Precaución en las playas de A Coruña y Carballo por la llegada de carabelas portuguesas
Es importante no acercarse a la zona donde se detecten pues tienen tentáculos que pueden extenderse varios metros bajo el agua, y estos tentáculos están cubiertos de células urticantes llamadas nematocistos. Cuando una presa o una persona entra en contacto con estos tentáculos, los nematocistos liberan veneno, causando una picadura dolorosa.
Las carabelas portuguesas han llegado a playas de la ciudad de A Coruña y al municipio coruñés de Carballo, han informado fuentes municipales a Europa Press.
Desde el consistorio de Carballo han confirmado la aparición de "algunas" y han explicado que se pusieron carteles de precaución y avisos en redes sociales, mientras que Protección Civil procedió a la retirada de carabelas.
En el caso de la ciudad herculina, ratificaron que en la jornada del martes aparecieron cinco ejemplares en la playa de Riazor. "Personal municipal procedió a la retirada prácticamente al momento, sobre las 21.30 y las 22.00 horas", han apostillado.
En la jornada de este miércoles, no se notificaron más apariciones ni más avistamientos por lo que la playa sigue abierta. No obstante, desde el gobierno local instan a la ciudadanía a estar atentos a las indicaciones del personal de salvamento y a la megafonía y la bandera roja "por si se llega a prohibir el baño, como el año pasado".
El veneno de la carabela portuguesa causa un dolor intenso, similar a una quemadura. En algunas personas, el contacto con los tentáculos puede provocar reacciones alérgicas graves, como dificultad para respirar, hinchazón, náuseas, vómitos, y en casos extremos, puede llevar al choque anafiláctico.
Los tentáculos de una carabela portuguesa pueden seguir siendo peligrosos incluso después de que el organismo haya muerto o si está varado en la playa. Las células urticantes pueden activarse al contacto, por lo que tocar una carabela varada también puede causar picaduras.
Aunque es raro, en algunos casos las picaduras pueden llevar a complicaciones más serias, como la parálisis temporal, dificultades respiratorias, e incluso la muerte en personas con condiciones preexistentes o que son particularmente sensibles al veneno.
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