Así sería la primera central hidroléctrica con agua bombeada del mar en Galicia, planeada para Oia

El Ministerio para la Transición Ecológica  estudia desde hace varios años un proyecto para la construcción de una central hidroeléctrica reversible de agua marina en Punta Centinela, Oia (Pontevedra), justo en límite con el municipio de Baiona.

Esta iniciativa, impulsada por la empresa Hidroeléctrica de Oia, S.L., busca aprovechar la energía mediante el uso del mar como fuente de agua, estableciendo un sistema de bombeo que permitiría almacenar y generar electricidad de forma eficiente. Hidroeléctrica de Oia, S.L. es una sociedad creada en 2012 vinculada al empresario Manuel Jesús Blanco Jorge, con experiencia en el sector de las renovables, tanto en eólica como en pequeñas centrales hidroléctricas. La compañía lleva décadas promoviendo el proyecto aunque solo en los últimos años ha ganado tracción al calor del boom de las renovables y de la necesidad de más centrales que permitan disponer de energía a demanda sin emitir gases contaminantes. 

Características del proyecto

El proyecto se fundamenta en el uso del mar como embalse inferior, lo que reduce la necesidad de obras adicionales. El sistema consiste en bombear agua desde el mar hasta un depósito elevado durante las horas de baja demanda energética y luego liberarla para generar electricidad en momentos de mayor consumo. Este tipo de tecnología ya ha sido probada con éxito en Japón, en la central de Okinawa. Una central de este tipo estuvo en funcionamiento durante varias décadas.

Ventajas y desafíos ambientales

Entre las ventajas destacadas del proyecto se encuentran la reducción del impacto ambiental, ya que no se necesita construir un embalse inferior, y el uso de un recurso inagotable como el agua marina. Además, la ubicación en la costa atlántica gallega, con importantes desniveles naturales, facilita la construcción del depósito superior y optimiza el uso de recursos locales.

Sin embargo, se han planteado ciertos desafíos ambientales, como la corrosión de los materiales utilizados y la posible contaminación de acuíferos por agua salada. Para mitigar estos efectos, la promotora propone soluciones específicas como el uso de tuberías de materiales resistentes a la corrosión y la implementación de sistemas antiincrustantes para evitar el deterioro de las instalaciones.

Desde la presentación inicial del proyecto en 2022, se han producido cambios en la normativa que requieren la adaptación de esta iniciativa a las nuevas disposiciones legales. Entre las normativas a cumplir se incluyen la Ley de Costas, la Ley de Evaluación Ambiental, y las leyes autonómicas de ordenación del territorio de Galicia.

Los promotores defienden que ,sta central hidroeléctrica representa un avance significativo en el camino hacia un modelo energético más sostenible.  Con todo, existen dudas ante los posibles riesgos ambientales y el impacto en el entorno costero.  Hay que tener en conta que por la zona pasa el Camino Portugués, parte del Camino de Santiago, aunque el proyecto remitido al Ministerio para la Transición Ecológica no lo cita.

A los comuneros de Mougás, propietarios de los terrenos, le han ofrecido como contraprestación la instalación de un parque de energía solar que les suminstraría energía eléctrica gratis y un canon anual de unos 50.000 euros por la madera que se dejaría de explotar en las 40 hectáreas del terreno.

Hidroléctrica Oia estima que necesitaría una inversión próxima a los 100 millones de euros. Reclama una concesión de más de dos hectáreas del dominio público costero, además de los terrenos comunales citados.

Una de las cuestiones discutibles es que la energía producida sería menor a la que se emplearía en bombear el agua hacia la balsa del monte. Así, el proyecto estima un consumo anual de unos 610.000kw megawatios y una proucción anual de 400.000 kw. 

Este tipo de instalaciones resultan especialmente útiles en sistemas que dependen de las energías renovables. Las centrales de bombeo pueden ponerse a producir a demanda, por ejemplo cuando no hay viento o energía solar. De hecho, en Galicia hay varias en trámites, por ejemplo en la cuenca del Río Tambre.

¿Cómo funciona una central de bombeo?

Una central hidroeléctrica de bombeo funciona almacenando energía en forma de agua en dos depósitos situados a diferentes alturas. Durante las horas de baja demanda eléctrica, cuando la energía es más barata, se bombea agua desde el depósito inferior (que puede ser un embalse o, en algunos casos, el mar) hasta el depósito superior. Luego, en momentos de alta demanda, el agua se libera desde el depósito superior para pasar por una serie de turbinas, generando electricidad al regresar al depósito inferior. Este proceso permite que la energía sea almacenada en forma de energía potencial gravitatoria y liberada cuando es necesario, proporcionando flexibilidad al sistema eléctrico.

Entre las principales ventajas de este tipo de centrales se encuentra su capacidad para estabilizar la red eléctrica, almacenando el exceso de energía y liberándola cuando se necesita, lo que es especialmente útil para integrar energías renovables intermitentes como la eólica y solar. Además, las centrales de bombeo tienen un alto rendimiento energético y una larga vida útil. Sin embargo, presentan desventajas, como el alto coste inicial de construcción y la necesidad de un terreno adecuado con diferencias de altura significativas. También pueden tener impactos ambientales negativos, especialmente si implican la construcción de grandes embalses o afectan a los ecosistemas acuáticos locales.