Cómo combatir el calor sin que afecte a nuestro bolsillo

En los meses de invierno el consumo energético se dispara. Encendemos la calefacción, pasamos más horas en casa, los días son más cortos... Pero, contrariamente a lo que podemos pensar, el verano también es una época de alto consumo energético. ¿El mayor responsable? El aire acondicionado.

Según el útlimo estudio relizado por el comparador de seguros del hogar Acierto.com, durante la época estival el la factura de la luz de los hogares gallegos puede aumentar hasta un 30% con respecto al resto del año, casi 170 euros más. Depende por supuesto de los tipos de electrodomésticos y otros factores, pero el pico energético viene dado por la energía consumida por los aires acondicionados: un aparato de 2.200 frigorías consume una media de 1.350 vatios por hora, aunque los antiguos pueden llegar a empleara 2.900 vatios. 

CÓMO AHORRAR EN LA FACTURA DE LA LUZ

Lo primero que tenemos que hacer a la hora de refrigerar nuestros hogares es elegir el equipo adecuado. En la decisión deben influir las características del aparato, analizando cada detalle e informándose para elegir la mejor opción para cada casa. Asimismo, es importante valorar en qué estancia se va a instalar, pues se estima que el 20% de las necesidades de climatización de las viviendas se producen por pérdidas de frío o calor. 

Una vez tomada la decisión, es necesario controlar la temperatura. Un aire acondicionado a 26 grados puede suponer un 30% más de consumo que a 22 grados, y evitar dejarlo encendido durante toda la noche nos puede ahorrar 2,40 euros al día a nuestro bolsillo. Para mejorar la temperatura también es recomendable evitar que entre la luz del sol en nuestras casas, bien con toldos, cortinas opacas o persianas en las horas centrales. 

Además de estas medidas, otro buen consejo es mantenernos frescas a nosotras mismas. Es decir, mitigar la sensación de calor con ropa adecuada, dormir con sábanas de algodón y comer ligero, con verduras y frutas como ingredientes principales, ayudará a que nos sintamos mejor, no necesitemos tantos los métodos de refrigeración, y, por lo tanto, reducir el consumo energético, lo que nos permitirá difrutar más del verano.