El ‘Movemento Galego da Saúde Mental’ denuncia la precariedad del Hospital de Calde
Desde la plataforma ponen de manifiesto el mal estado de las instalaciones y el trato del Sergas y la Xunta a los pacientes psiquiátricos.
El complejo del Hospital de Calde.
El movimiento cívico ‘Movemento Galego da Saúde Mental’ denuncia la “discriminación injusta” a la que el Sergas somete en sus instituciones hospitalarias psiquiátricas a las personas que necesitan cuidado y tratamiento en régimen residencial, especialmente en el caso del Hospital Psiquiátrico de Calde, en Lugo.
Desde el movimiento, ponen en conocimientos las situaciones nefastas en las que se encuentran muchas de las instalaciones psiquiátricas. Concretamente, el Hospital de Calde, integrado en el Complejo Hospitalario de Lugo, presenta deficiencias en el mobiliario, los servicios de mantenimiento, en las dotaciones exteriores o en las comunicaciones con la ciudad. La asociación afirma que son unas deficiencias “de tal magnitud, que ningún centro sanitario con esa carencias podría recibir autorización de apertura por parte de la Consejería de Sanidad”.
Sin embargo, lamentan que no es la primera vez que el centro recibe denuncias públicas, y que desde la dirección del centro niegan tales acusaciones o, en el mejor de los casos, “maquillan la institución o la ocultan detrás de una sorprendente acreditación de calidad para eludir las críticas sobre la vulneración de derechos de las personas”. “El complejo sufre un abandono intolerable solo porque allí se atienden a enfermos psiquiátricos” afirman desde la institución. Además, denuncian que desde Calde derivan pacientes al hospital compostelano de Conxo, pacientes que habían sido “externalizados” entre 2011 y 2013 gracias a un convenio firmado con el Sergas dentro de un plan de reducción de ocupación de los hospitales psiquiátricos públicos. Desde el movimiento consideran que esos acuerdos ya no tienen cabida en la actualidad, y que al no fijarse un nuevo precio en el acuerdo, los que sufren son los pacientes.
“Trafican con los enfermos como si fueran mercancía” exponen desde la asociación, que no comprende cómo pueden cambiarlos de un entorno conocido para un espacio nuevo en el que deben adaptarse para años más tarde volver a cambiarlos para el primero. “En ambos casos” denuncian “hablamos de personas muy vulnerables, muchas de ellas tuteladas”. “El maltrato activo y pasivo que sufren vulneran sus derechos fundamentales y conlleva al incumplimiento del Sergas y la Xunta de sus obligaciones legales” sentencian desde el ‘Movemento Galego da Saúde Mental’.
Por otro lado, anunciaron la puesta en marcha de acciones legales para intentar solucionar este problema y hacen un llamamiento a los profesionales sanitarios, sociales y jurídicos con responsabilidad en la atención de personas en situaciones similares para que “defiendan la dignidad de las personas, sus derechos humanos y el acceso equitativo de los pacientes a los recursos sanitarios y sociales.
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