# Claves de la semana

El vallado de la antigua estación de buses de Vigo aboca a una docena de personas sin hogar a buscar alternativas

Algunas de ellas advierten de que no se moverán porque no tienen donde ir, y acusan a las administraciones de tenerlas "abandonadas"

Persona sin hogar en las instalaciones de la antigua estación de autobuses de Vigo, en la Avenida de Madrid.

Algunas de ellas advierten de que no se moverán porque no tienen donde ir, y acusan a las administraciones de tenerlas "abandonadas"

La Xunta de Galicia ha confirmado este jueves que procederá al vallado de las instalaciones de la antigua estación de autobuses de Vigo, en la Avenida de Madrid, "a la mayor brevedad posible", lo que abocará a una docena de personas sin hogar, que actualmente pernoctan en la zona, a buscar alguna alternativa.

El gobierno gallego ya anunció hace semanas su intención de vallar el recinto, y este jueves ha confirmado que por fin podrá hacerlo, después de que el Ayuntamiento de Vigo haya concedido la alineación de la parcela, "requisito previo a poder tomar cualquier medida al respecto".

Fuentes autonómicas han informado de que, además de entregar ya el plano topográfico del inmueble, se han pedido ofertas a empresas para llevar a cabo ese cierre lo antes posible, "para garantizar la seguridad vial para la ciudadanía y prevenir la ocupación del inmueble".

El gobierno gallego, han añadido las mismas fuentes, "está analizando las posibilidades de uso de la antigua estación", aunque ya en 2020 había anunciado su intención de construir en ese espacio un centro intergeneracional, que incluyese un centro de día para mayores y una escuela infantil.

Esos planes chocaron con la posición del Ayuntamiento, que ha reclamado la reversión del inmueble y ha subrayado que el nuevo Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) prevé una zona verde en ese parcela. Además, el gobierno local vigués ha culpado a la Xunta del deterioro de las instalaciones.

La antigua terminal cerró sus puertas a finales de 2022, cuando se puso en marcha la nueva estación de buses en el complejo de Vialia, en Urzáiz. Meses después comenzaron a instalarse varias personas sin hogar en la zona exterior, bajo la cubierta de la estación.

Por ese asentamiento han pasado diversas personas, algunas de ellas extranjeras, y actualmente alrededor de una docena de hombres y mujeres sin hogar pernoctan en construcciones precarias, con colchones rodeados de cartón, plástico y palés de madera.

BUSCAR OTRO LUGAR
Es el caso de un hombre que lleva vivienda en la estación un año y medio y que, ante la noticia de que el recinto será vallado, ha admitido con resignación que buscará otro lugar en la calle para dormir. "Aquí cerca controlo varios sitios, por la zona de Gregorio Espino", ha explicado a Europa Press, y ha señalado que, a día de hoy, no cuenta con ningún ingreso.

Según ha explicado, las antiguas instalaciones de la terminal de buses "son perfectas" porque la gente que vive ahí "es tranquila". "Dormimos aquí, por las mañanas unos vamos a las instalaciones de Érguete a desayunar, asearnos o lavar la ropa; a mediodía la gente se desplaza a los comedores sociales y por la noche viene a dormir", ha indicado, antes de advertir de que, al menos la mitad de las personas sin hogar en este lugar no disponen de ingresos.

Este hombre, natural de Pontevedra pero con familia en la ciudad olívica, ha apuntado que, ya antes de que cerraran las instalaciones, muchas personas sin hogar se refugiaban en la estación huyendo del frío y la lluvia hasta la hora de cierre. Un año después de que dejara de estar operativa, "empezó a llegar la gente, primero un chico caboverdiano y luego más, que antes pernoctaban en galerías por la zona de O Calvario", según ha relatado.

Además de las personas instaladas tanto en la parte delantera como trasera de la estación, también se ha afincado en la zona un matrimonio de unos 60 años que vive en un coche, "de forma temporal", según se han apresurado a aclarar. Según han explicado llevan allí "unos meses" y, si se valla el recinto, buscarán otro sitio, aunque insisten: "Tenemos una vivienda en propiedad, aquí cerca, estamos esperando a resolver un problema legal, de herencias, para poder ir".

SIN ALTERNATIVA
Otro de los espacios está ocupado por una madre, su hija y la pareja de ésta, además de otra joven, que avisan de que no tienen alternativa si tienen que abandonar las instalaciones de la antigua estación. La mujer mayor, afectada por un grave brote de soriasis y con el cuerpo lleno de llagas, ha lamentado el "sufrimiento" que le causa su enfermedad, agravado por las circunstancias en las que vive.

Mientras se afana en barrer el entorno, donde se acumulan colchones, sillas, mantas y otros enseres, ha criticado que, con sus problemas de salud, "nadie" se ha preocupado por ella. "Nos tienen abandonados, todos, todas las administraciones", ha clamado.

Por ello, ha advertido de que seguirán donde se han instalado, aunque vallen el recinto. "De aquí no nos vamos, ¿qué problema hay por quedarnos mientras no se hace nada en el edificio? Si ponen vallas, las quitaremos", ha asegurado, antes de explicar que hay "buena relación" con los vecinos, que les llevan ropa y comida.

La otra mujer que vive con ellas, ha explicado que lleva en la calle siete meses, después de haber perdido su trabajo y, aunque ha reconocido que ha pedido ayudas y que su caso está en manos de los servicios sociales, ha incidido en que, si tienen que abandonar la antigua estación no tienen otro lugar al que ir.

SERVICIOS SOCIALES A SU DISPOSICIÓN
Fuentes municipales han explicado a Europa Press que los Servicios Sociales municipales han ofrecido a las personas que pernoctan en ese recinto "todos los recursos" de los que disponen. "La unidad de calle ha estado en varias ocasiones allí, se les ha ofrecido el albergue y lo han rechazado", han añadido dichas fuentes.

Por su parte, desde la administración autonómica atribuyen la competencia de tomar medidas sobre esta situación al Ayuntamiento.

Estas personas reciben también semanalmente la visita de miembros del Foro Socioeducativo Os Ninguéns, un colectivo que reclama desde hace años medidas tanto al Ayuntamiento como a la Xunta para dotar a la ciudad de un parque público de vivienda con precios de alquiler accesibles para las personas más vulnerables.

CRÍTICAS DEL BNG
Por su parte, el grupo municipal del BNG ha urgido este jueves alternativas habitacionales para estas personas, que "malviven en situación de vulnerabilidad social", tras conocerse que la Xunta va a cerrar el recinto y a impedir el acceso a personas sin hogar.

"Es indecente que la única medida que adopte el gobierno de Rueda sea la de cerrar la estación sin atender antes a las personas en situación de exclusión social", ha censurado del portavoz nacionalista, Xabier Pérez Igrexas, que también ha criticado al gobierno local por la "falta de verdaderas políticas de integración e inclusión social".

Tras recordar que "la pobreza no se combate con vallados", ha pedido a ambas administraciones que cooperen para solucionar esta situación. En el caso de Vigo, ha recordado que el Ayuntamiento maneja un presupuesto de más de 300 millones de euros y no ofrece alternativas a las casi 200 personas que viven en las calles de la ciudad, ya que el albergue municipal tiene "menos de 40 plazas" y unas "condiciones muy limitadas y precarias".

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