O Porriño recuerda un año después a las víctimas del accidente ferroviario
La investigación encara su fase final, a la espera de realizar una simulación informática del descarrilamiento.
Descarrilamiento del Tren Celta.
Vecinos y autoridades de O Porriño homenajean con una concentración a las víctimas del accidente ferroviario que sufrió hace un año, en esta localidad, el Tren Celta que cubría el trayecto Vigo-Oporto.
El 9 de septiembre de 2016, el Tren Celta descarriló y provocó la muerte de 4 personas y casi medio centenar de heridos. Así, perdieron la vida el maquinista (un ciudadano portugués, empleado de Comboios de Portugal), un interventor de Renfe y dos pasajeros, de un total de 65 personas que se encontraban a bordo del tren.
El juzgado de instrucción número 2 de O Porriño se hizo cargo de la investigación judicial, mientras que la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) inició su propia investigación, que se encuentra en su fase final.
INVESTIGACIÓN DE LA CIAF
Así, a lo largo del último año, los peritos y expertos de la CIAF han recabado información tanto en el lugar del accidente como analizando los restos del tren siniestrado, y recopilando datos acerca de las características del convoy, la situación de la vía, los sistemas de señalización, la formación del maquinista, el régimen de explotación de la línea, y las circunstancias específicas del día del accidente.
También se reunieron con testigos presenciales, viajeros afectados, y con personal de Comboios de Portugal y de Adif; se realizaron pruebas periciales, mediciones e incluso simulaciones, recreando el recorrido en un tren del mismo servicio, con el mismo itinerario y en circunstancias análogas.
Todo ello se recoge en un informe de la propia CIAF, fechado el 1 de septiembre, y en el que se avanza que, a falta de algunas pruebas (como una simulación informática del descarrilamiento), se está redactando un primer informe provisional de la investigación.
DISTRACCIÓN DEL MAQUINISTA
Con respecto a las causas del accidente, la CIAF no se ha pronunciado oficialmente. No obstante, algunos peritos ya apuntaron, en diversas ocasiones a lo largo de este período de investigación, que la principal hipótesis se centra en una distracción del maquinista que, en lugar de frenar, entró en la estación de O Porriño a una velocidad de 118 kilómetros por hora, en una vía secundaria limitada a 30 kilómetros por hora.
Los expertos constataron que el conductor del tren confirmó haber recibido los avisos que le alertaban de que debía reducir la velocidad pero, por motivos desconocidos, no frenó. Además, las pruebas y mediciones realizadas no determinaron que hubiese habido ningún factor externo (condiciones del tren, sistemas de señalización, etc.) que influyese en el accidente.
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