Cómo sacar rentabilidad a tu ahorro en un contexto inflacionista
La inflación llegó al 3 % en febrero. Esto quiere decir que los ahorros que no producen rendimiento perdieron ese porcentaje de valor durante el segundo mes de 2025. Por eso, se recomienda siempre buscar la rentabilidad con depositos a plazo fijo o con cualquiera de los instrumentos para combatir la inflación.
¿De qué hablamos cuando hablamos de rentabilizar el ahorro?
Por sí solo, el ahorro no garantiza una estabilidad financiera a largo plazo si no se gestiona de manera eficiente. En un contexto económico como el actual, en el que la inflación ha experimentado un ligero repunte y se mantiene en el 3 % según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el dinero inmovilizado en cuentas sin rendimiento pierde poder adquisitivo con el paso del tiempo.
Además, la incertidumbre económica que ha caracterizado los últimos años dificulta calcular rentabilidad y la toma de decisiones respecto a dónde invertir el capital. En este escenario, las fluctuaciones de los mercados y la falta de previsibilidad en la evolución de ciertos activos financieros han hecho que muchos ahorradores duden a la hora de decidir dónde colocar su dinero.
Existen dos enfoques principales para rentabilizar el ahorro:
- Por un lado, una estrategia conservadora que busca garantizar una rentabilidad moderada con el menor riesgo posible, a través de productos financieros de renta fija como los depósitos a plazo fijo o las cuentas de ahorro.
- Por otro lado, una estrategia más arriesgada que busca maximizar el rendimiento mediante la inversión en activos financieros más volátiles, como acciones o fondos de inversión, que pueden generar mayores beneficios, pero también exponen el capital a pérdidas significativas.
Elegir la estrategia adecuada dependerá del perfil de cada ahorrador; el riesgo que quiere asumir, su horizonte temporal y su conocimiento de los distintos productos financieros disponibles.
Cómo obtener rentabilidad del depósito de ahorro
Existen distintas opciones para quienes desean obtener rendimiento de sus ahorros sin asumir riesgos innecesarios: puede optar por instrumentos como los depósitos a plazo fijo, las cuentas de ahorro o las cuentas remuneradas. Cada una de estas alternativas tiene características específicas que influyen en la rentabilidad y flexibilidad de los fondos depositados.
Por otro lado, aquellos dispuestos a asumir un mayor nivel de riesgo pueden explorar los activos financieros: invertir en acciones, criptomonedas o productos especulativos ofrece el potencial de obtener ganancias elevadas, aunque también conlleva la posibilidad de pérdidas considerables. A continuación, analizamos en detalle cada una de estas opciones para ayudarte a elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.
1. Depósitos a plazo fijo
Los depósitos a plazo fijo son una opción segura para quienes buscan obtener una rentabilidad estable sin asumir riesgos innecesarios. Funcionan como una especie de préstamo del cliente al banco: el usuario deposita una cantidad determinada de dinero y se compromete a no retirarla durante un plazo específico, que suele oscilar entre seis meses y cinco años. A cambio, la entidad financiera garantiza una tasa de interés fija que se aplica sobre el capital inmovilizado.
Esta modalidad resulta atractiva porque ofrece un rendimiento superior al de las cuentas corrientes y, al estar regulada mediante un contrato, el titular tiene garantizado el cobro de los intereses pactados.
No obstante, la falta de acceso al dinero durante el plazo estipulado puede ser una limitación para quienes necesiten disponer de liquidez en cualquier momento. Además, si la inflación supera los intereses ofrecidos, el poder adquisitivo del dinero depositado podría verse afectado.
2. Cuentas de ahorro
Las cuentas de ahorro combinan rentabilidad con flexibilidad, permitiendo a sus titulares generar intereses sobre su saldo sin restricciones en la disposición del dinero. A diferencia de los depósitos a plazo fijo, estas cuentas no imponen plazos de permanencia, lo que significa que el usuario puede retirar fondos en cualquier momento sin penalizaciones.
Este tipo de producto financiero es ideal para quienes buscan una alternativa de bajo riesgo sin perder acceso a su dinero. Sin embargo, la rentabilidad que ofrecen suele ser inferior a la de los depósitos a plazo fijo, y algunas entidades establecen límites sobre el saldo máximo remunerado o exigen un depósito mínimo para comenzar a generar intereses.
3. Cuentas remuneradas
Las cuentas remuneradas combinan las funcionalidades de una cuenta corriente con la posibilidad de obtener intereses sobre el saldo depositado. A diferencia de las cuentas de ahorro, permiten realizar operaciones bancarias habituales, como transferencias, domiciliaciones de recibos y pagos con tarjeta, lo que las convierte en una opción conveniente para el día a día.
No obstante, la rentabilidad de estas cuentas suele ser inferior a la de los depósitos a plazo fijo o las cuentas de ahorro, ya que su principal atractivo radica en la operatividad bancaria y no en la generación de intereses.
Además, muchas entidades exigen ciertas condiciones para acceder a la remuneración, como la domiciliación de nóminas, la contratación de productos adicionales o la realización de un número mínimo de operaciones mensuales.
4. Activos financieros: invertir dinero en productos con gran rentabilidad
Para quienes estén dispuestos a asumir un mayor riesgo en busca de una rentabilidad superior, los activos financieros pueden ser una opción interesante. Dentro de esta categoría se encuentran productos como las acciones, los fondos de inversión, los bonos del Tesoro y otros instrumentos de inversión especulativa que permiten obtener beneficios a través de la compra y venta en los mercados.
La clave de estas inversiones radica en la especulación: comprar a un precio bajo y vender cuando el valor del activo haya aumentado.
Sin embargo, este tipo de operaciones conllevan una alta volatilidad, lo que significa que las fluctuaciones del mercado pueden generar tanto ganancias significativas como pérdidas importantes. Además, la coyuntura económica influye directamente en el comportamiento de estos activos, haciendo que su valor pueda experimentar cambios bruscos en periodos de inestabilidad.
La elección entre productos de ahorro con rentabilidad garantizada o inversiones de mayor riesgo dependerá del perfil de cada ahorrador y sus objetivos financieros. Mientras que los depósitos a plazo fijo, cuentas de ahorro y cuentas remuneradas ofrecen seguridad y estabilidad, los activos financieros brindan oportunidades de ganancia más elevadas, aunque con un riesgo considerablemente mayor.
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