No da síntomas y es el segundo tumor maligno más frecuente en el hombre tras el de piel, pero puede ser "prevenible y curable".
Año tras año, la supervivencia se incrementa un 1,4 por ciento, situándose en la actualidad en el 85%.
La tasa de curación es "magnifica", según la plataforma de afectados gallegos, supera el 95%. Falta un plan de prevención.