Algunas cosas han sucedido en el que tenía que ser el pleno de investidura de Carles Puigdemont, en el Parlament de Catalunya. Su presidente, Roger Torrent, no sin razones, ha tomado la decisión de aplazar el pleno. Una decisión que ha dejado al descubierto las graves diferencias entres JuntsxCatalunya y ERC.
La imagen de Puigdemont tomando unas cervezas en Bruselas con un grupo de personas, sus comparecencias diarias en los medios de comunicación, en las redes sociales, su participación en conferencias y su tozudez de seguir creyéndose el legitimo presidente, "Yo o el caos", lo insensato de su postura, su actitud personalista que está por encima de la ciudadanía, y esa Catalunya que él dice defender, no gusta nada a los republicanos.
ERC está cansada de Puigdemont y sus andanzas. Mientras Junqueras sigue en prisión, Puigdemont está tranquilamente en Bruselas y abonando su figura de mártir. Los republicanos no quieren que otro presidente de ERC, caso de Carmen Forcadell sea imputado por desobediencia. Hasta aquí hemos llegado, dicen en privado algunas fuentes. No quieren saltarse la legalidad, desean que la normalidad institucional vuelva de nuevo al país.
Al sector duro -incluidos los independientes de la lista- del JuntsxCalunya/PDeCAT, no le ha gustado la decisión del presidente del Parlament, incluso llegaron a decir que acudirían al hemiciclo, aunque el pleno no se celebrarse.
Finalmente no lo hicieron. Solo los cuatro diputados de la CUP hicieron acto de presencia. Los cuperos no han asumido que solo cuentan con cuatro diputados -valiosos, sí-, pero que no pueden marcar la agenda política como han venido haciendo en la anterior legislatura, con los resultados que todos conocen. Son otros tiempos y hay que cambiar el chip.
Mientras todo esto sucedía dentro del edificio del Parlament, en los alrededores -después dentro- del Parque de la Ciudadela, donde se encuentra el Parlament, se manifestaban los ciudadanos, con algunos momentos de tensión entre estos y los Mossos tras romper el cordón policial. Algunos diputados han tenido que salir escoltados, no sin antes ser convenientemente insultados.
Lo sucedido este martes pone de manifiesto varias cosas: el bloque independentista tiene graves fisuras. Puigdemont empieza a ser más cuestionado que nunca, por mucho que en público manifiesten que sigue siendo el candidato. Buscarán otro si no quiere que la situación se agrave más. De nuevo la CUP –su grupo juvenil- llama a la acampada indefinida en el recinto del Parlament. ¿Han tomado de nuevo la calle? Eso es muy peligroso, por muy pacíficos que digan actuar. ¿Se le han escapado la situación de las manos a los independentistas? ¿Qué van a hacer los mossos? Lo que ha quedado claro es el espectáculo bochornoso y la pésima imagen que se está dando de Catalunya. ¿Le importa esto a alguien? Ya veremos.
Puigdemont se está quedando cada día más solo que la una. Es un político imprevisible, le quedan ya en la chistera pocos golpes de efectos, e igual, viendo como está el panorama hace un penúltimo golpe de efecto, vuelve a Catalunya para ser detenido y pasa a la historia como el president mártir por defender a Catalunya de la España franquista. No hay que descartar esa posibilidad. Si no es president, algo tiene que ser. ¿Mártir? Debe creer que solo estos han hecho historia.
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