Moción de censura en Ourense: PP y PSOE avanzan en unas difíciles negociaciones para desalojar a Jácome

Lo que parecía imposible hace unas semanas ahora ha pasado a ser factible. Gonzalo Pérez Jácome podría ser expulsado en breve de la alcaldía de Ourense , de fructificar las negociaciones en marcha entre los grupos municipales del PP y de PSdeG.

El presidente del PP de Ourense Xosé Manuel Baltar sopesa alternativas y mide los tiempos. Por ahora reconoce el diálogo y lo justifica. Acaba de declarar que la agrupación local tiene total autonomía para abrir un diálogo al respecto. 

Hay que recordar que los conservadores llevan años desoyendo las súplicas del PSdeG para negociar un pacto. Los del PP incluso llegaron a imponer un veto al líder socialista, Rafa Villarino; veto que ahora nadie alude.  

¿A qué se debe el cambio de postura del PP? Por lo menos a tres factores: la consolidación de su mayoría en la Deputación, las grietas internas en el PSdeG de Ourense y la repesca de Manuel Cabezas como alcaldabe conservador.

BALTAR YA NO NECESITA A JÁCOME

En primer lugar, Baltar aseguró al 100% su continuidad en la Deputación al fichar a una escindida de Ciudadanos para su grupo de gobierno provincial. Por mucho que Democracia Ourensana busque venganza, la mayoría del PP en la Deputación está blindada. 

Por otro lado, la apertura de negociaciones con el grupo socialista de Villarino puede ayudar a los conservadores a ampliar la brecha interna que ya hay en el PSdeG local. Una brecha que se aprecia en que la nueva secretaria general del PSOE de la ciudad de Ourense Natalia González ha reconocido que no conoce el detalle de las negociaciones y ha recordado que la ejecutiva local puede vetarlas. 

Las negociaciones las lleva Rafa Villarino, cuyo bando perdió los comicios locales internos hace unos meses ante el bando de González, que cuenta con el apoyo del aparato autonómico del PSdeG.

EL PP ALIMENTA EL CONFLICTO INTERNO EN EL PSOE DE OURENSE

Baltar calcula que con el precedente de la derrota en el congreso local, el bando de Villarino tiene complicado ganar unas eventuales primarias para decidir el próximo candidato a las alcaldías. Por eso, si ahora permite al PSOE llegar a la alcaldía, podría alentar la confusión en el votante socialista. El elector podría percibir como los socialistas encubran un alcalde para, poco después, no presentarlo a las elecciones.

"El PP pide obviamente que estén de acuerdo los concejales del PSOE, faltaría más, y también pide un reparto de áreas que repeste las áreas que tenían al principio de mandato; esta es una cuestión que nosotros estamos dispuestos a negociar porque entendemos que aunque ellos tuvieran ciertas áreas al incorporar más concejales socialistas igual habría que hacer rediseño de algunas áreas y habría que ajustarlo un poco al proyecto de ciudad que queremos llevar a cabo", declaró Villarino a Radio Ourense este jueves.  

Por su parte, González, dijo que cualquier acuerdo debe ser ratificado a nivel local, provincial y autonómico y federal. Por si alguien lo olvidadaba, le recuerda a Villarino que el no puede negociar con el PP con plena autonomía.  La líder local prometió actuar "por el libro". Es decir, no descartando el pacto, pero tampoco apoyándolo en ningún momento. En todo caso, al PSdeG a nivel gallego también le sería complicado ahora vetar un pacto por que lleva años clamando.

¿MANUEL CABEZAS VICEALCALDE HASTA LAS ELECCIONES?

El tercer factor a tener en juega es el retorno de el ex-alcalde Manuel Cabezas  al liderazgo del PP de Ourense. Consciente de que tiene poco tiempo para marcar perfil, Cabezas ha sido quien alentó la salida del PP del gobierno local y Cabezas es quien está negociando con Villarino.

Baltar, cuya némesis es Villarino, podría desautorizar a Cabezas, pero esto sería un palo para las posibilidades del veterano político, que siempre gozó de cierta autonomía en el PP de Ourense con Baltar padre. Y hay que recordar que el PP de Ourense necesita unos buenos resultados en la ciudad para asegurarse una mayoría en la Deputación en 2022. 

Como la líder socialista, ambiguo también fue Baltar, a la espera de pulsar cómo respira el aparato local y autonómico del PSdeG. El presidente de la Deputación defendió que "se tomen las determinaciones que se deban tomar pero siempre respetando la autonomía del partido en la ciudad, teniendo en cuenta que el principal objetivo es que Cabezas sea alcalde en 2023".  El papel del ex-alcalde en un hipotético ejecutivo encabezado por Villarino es, por lo tanto, una pieza clave.

Por ahora, ambos bandos han confirmado entre líneas que las negociaciones pasarían porque el PP de Ourense recuperase todas las concejalías que tenía inicialmente con Jácome. El mero reconocimiento público de la existencia de negociaciones sobre el reparto de concejalías es muy significativo de lo avanzado que puede estar el diálogo.

¿Cual ha sido la reacción de Jácome? Por ahora, quitarle hierro a estos movimientos, que ha calificado de "serpiente de verano". Lo cierto es que poco más puede hacer, pues su papel en la Deputación ya no es determinante desde que Baltar fichó oficialmente a la ex-naranja Montse Lama.

Curiosamente, uno de los aspectos que se ha filtrado es que el nuevo gobierno de Ourense puede ser a tres bandas, pues parece que hay intención de darle cabida también al representante de Ciudadanos, Pepe Araújo, que ha descartado  volver a formar parte del PP. 

Mientras, el BNG asiste a las negociaciones sin formar parte de ellas. Xosé Luis Seara ha dicho hoy en Onda Cero que un hipotético acordo sería una "tomadura de pelo".