Portazoz de la Asociación Batas Blancas, asociación sin animo de lucro que reúne a profesionales relacionados con la medicina de forma directa o indirecta, que creen en una medicina ética, basada en la evidencia y orientada hacia el paciente, de calidad tendente a la excelencia, con una administración honesta y transparente y unas relaciones personales basadas en el respeto y la tolerancia.
Artículo de Agustín Bravo López en nombre de la Asociación Batas Blancas, sobre la noticia de que padres tuvieron que trasladar a sus hijos desde Lalín a Santiago al carecer el Centro de Salud de pruebas de escarlatina y de pediatras.
La Asociación Batas Blancas, como no podía ser de otra forma, está totalmente al lado de toda la población gallega que “sufre o sufrirá” la atención y la gestión sanitaria que hay hoy en nuestra CC.AA - no nos olvidemos que todos, sin excepción, hemos necesitado, estamos necesitando o necesitaremos de los servicios sanitarios de nuestra sanidad pública- y consideramos como expresión totalmente válida y legítima la decisión que tomó, una gran parte de la población, al acudir el pasado domingo 12 de febrero a Santiago de Compostela a demostrar estar a favor de la sanidad pública y universal denunciando la grave e “histórica” situación que atraviesa el Servicio Gallego de Saúde.
También es cierto que defendemos esta manifestación como libre expresión de la ciudadanía, ya que consideramos que las organizaciones políticas, profesionales, sociales y sindicales, deberían usar y esforzarse por otras vías mucho más eficaces, alternativas y contundentes de las que hasta ahora venían haciendo, ofreciendo soluciones y no palabras a la demanda ciudadana (que no política) del pasado día 12.
Rueda estaba de fiesta alrededor de un cocido y, en otro punto del mismo concello, unos padres con sus hijos enfermos estaban desesperados en el Centro de Salud intentando recibir una asistencia sanitaria mínima
Mientras esto ocurría, como una señal del destino, en Lalín, sucedían dos acontecimientos casi simultáneos: Nuestro presidente, el señor Rueda, estaba de fiesta alrededor de un cocido, ajeno a todas estas preocupaciones de sus administrados y, en otro punto del mismo concello, unos padres, con sus hijos enfermos, estaban desesperados en el Centro de Salud intentando recibir una asistencia sanitaria mínima y de calidad. Asistencia que, por falta de medios humanos y técnicos según su denuncia pública, tuvieron que buscarla en donde se estaba celebrando la manifestación, a más de 50 Km de distancia y no en el centro de salud de Lalín, del que, desde hace muchos meses, hay quejas continuas por la deficiente atención pediátrica en esta área de más de 40.000 habitantes.
¿Qué bien hubiese podido hacer el señor Rueda, aparte de hacer los honores a este plato tan famoso de nuestra tierra, pasándose un ratito por este centro de salud de Lalín contrastando con los trabajadores sanitarios y usuarios (pacientes) del mismo si eran ciertos los problemas que se denuncian o que si, como el defiende, son cuestiones derivadas de tergiversaciones y manipulaciones políticas? Entendemos, señor Rueda, que esto sí hubiera sido "respeto" a la ciudadanía.
Esto sí que está totalmente en sus manos y no en las del Gobierno de la nación. Las decisiones deben tomarse a pie de calle no en unos despachos donde el conselleiro le cuenta o asesora sobre lo que le interesa para conservar su puesto y sonde los Colegios de Médicos apuestan por sus intereses personales, defendiendo la compatibilidad del ejercicio público con el privado (en una única reunión, que haya trascendido). Es la Consellería de Sanidade quién debe estar en el pueblo y no el pueblo acudir a la Consellería. La Consellería es una institución pública al servicio de y por y para la ciudadanía.
Más que nunca, hace falta que alguien vuelva a situar a los pacientes en el centro del sistema sanitario, no dejando que las instituciones sobrepasen a los pacientes y a los ciudadanos. Ésta, entendemos, señor Rueda, es su obligación.
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