Unanimidad en el Parlamento para que Faurecia recompre Maderas Fiber tras el presunto "pelotazo"
Faurecia cobró más de 18 millones del Estado y de la Xunta en subvenciones en los últimos años pero vendió la compañía este verano a un fondo alemán, que luego la revendió por un precio ínfimo a una empresa de Rumanaía. Antes el fondo vendió los terrenos a un precio muy inferior al del mercado, según los proletarios, que hablan de un pelotazo urbanístico y de "terrorismo laboral". Sus reivindicaciones han tenido hoy eco unánime en el Parlamento de Galicia, algo inhabitual.
Los trabajadores de esta fábrica de O Porriño llevan semanas alertando que la empresa cerrará tras cobrar millonarias subvenciones y una sospechosa venta de los terrenos a través de un "fondo buitre" alemán y una desconocida empresa de Rumanía.
El Parlamento Gallego ha aprobado este viernes por unanimidad una proposición no de ley presentada por el BNG, y enmendada por los populares, en la que se insta a la Xunta a poner en marcha medidas para intentar salvar la unidad productiva y los puestos de trabajo de Madera Fiber.
En concreto, en la iniciativa aprobada por todos los grupos se insta al Gobierno gallego a "reunirse con el comité de empresa en todas las ocasiones que sean precisas" para conocer la situación, así como incidir en la búsqueda de empresas que puedan estar interesadas en invertir en la compañía, "conservando la unidad productiva y, así, los puestos de trabajo existentes".
Finalmente, la iniciativa reclama a la Consellería de Emprego que se medie en este conflicto con las personas trabajadoras para buscar una solución a la situación y lograr mantener los más de 100 puestos de trabajo.
PRESIÓN A FAURECIA
El acuerdo se produce un día después de que la conselleira de Economía, Industria e Innovación, María Jesús Lorenzana, asegurase que pedirá a la multinacional auxiliar del sector de la automoción Faurecia que recompre Madera Fiber, en la actualidad en concurso de acreedores.
La situación, según explicaron los trabajadores, viene dada después de que en julio de 2021 Faurecia comunicase a los empleados la venta de la unidad productiva al grupo Callista Private Equity, tratándose de un fondo buitre alemán.
En enero de 2022 esta compañía tomó el control de la planta de O Porriño tras el pago de un euro, pese a que Faurecia además inyectó capital por valor de tres millones, según denuncian los empleados.
En ese momento, los responsables del comprador se reunieron con el comité informando de que traían un plan industrial para dar viabilidad a las instalaciones. "La realidad que pudimos comprobar fue que nunca tuvieron un plan industrial, ni invirtieron nada para tenerlo, sino todo lo contrario, se dedicaron a descapitalizar la planta, llegando incluso a vender los terrenos en julio de 2022 por un precio muy inferior al valor de mercado de 2,4 millones", criticó el presidente del comité de empresa, Leonardo Suárez.
"En febrero de este año el fondo buitre alemán, siguiendo su modus operandi habitual, abandona la antigua planta de Faurecia cediendo los activos por 3.600 euros a una empresa rumana gestionada por Rüdiger Wisser, personaje que se define a sí mismo como 'el enterrador", añadió el presidente del comité. Según él, el nuevo propietario dejó claro que pretendía buscar un nuevo comprador o cerrar la planta y el pasado jueves, 14 de septiembre, presentó el concurso de acreedores.
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