Los programas electorales de los principales partidos no pueden obviar la sanidad pública. Casi quince años de políticas sanitarias del PP han creado una atmósfera de rechazo entre profesionales (un buen número sino militantes sí simpatizantes del PP) y en la sociedad. Desde los modelos sanidad pública-gestión privada, la no cobertura de plazas vacantes en el rural y hospitales con las urgencias saturadas han creado un debate idóneo para el campo de batalla electoral.