El Marxismo empezó siendo un sistema filosófico, político y económico basado en las ideas de Karl Marx, pero ultimadamente en el sistema político español se adapta mas a la acepción de lo cómico, rozando lo esperpéntico que desarrollaban los hermanos estadounidenses.
A esa acepción me refiero a la hora de la unión de esos “grandes” partidos independentistas y supremacistas que nos brindan, un día sí y otro también, con perlas filosofo-cómicas en aras de la crispación y de la ruptura de nuestro país.
Hace unos días, estos “independentistas” se propusieron la “unión” de sus huestes en aras de conseguir presentarse a las elecciones europeas y alcanzar a “poner una pica en Flandes” con el fin de destruir, ya no solo nuestro país, sino también la comunidad europea.
De esta manera, han vuelto desarrollar completamente, una vez más, varias afecciones filósofo-cómica de “estos son mis principios, pero si no le gustan tenemos otros”, ya me imagino como están negociando esa alianza “la parte contratante de la primera parte es la parte….”.
Esta vez, como si se tratase del camarote de la afamada película, embarcan los tres partidos ERC, Bildu y BNG, en rumbo a las elecciones europeas para intentar alcanzar una posición en una comunidad en la que ninguno de ellos cree ni ninguno de ellos defiende.
En el caso del BNG, debo matizar que el giro de su doctrina pasando de un nacionalismo acérrimo a un oportunismo sin control, de manera que se suben al carro que más le conviene, viendo con alegría inusitada y con ilusión desmedida las maneras de actuar de sus nuevos jefes catalanes, mientras se apoltronan de manera aburguesada en los pocos cargos que les van quedando, añorando los asientos que han perdido cuando estaban al servicio del PSdeG.
Para estos tres partidos tengo una doctrina de ese personaje llamado Groucho que deberían poder utilizar sin rubor “Yo nunca pertenecería a un club en el que me quisieran a mí como socio”, es una doctrina mucho más acertada y adecuada a su manera de dictar.
En Galicia, algunos estamos cansados de un partido como el BNG que solo busca maneras de dejar en evidencia a los demás, un partido, que al igual que sus compañeros de viaje, está viviendo en el pasado, cuya única manera de pensar se basa en el enfrentamiento y en la discordia y que vive del miedo y ahora, además, del oportunismo, es hora ya de que le quitemos la máscara a estos independentistas que lo único que buscan es su control absoluto de todo el poder posible.
Debo incidir, además, que, si la unión de estos partidos se materializa finalmente, debemos denunciar que un voto a esta nueva conjura, significa un voto a la discordia, al enfrentamiento y a la ruptura de la sociedad, eso es un hecho.
Escribe tu comentario