postventa para superar la falta de reconocimiento de marca y ganar la confianza de los consumidores europeos.Sin embargo, esta expansión no está exenta de desafíos. La Unión Europea ha implementado políticas proteccionistas y arancelarias para los vehículos eléctricos chinos, con aranceles adicionales que van del 17,4% al 38,1%.
Estas medidas buscan proteger a la industria automotriz europea y garantizar una competencia justa.A pesar de estos obstáculos, las perspectivas de futuro para los fabricantes chinos en Europa son prometedoras. Se espera que su cuota de mercado aumente significativamente en los próximos años, impulsada por la creciente demanda de vehículos eléctricos asequibles y la continua inversión en producción local y desarrollo de redes de distribución.La entrada de estos nuevos competidores está generando preocupación entre los fabricantes europeos tradicionales. Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha advertido sobre posibles "decisiones impopulares" si la competencia china aumenta la presión sobre los fabricantes locales.
El pacto con los chinos de Leapmotor, la gran apuesta estratégica de Tavares
Stellantis y Leapmotor han establecido una alianza estratégica global con el objetivo de crear un centro neurálgico de movilidad eléctrica altamente competitivo y eficaz tanto en China como a nivel mundial. Esta colaboración se materializa a través de una inversión de 1.500 millones de euros por parte de Stellantis para adquirir aproximadamente el 20% de Leapmotor, un joven fabricante chino especializado en vehículos eléctricos.Como parte del acuerdo, se ha creado una joint venture denominada Leapmotor International, controlada en un 51% por Stellantis, que tendrá derechos exclusivos para la exportación, venta y fabricación de productos Leapmotor fuera de China.
Esta nueva empresa conjunta tiene como objetivo alcanzar ventas de 500.000 unidades anuales fuera de China para 2030.La alianza permitirá a Stellantis aprovechar los conocimientos innovadores de Leapmotor en materia de vehículos eléctricos para impulsar sus objetivos de electrificación. Por su parte, Leapmotor se beneficiará de la presencia comercial global de Stellantis para acelerar sus ventas en otras regiones, comenzando por Europa.
Los primeros modelos de Leapmotor que llegarán a Europa serán el SUV C10, con una autonomía de 420 km en ciclo WLTP, y el compacto T03, con 265 km de autonomía. Stellantis planea establecer una red de 200 puntos de venta para Leapmotor en Europa, incluida España, para finales de 2024, con el objetivo de alcanzar los 500 concesionarios en 2026.Esta colaboración estratégica busca combinar la eficiencia y agilidad de Leapmotor en el desarrollo de vehículos eléctricos con la experiencia global y la red de distribución de Stellantis, creando así una sinergia que fortalezca la posición de ambas empresas en el mercado de la movilidad eléctrica.
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