La minera de Touro asegura que ya está solucionando la contaminación de las aguas con una nueva planta
La compañía Atalaya Minning insiste en que sigue decidida al 100% a presentar una nueva solicitud para reabrir la explotación de cobre. Además de la planta de tratamiento ya en marcha, está haciendo 'lobby' en asociaciones para tratar de impedir la ola de rechazo social que ayudó a tumbar su anterior plan.
La principal razón de la Xunta para denegar la reapertura de la mina de Touro fue la potencial contaminación del Ulla y sus afluentes. Ahora la multinacional que promueve el plan, Atalaya Mining, anuncia que "la compañía está operando ahora una nueva planta de tratamiento de aguas en Touro" y que el resultado es "una inmediata y visible mejora de la calidad de los cauces de agua alrededor del proyecto". Así figura en el informe de resultados del tercer cuatrimestre de 2022, que la empresa acaba de publicar.
¿Si la Administración tumbó la reactivación de la explotación, por qué Atalaya financia una nueva planta de tratamiento? El razonamiento de la minera es que Atalaya "se presentó voluntaria para arreglar los históricos problemas de acidez del agua antes de solicitar la Declaración de Impacto Ambiental para demostrar su filosofía de trabajo y los beneficios de las tecnologías modernas".
Se puede interpretar que antes de volver a la carga, la empresa quiere demostra a la Xunta que usando las nuevas tecnologías no hay riesgos de contaminación del agua y, es más, se puede mejorar la calidad existente. Hay que recordar que Atalaya ya anunció que volvería a presentar una solicitud de reapertura.
También hay que tener en cuenta que los actuales propietarios del terreno acumulan multas de la Xunta por, precisamente, la contaminación de las aguas en su zona, donde operan una cantera y una planta de residuos donde antes operó una mina de cobre hasta 1987. La multada no es Atalaya directamente, sino sus socios locales, Explotaciones Gallegas, con los que mantienen una alianza a través de la filial Cobre San Rafael, quien presentó el proyecto de reapertura.
ACTIVIDADES DE LOBBY
Cobre San Rafael lleva tiempo preparando el terreno para una nueva solicitud. Además de los problemas de contaminación y el temor a una ruptura de las balsas, el primer plan fracasó en medio de una importante oposición vecinal. Conscientes de la importancia de la batalla de la opinión pública, los empresarios mineros se han lanzado a un programa de patrocinios -son el principal patrocinador del equipo de fútbol SD Compostela por ejemplo- y de reuniones con colectivos para convencerles de las presuntas bondades de la reapertura.
"Comentarios positivos y favorables tras numerosas reuniones con municipios, asociaciones de agricultores y pescadores y otras industrias".
En la nueva documentación pública, la sociedad asegura que esta actividad promocional le está dando resultados. "En paralelo con los permisos proceso, la compañía está centrada en numerosas iniciativas relacionadas con la obtención del beneplácito de la sociedad, incluido el diálogo con muchas de los actores interesados en la zona, como paso previo a la presentación de un diseño mejorado del proyecto", explica antes de añadir que recibió "comentarios positivos y favorables tras numerosas reuniones con municipios, asociaciones de agricultores y pescadores y otras industrias".
Así las cosas, Atalaya indica otra vez que presentará una nueva solicitud, con balsas totalmente revestidas de una gruesa capa de plástico que permitan asegurar un riesgo de "descarga cero".
Lo que no indica es cuándo dará el paso y hay tener en cuenta que ya han pasado dos años y medios desde que la Xunta rechazó su primer proyecto. Desde entonces, el precio del cobre en los mercados internacionales se ha encarecido notablemente, aunque ha sufrido cierta caída desde el estallido de la guerra en Ucrania.
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