Rubén Pérez Sueiras: "Los toros son un sector donde unos pocos captan grandes cantidades de dinero y crean trabajos precarios"
Rubén Pérez Sueiras es portavoz de la Fundación Franz Weber, una fundación animalista que aboga por la abolición de las corridas de toros. En este caso, hablamos de las corridas que se celebran en la ciudad de Pontevedra durante las fiestas de A Peregrina. Los argumentos que esgrime desde la Fundación es que estamos ante un espectáculo que a día de hoy solo puede mantenerse a base de subvenciones y ayudas públicas.
-¿Por qué Pontevedra es la única ciudad gallega que celebra corridas de toros en sus fiestas patronales y por qué crees que hay esa afición en este lugar? Por otra parte está el factor de un gobierno local teóricamente contrario a este tipo de espectáculos.
Aquí hay dos factores, por una parte influye que la plaza sea de titularidad privada y de las mismas personas que organizan la feria taurina, porque al final también supone un ahorro económico para ellos. La plaza está vacía el resto del año, no existe una programación anual como puede haber en otros equipamientos privados. Además, parte de la gente que participa en la organización y espectáculo, toreros e incluso ganaderías, forman parte de la propia empresa que explota la plaza. Esto último también es un ahorro. A esto se une el efecto de 'aldea gala' o bastión que tiene como efecto que los aficionados taurinos de Galicia se sientan reivindicados en los dos días de tauromaquia. Debo decir que no se producen llenos en la plaza pontevedresa y también es curioso que siendo la única feria taurina de la comunidad, buena parte de los y las asistentes son público foráneo, turistas que vienen a otras poblaciones de Rías Baixas. En segundo lugar, tenemos que el propio gobierno local mantiene un convenio con la empresa propietaria de la plaza para usarla en determinados días del año. Un ejemplo es la Feira Franca donde realizan actividades en su interior de forma gratuita, o bien, que se use para cobijar a los animales que participan en cabalgatas. Aunque sea poco dinero, es suficiente para que los propietarios puedan realizar mantenimiento del lugar. Es cierto que el gobierno local tiene una cuestión importante pues podría rescindir el convenio o no renovarlo y hacer otro tipo de actividades en la Feira Franca.
-El Concello estaría también beneficiándose de lo que son las instalaciones, no de la feria en sí.
Un día al año no justifica ese convenio de la misma forma que si alquilaran la plaza fuera de ese convenio. Seguramente no pagarían lo que pagan. En ese sentido, el Concello en ese aspecto tendría que ser más valiente por eso a veces da la sensación que no se desea avivar el debate quizá porque no interesa mucho. Las competencias sobre corridas de toros son compartidas entre Xunta y Estado central, hay sentencias del Constitucional señalando que las comunidades autónomas no pueden prohibir ni regular en exceso la tauromaquia, las autoridades locales sí podrían tener un papel de sensibilización o de no subvencionar o apoyar directamente estas actividades. El Concello asume la seguridad del tráfico alrededor de la plaza con la Policía Local, eso son horas extra y trabajo de personal funcionario para que esos dispositivos funcionen.
-¿La suspensión de la tauromaquia en Pontevedra podría suponer la pérdida de electorado al gobierno local?
No lo tenemos claro. La Fundación Franz Weber ha hablado con el BNG en otros contextos y con el PSOE pontevedrés de vez en cuando sobre los toros y el acceso de menores, pero no hemos visto que exista un electorado que, ante la suspensión de las corridas de toros, dejen de votar al actual equipo de gobierno local. Cierto es que tanto el electorado conservador y el de progresista están parejos, por eso nos parecería un tanto extraño que el BNG adujera ese argumento. Considero que tienen un modelo de gobernanza donde se prioriza las áreas peatonales para una ciudad habitable para las personas y el caso de las corridas se ve como algo polémico, como podría ser ENCE. Oponerse a esta última es hacerlo a una empresa ajena pero con cierto apoyo social y en el caso de la tauromaquia es una cuestión más ideológica. No hay mediciones ambientales ni de afectación económica, es más, nadie se sorprendería al saber que los espectáculos taurinos en Pontevedra no generan empleo de calidad y su supresión no supondría un mal a la ciudad porque existen otros atractivos.
-¿Supondría perder un sello de identidad para Pontevedra?
Existen ejemplos como A Coruña donde se suspendieron las corridas y nadie ha reclamado su vuelta y que si se hace sería con subsidios públicos y además la programación cultural y social es mucho más atractiva. Por tanto, la asistencia de 8.000 personas dos veces al año a espectáculos de tauromaquia no genera ingresos importantes. Se pueden sustituir por conciertos gratuitos o entradas más baratas. Esa sería una forma de comprobar que se pueden hacer otras cosas y que se puede romper ese convenio.
-Y aún así queda saber cuáles son los intereses detrás de esta fiesta en Pontevedra. La ganadería de lidia, por ejemplo, ¿económicamente es relevante?
El toro de lidia no es rentable si no hay corridas de toros, ¿por qué?, porque se vende mucho más caro este animal que cualquier otro tipo de ganado comercial. La ley que declara la tauromaquia como patrimonio nacional e inmaterial es consecuencia de un empuje que realizan tanto formaciones políticas como movimientos sociales. Esto en parte se debe a la escasa asistencia a las corridas de toros por parte de un público mayoritario, pues la plataformas a favor de la tauromaquia son las que promocionan estos espectáculos entre la gente más joven incluso con entradas gratuitas para los más pequeños, en el caso gallego no pero en el resto de España sí. Por tanto, estamos ante el mantenimiento de una industria donde unos pocos son capaces de capturar una cantidad de dinero importante y la inmensa mayoría del sector son empleos de mala calidad y temporales.
-Y aún así, hay una industria detrás, puede que pequeña, pero la hay.
Hablamos de una industria de corte aristocrático y vinculadas a ciertas élites, sobre todo desde que se le llamó Fiesta Nacional en la dictadura franquista. Y por otra parte, los toreros ya no son aquellos héroes que salían de la miseria para hacerse una carrera como matadores. Hoy en día tienen inversiones inmobiliarias y de otro tipo, todas apartadas del mundo de la lidia porque son conocedores de su escasa rentabilidad, solo hay subsidios. La Fundación Toro de Lidia está prácticamente enfocada en captar fondos para crear circuitos de novilladas y el ratio de público para esas novilladas es muy bajo, por eso necesitan subsidios.
Escribe tu comentario