Ribera Salud, probable nuevo dueño de Povisa, está dirigida por un ex-candidato del PP y fue multada por distribuír medicamentos sin permiso
En secreto, sin dejar margen de reacción. Así llevaron las negociaciones para la venta de Povisa el vigués José Baltasar Silveira Cañizares, presidente del Grupo Nosa Terra XXI con Ribera Salud, una empresa surgida al calor de la ola privatizadora del PP en Valencia y que controla una multinacional de EE.UU.. El viernes saltaban los primeros rumores, el lunes se confirmaban en una reunión con la Xunta y el contrato de compra se puede firmar esta semana, se habla que incluso mañana miércoles.
En secreto, sin dejar margen de reacción. Así llevaron las negociaciones de la venta de Povisa el vigués José Baltasar Silveira Cañizares, presidente del Grupo Nosa Terra XXI, y Ribera Salud, empresa surgida al calor de la política privatizadora del PP en Valencia y que controla una multinacional de EE.UU. . El viernes saltaban los primeros rumores, el lunes se confirmaban en una reunión con la Xunta y el contrato se puede firmar esta semana, se habla que incluso mañana miércoles.
Alberto de Rosa de Ribera Salud en una imagen de la patronal CEV
CENTENE SE QUEDA CON MÁS DE 130.000 CLIENTES
El mayor hospital privado de España puede cambiar así de manos. Gran impacto también en el sistema público del SERGAS.
Gracias al concierto vigente con la Xunta, los más de 1.500 empleados de Policlínica de Vigo Sociedad Anónima se encargan de atender a unos 137.000 gallegos, sobre todo de Vigo, O Morrazo y áreas próximas. La factura anual al SERGAS anda por los 500 euros por paciente.
Los trabajadores se reunieron en Asamblea esta tarde para decidir si convocan movilizaciones. Posibles acciones de protesta que llegarán tarde ante el secretismo de la operación.
Sus portavoces se han quejado que en una reunión del lunes la empresa no se comprometió a mantener los puestos de trabajo. Matenimiento que es una de las condiciones enarboladas por la Xunta para dar luz verde a la operación. Según declaró hoy el conselleiro de Sanidade, Jesús Almuíña, la otra condición es "mantener el alto nivel de calidad asistencial".
La cuestión clave es pues quién es Ribera Salud, cuáles son sus intenciones y si su trayectoria previa apunta a ese servicio de caludad que la Xunta dice exigir. Y de paso, quien es Centene Corporation, accionista mayoritario del grupo valenciano y, por lo tanto, quien realmente paga la compra.
Basado en Missouri, Centene opera tanto en el sistema público de EE.UU., donde es proveedor de servicios para seguros como Medicaid, impulsados por la administración, como para seguros privados. Sus expectativas de negocio crecieron mucho durante el mandato de Barack Obama y sus intentos de universalizar la sanidad pública. El giro de Donald Trump, contrario a que el Estado se involucre más en la prestación sanitaria, no ha parado su crecimiento en la Bolsa de Nueva York, donde cotiza.
INTENTÓ COMPRAR EL HOSPITAL DEL CENTRO GALLEGO DE BUENOS AIRES
Centene lleva años apostando por el crecimiento internacional. Su nombre ya figura en las hemerotecas gallegas, pues durante años fue la marca que más sonó para quedarse con el Hospital del Centro Gallego de Buenos Aires. De hecho, llegó a hacer una oferta formal que los socios rechazaron .
En España, Centene primero compró el 50% de Ribera Salud y hoy tiene aproximadamente la práctica totalidad del accionariado. Desplazó progresivamente al Banco Sabadell, que a su vez había heredado de la difunta Caja del Mediterraneo, la CAM.
RIBERA SALUD CRECIÓ A LA SOMBRA DEL PP DE ZAPLANA
Ribera Salud es de cuna valenciana, donde opera numerosos hospitales. El primero y más famoso es el Hospital de Alzira, polémica inciativa público-privada lanzada en 1999. Durante los años de gobiernos conservadores de Eduardo Zaplana, fue el emblema de la supuestas ventajas del modelo privatizador, donde el servicio era público solo en su nombre. Cuatro años después la Comunitat tuvo que rescatarlo tras acumular más de 5,2 millones de pérdidas. Lo sacó otra vez a concurso y de nuevo ganó Ribera Salud.
Finiquitada la hegemonía conservadora en Valencia, en 2018 el nuevo gobierno de PSOE y Compromís acordaron que volviese a ser 100% público. Lo lograron en medio de una fuerte batalla judicial -que llegó al TSJV- y política. Pese a las promesas del PP, lo cierto es que el modelo neoliberal del Hospital de Alzira supuso un fracaso económico, como lo fue la defunta gestión privada del Hospital de Verín que en su día intentó lanzar el SERGAS.
INVESTIGADO Y ARCHIVADO CASO POR EL COBRO DE COMISIONES EN MARCAPASOS
El actual consejero delegado Ribera Salud es Alberto de Rosa Torner, que se presentó en la lista del PP de Sueca en 2007 para hacer frente a un "batiburrillo de comunistas, catalanistas y republicanos", según recogió Levante.
Su nombre quedó salpicado en la ola de corrupción que asoló Levante en al menos una ocasión, según dejó amplia constancia la prensa valenciana, aunque el caso quedó en nada.
Hace tres años la fiscalía solicitó al juez que imputase a De Rosa por el cobro de comisiones en la implantación de protesis, como marcapasos y otras, en Ribera Salud a través de su filial B2B. El juzgado de Instrucción número 4 de Valencia investigó a B2B por el presunto cobro de "mordidas" a espaldas de la Generalitat, tras una investigación de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (Udef) de la Policía Nacional motivada por la denuncia de un sindicato médico. En esa causa, abierta en 2016, se personó como perjudicada la Generalitat de PSOE y Compromís. Finalmente, el Juzgado de Instrucción número 4 de Valencia archivó provisionalmente la causa en 2018, decisión que Podemos recurrió.
En paralelo a esta investigación judicial, el Gobierno valenciano multó con 30.001 euros a la B2B, la filial de compras de Ribera Salud, por falta grave al carecer de autorización para la distribución de medicamentos. Ribera Salud contratacó con una denuncia contra la Consellería de Sanidad valenciana por malversación y falsedad, que la fiscalía archivó.
INVERSIONES EN MADRID Y OTROS ESTADOS
El fracaso en Alzira no impidió que, con el apoyo del PP valenciano, Ribera Salud se expandiese al calor del boom del ladrillo. Hoy opera también el Hospital de Torrevieja, el de Denia, el de Elche (Vinalopó) y en 2018 compró el de Torrejón, en Madrid, otra comunidad gobernada por el PP.
Además de en España, los americanos de Centene han invertido entre otros países, entre ellos en Chile, Perú y Eslovaquia. El gigante de EE.UU. dice apostar por un modelo de gestión donde la Administración financia, controla y es la dueña del sistema; mientras ellos operan como una "franquicia" que asegura la "buena gestión".
"UNA EMPRESA ABSOLUTAMENTE PIRATA"
Los evidentes vínculos, al menos en su origen, de los probables nuevos dueños de Povisa con la apuesta privatizadora del PP ya han generado polémica en Galicia.
Eva Solla (EU):
“El fondo de Ribera Salud debe más de 140 millones de euros a la Comunidad Valenciana, es una empresa absolutamente pirata y protagonista de la privatización de la sanidad pública en el PaísValencià, tal y como se vino con el Hospital de Alzira”
“El fondo de Ribera Salud debe más de 140 millones de euros a la Comunidad Valenciana, es una empresa absolutamente pirata y protagonista de la privatización de la sanidad pública en el País Valencià, tal y como se vino con el Hospital de Alzira”, critica la diputada Eva Solla.
La parlamentaria de Grupo Común da Esquerda entiende que Ribera Salud está detrás de una parte importante de la privatización de los servicios sanitarios del Estado y “es deudora de una comunidad autónoma desde el año 2017, por lo que no puede hacerse cargo de la atención sanitaria pública que en este caso está concertada a través de Povisa”.
Solla, militante de Izquierda Unida, explica que “es una desfachatez que pese advertir la situación en la que están más de 1.300 trabajadoras y trabajadores con las que no se cumple el convenio colectivo y que tienen sus derechos congelados desde hace años, paralelamente la Xunta continúe rescatando con fondos públicos a Povisa para facilitar su saneamiento y su venta” .
LA XUNTA TUVO QUE AUMENTAR SU CONTRIBUCIÓN HACE POCO
Pese a años de recortes a sus empleados, Povisa amenazó con cerrar el año pasado si la Xunta no le pagaba más dinero, forzando una renegociación de la que ahora se aprovechará Ribera Salud.
TODOS LOS GRUPOS PREGUNTAN EN EL PARLAMENTO
La operación también ha suscitado el interés del principal partido de la oposición. Xaquín Fernández Leiceaga (PSOE) recuerda que es obligación del SERGAS garantizar tanto la calidad asistencial como las condiciones laborales de la plantilla. El portavoz parlamentario confirmó hoy que presentarán una pregunta oral sobre el tema. Algo que por cierto también harán en diferentes formatos todos los restantes grupos, incluído el del gobierno, el PPdeG.
Escribe tu comentario