No es de recibo que los taxistas españoles paguen "religiosamente" sus autónomos, los impuestos municipales, el IRPF y el combustible con sus cargas fiscales indirectas, mientras que los UBER y los Cabify solo se retratan fiscalmente donde tienen su sede fiscal como cualquier otra multinacional al uso. Es una pelea desigual que los Estados europeos han de ganar sí o sí, y de forma inmediata, para que sus ciudadanos no tengamos la sensación de que somos carne de cañón que solo se nos tiene en cuenta para el pago de impuestos y que esos grandes emporios que son los que mandan en el FMI hacen lo que les viene en gana, contribuyendo menos y deslocalizando empresas, mientras nuestros gobiernos ni la UE no solucionen esta estafa colectiva.
La huelga de hoy está mas que justificada, y hasta sería justa si se extendiera a otros sectores, estafados impunemente por esta doble vara de medir. A mí, como usuario, me conviene que haya competencia y que con ella desaparezcan por ejemplo las mafias del taxi que provocan huelgas salvajes cuando toca revisar las tarifas, pero, ese interés individual, no me impide solidarizarme con estos pequeños empresarios que cada día se pasan doce horas al volante y acaban su vida laboral hechos polvo y con una jubilación en precario, después de haber asumido los inconvenientes de un trabajo tan duro y habiendo pagado todos los impuestos que sufren los trabajadores que se rigen por una ley de la seguridad social bastante injusta.
No me parece mal que UBER y Cabify tengan su lugar en el mercado de la competencia, pero en la proporción de licencias que les corresponde, porque han llegado los últimos y sobre todo, dejando los dineros fiscales en las arcas que controla el Señor Montoro, y cuantos Ministros Montoros le sucedan. Si después de hacer todas estas cosas, estas empresas deciden ganar menos o perder dinero, es su problema, pero, sobre todo, que no perjudiquen a los que menos tienen y más trabajan desde siempre, además de que hay que obligarles a cumplir fiscalmente con el Estado que los acoge. Y, por supuesto, que sus trabajadores estén al día de la Seguridad Social y hagan la declaración de la renta, además de habar correctamente los idiomas oficiales que reconoce la Constitución española. El supuesto examen de conocimiento viario se da también por descontado. Vamos, que nada de atajos legales y derechos y deberes, al orden del día.
Taxistas españoles, ánimo, y solidaridad con vuestra jornada de huelga.
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