La guerra civil entre los ex-convergentes desencadena una remodelación de gobierno de la que, por ahora, se salvan los consellers de Esquerra Republicana. Torra coloca a perfiles más fieles en puestos claves de cara a una posible sentencia del Supremo que pronto lo inhabilite como president de Cataluña.
La tensión entre los ejecutivos español y catalán no desaparece ni en plena crisis del coronavirus. El Estado se ve forzado a desautorizar publicamente al conseller de Interior. Sólo el Ministerio de Sanidad es competente en lo referido a las medidas de confinamiento.
Los sindicatos revisan las actuaciones policiales y defienden a los agentes.
¿Cómo pudieron cientos de ultras recorrer Barcelona hasta acercarse a donde se manifestaban lso independentistas? Con este argumento la ANC y ERC cargan contra Miquel Buch. Otra muestra de la división que empieza aflorar el el bando catalanista, con un Torra muy cuestionado por sus socios de gobierno tras lanzar el órdago de convocar otro referendum sin consultar.