¿Hubo amenazas y un escrache contra la conselleira por Altri? Melide Vivo y el autor del cartel lo niegan

El enfrentamiento entre los críticos con Altri y la Xunta de Galicia ha alcanzado un nuevo pico de tensión tras una protesta durante la carrera del 8-M en Melide. Mientras el Gobierno gallego y el PP denuncian un supuesto “escrache” a la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, los vecinos rechazan las acusaciones y aseguran que solo buscaban alzar la voz contra la fábrica de Altri en Palas de Rei. El incidente ha reavivado el debate sobre un proyecto industrial que divide a la comarca de A Ulloa.

El pasado domingo, el Concello de Melide organizó una carrera-andaina para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, un evento que reunió a más de un centenar de participantes. En la parroquia de Os Ánxeles, un grupo de 14 personas del colectivo Melide Vivo, opuesto a la instalación de una fábrica de fibras textiles de Altri, se congregó para animar a las corredoras. Exhibieron pancartas, una de ellas con el mensaje: “Ánxeles, veciña, ti tamén tes familia. Non descansaremos”, dirigido a la conselleira Ángeles Vázquez, quien reside en la zona.

El lunes, la Xunta y el PP de Lugo acusaron al colectivo de haber perpetrado un “escrache” frente al domicilio de Vázquez, calificándolo como un intento de coacción relacionado con la tramitación del proyecto de Altri. El conselleiro de Presidencia, Diego Calvo, condenó la acción, sugiriendo que se trató de un acto intimidatorio.
Melide Vivo: “No hubo intimidación, fue una reivindicación vecinal”

Desde Melide Vivo, la respuesta no se hizo esperar. Ramón Laia, vecino y autor de la polémica pancarta, niega rotundamente las acusaciones. Según explica en Nós Diairo, los manifestantes se situaron a más de 200 metros de la vivienda de la conselleira, de espaldas a su casa y mirando hacia el recorrido de la carrera. Laia subrayan  que no hubo intención de amenazar a nadie, solo de concienciar sobre el impacto de la industria, que estaría a cinco kilómetros de la villa.

Sobre la pancarta, Laia defendió que el mensaje era un recordatorio a Vázquez, como vecina de la comarca, de que la contaminación de la planta de Altri también afectaría a su familia. En su opinión, la verdadera amenaza es la fábrica, no un grupo de vecinos en un acto público.

La polémica se enmarca en la creciente oposición al proyecto de Altri, que a través de su filial Greenfiber -que comparte con la gallega Greenalia- planea establecer una macrocelulosa en Palas de Rei. Aunque el PP y la empresa destacan las oportunidades económicas y de empleo que generaría, los detractores alertan de los riesgos para la salud y el entorno, respaldados por opiniones de expertos y colectivos ecologistas.

Melide Vivo lleva más de un año movilizado, argumentando que la proximidad de la planta –a 5 kilómetros de Melide y 10 de Palas– supone una amenaza directa para la población. El Gobierno gallego, por su parte, asegura que el proyecto será evaluado con rigor legal y que no cederá a presiones externas. La evaluación final depende de Medio Ambiente, conselleria que dirige Vázquez, ex-alcaldesa de Melide.  

El incidente ha desatado una tormenta política. Desde la Xunta, el vicepresidente Diego Calvo, en ausencia del presidente Alfonso Rueda por un viaje institucional, señaló al BNG como instigador de la protesta, afirmando que en las imágenes se identificó a un exconcejal nacionalista. 

El conservador interpreta que lo sucedido forma parte de una estrategia de coacciones contra cargos públicos, declaró, advirtiendo que la situación podría derivar en medidas legales si las acciones escalan. También criticó la presencia de menores en la protesta.

 "A política do BNG e os seus satélites é a política do medo, da ameaza e da presión. Accións coma as ameazas a  Ánxeles Vázquez deben ser condenadas publicamente", indicó ayer el Partido Popular de Galicia.

El PP de Lugo también salió en defensa de Vázquez, lamentando las supuestas “presiones” en su hogar y exigiendo que se respete el proceso técnico de evaluación de Altri. “La discrepancia es legítima, pero el acoso personal no tiene cabida en democracia”, manifestaron. En redes sociales, la propia conselleira expresó su malestar: “Hay líneas rojas que no se pueden cruzar. Con las familias no se juega”.

Melide Vivo, sin embargo, rechaza cualquier vínculo con el BNG. Laia aclaró que no milita en el partido desde hace más de una década y que su participación fue como vecino, no como representante político. “Somos una plataforma ciudadana, no un brazo de ningún partido”, zanjó.