El proveedor de componentes automovilísticos Forvia (fruto de la compra de la alemana Hella por parte de Faurecia), que cuenta con plantas en Vigo y Ourense, se anotó un beneficio neto consolidado de 222 millones de euros en 2023, frente a las pérdidas de 382 millones registradas en el año anterior, según las cuentas publicadas por la empresa este lunes, al tiempo que ha anunciado un recorte de entorno 10.000 puestos de trabajo.
Faurecia cobró más de 18 millones del Estado y de la Xunta en subvenciones en los últimos años pero vendió la compañía este verano a un fondo alemán, que luego la revendió por un precio ínfimo a una empresa de Rumanaía. Antes el fondo vendió los terrenos a un precio muy inferior al del mercado, según los proletarios, que hablan de un pelotazo urbanístico y de "terrorismo laboral". Sus reivindicaciones han tenido hoy eco unánime en el Parlamento de Galicia, algo inhabitual.
Faurecia O Porriño, hoy conocida como Madera Fiber Technologies, primero cobró subvenciones, después cerró la planta y ahora pretende que el personal cobre de la administración. Esta es la denuncia que llevan semanas enarbolando los 103 trabajadores de esta empresa de O Porriño, sobre los que pende la amenaza de cierre empresarial. ¿Tiene base su queja?
Un centenar de empleos pende de un hilo después de que el fabricante francés vendiese la factoría a un fondo buitre, que la revendió por solo 3600 euros a una pequeña empresa rumana tras, supuestamente, malvender los terrenos.
Faurecia es un grupo francés de ingeniería y producción de equipos de automoción que tenía una planta en O Porriño,Madera Fiber. Vendió esta filial a un fondo de inversión alemán por un euro. Los nuevos dueños quieren cerrar la factoría tras vender los terrenos.
Callista Private Equity no oculta que es un fondo especializado en comprar empresas en crisis, ajustar gastos -lo que a menudo significa despidos- y revender poco después.