WWF pide el cierre de granjas de visones por ser una especie invasora que agrava además contagios de COVID-19
La organización conservacionista WWF ha solicitado al Gobierno que decrete el cierre de las granjas de cría de visones en España por razones ambientales, puesto que se trata de una especie invasora que afecta a unas 50 especies autóctonas, pero además, en el contexto sanitario de la pandemia del coronavirus, asegura que la especie puede aumentar el vector de transmisión, entre humanos y animales, del COVID-19.
La portavoz de la campaña por el cierre de las granjas de visones de WWF España, Laura Moreno, ha explicado a Europa Press que la ONG lleva años pidiendo el cierre de este negocio porque el visón americano es una especie exótica invasora con un gran potencial reproductor en el medio natural y que afecta a más de 50 especies de fauna autóctona, en particular del visón europeo cuyas poblaciones ha diezmado en España y del desmán ibérico --una especie endémica en la Península Ibérica--, que junto con la anterior están en peligro de extinción.
Además de estas dos especies, ha añadido que este depredador oportunista omnívoro ataca a los huevos de aves, como las garzas o el cormorán moñudo, pero que también caza ratas, ratones, topillos, peces o cangrejos. "Se reproduce mucho y se ha desequilibrado en el medio natural. No es una especie más del ecosistema sino que provoca daños importantes", ha advertido.
Es, según recuerda la portavoz de WWF una especie exótica invasora lo que según la ley obliga a controlar su comercio, transporte y tenencia, a pesar de que la ley española tiene una disposición adicional que permite las granjas de visones.
Estos son los motivos que hace ya diez años llevaron a WWF a reclamar el cierre de las granjas de visones pero ahora, la petición cobra doble fuerza ante las decisiones de países de Dinamarca o de Holanda, de sacrificar la cabaña de visón europeo en granjas tras detectarse la transmisión de personas a visones y de visones a humanos del virus SARS-COV2.
Con la pandemia, se ha observado en Dinamarca que visón no solo es susceptible de contagiar el COVID-19 sino que ahora parece que el virus ha mutado en la especie, lo que podría reducir la efectividad de una futura vacuna contra la enfermedad del coronavirus.
En ese contexto, ha asegurado que "ya hay más de 300 granjas con brotes" en Europa, en países como Holanda, Dinamarca, Suecia, Italia, e incluso en España, donde el pasado verano se detectó un brote en Puebla de Valverde (Teruel).
Así, se infectaron primero 7 de los 14 trabajadores de la granja turolense, cuya PCR fue positiva y se observó que el 90 por ciento d e las muestras de visones estaba infectado. "Primero trabajadores infectados, luego visones y luego, otra vez humanos", ha lamentado Moreno que cree que esta secuencia temporal es una de las evidencias para conocer la dirección de los contagios.
En ese sentido, ha pedido a la Administración Española "se tome en riesgo este riesgo", que vigile el riesgo y adopte medidas de bioseguridad en estas plantas así como una vigilancia proactiva, algo a lo que en España no hay obligación, pero sí en Holanda o en Dinamarca.
Por ello, la ONG considera esencial que se hagan analíticas a los visones y se establezca un sistema de alerta temprana para detectar los casos ya que, en gran parte quedan asintomáticos. "En Suecia y Holanda han empezado a hacer PCRs y autopsias a visones y es cuando se han empezado a detectar brotes. Por eso pensamos que en España podría estar pasando y no se sabe", ha comparado.
En este contexto, ha alertado también de que el virus podría mutar en los visones con variantes más virulentas que podrían afectar en mayor medida a los humanos y comprometer así la efectividad de la futura vacuna. "Tener este reservorio con posibilidad de mutar y transmitir a humanos es tirar piedras a nuestro propio tejado", ha advertido.
VISONES EN LA UE
El sacrificio de visones en Dinamarca conllevará un impacto en la industria, que cuanta con 1.000 granjas y produce 17 millones de pieles al año. Aunque primero el país escandinavo optó por aislar a los animales afectados y seguir la actividad, el virus se expandió hasta que en la actualidad hay 200 granjas afectadas. Este hecho ha llevado al Gobierno danés a tomar la "decisión drástica" de matar los 17 millones de visones. Por su parte, Holanda hará lo propio pero con una moratoria hasta el mes de marzo de 2021, una fecha a partir de la cual se cerrarán las granjas definitivamente, una vez se produzcan los últimos abrigos.
"En un contexto sin coronavirus, total se crían para matarlos después de seis meses en una granja, cíclicamente todos los años. Queremos que se deje de matar animales para hacer abrigos en un negocio destinado a hacer moda y que tiene muchas desventajas desde el punto de vista sanitario, ambiental y del propio bienestar de los animales. Pongamos todo en una balanza y pensemos en las muchas desventajas frente al beneficio de una pequeña parte que se lucra", ha valorado.
Por último, recuerda que en toda crisis zoonótica se sacrifica a los animales para prevenir riesgos y que WWF apoya otra ganadería menos intensiva y con menos probabilidad de que los animales enfermen. "El nivel de estrés de las granjas hace más susceptibles a sus animales de coger enfermedades", ha advertido.
España cuenta con 37 granjas que producen entre 500.000 y 1 millón de animales al año. De momento, la portavoz de la campaña de visones de WWF señala que en la actualidad "solo" está cerrada "temporalmente" la granja afectada en Teruel, que, si pide permiso y se lo conceden podría volver a operar la próxima primavera.
De ese modo, Moreno ha asegurado que WWF no va "en contra" de la industria y cree que "como cualquier otro sector afectado por la pandemia" o por la descarbonización, como las minas de carbón, podrían convertirse en otra actividad más sostenible o bien recibir compensaciones pero, en todo caso, insiste en que ese negocio "hay que cambiarlo", aunque no entra en como articular ese cierre de una actividad que "no tiene sentido".
En su campaña 'Cierre de las granjas de visón YA', WWF ha recopilado ya más de 20.000 firmas para pedir al Gobierno el cierre definitivo de esta industria.
Para la responsable del programa de especies de WWF España, Gemma Rodríguez, este es un "problema sanitario de grandes dimensiones: al riesgo sanitario de contagio de la Covid-19 en las granjas peleteras se suma ahora el peligro asociado de la efectividad de la vacuna en desarrollo'. "Nos sobran los motivos para acabar con esta bomba sanitaria. En España tenemos 37 artefactos latentes, no esperemos a que estallen como ha ocurrido en Dinamarca y antes también en Holanda", ha manifestado.
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