El lobo ibérico, ni tantos ni tan feroces: "Vemos los ataques de perros como accidentes, pero demonizamos al lobo"
Mientras algunos gobiernos regionales avivan el debate sobre cambios que permitan una gestión del lobo mediante herramientas como la caza, desde el Grupo Lobo Galicia, "organización medioambiental sin ánimo de lucro creada en defensa y conservación de la biodiversidad de nuestra geografía y, en particular, del lobo ibérico", tratan de desmontar algunas teorías que abogan por rebajar el nivel de protección de la especie, tal y como ha hecho Europa. Jesús Criado, miembro de la Asociación Medioambiental Grupo Lobo Galicia, atiende a Galiciapress para hablar sobre la realidad de la población en Galicia, los ataques al ganado o la depredación del territorio que sufre esta y otras especies.
Este jueves el Senado vivirá una sesión especial que girará en torno al lobo ibérico. El Partido Popular, con mayoría en la Cámara, convoca a los consejeros de varias comunicades para hablar de los problemas que tienen con el lobo, tratando de armar un frente común, en la línea de las últimas políticas europeas, para rebajar el nivel de protección del que goza esta especie, que a punto estuvo de desaparecer en el siglo pasado y a la que ahora acusan de ser una amenaza para los ganaderos y para los entornos rurales.
No es ni mucho menos una discusión nueva y Jesús Criado, miembro de la Asociación Medioambiental Grupo Lobo Galicia, ya la ha escuchado muchas veces y la conclusión es la misma: el debate generado en torno al lobo en Galicia y en otros territorios es “irreal”. Todo esto ocurre en el marco de la existencia de una declaración ratificada por España en donde el lobo, dentro del Convenio de Berna, pertenecía al grupo de ‘Especies de fauna estrictamente protegidas’. Sin embargo, esta categoría ha sido rebajada por el Consejo de Europa a un nivel de protección inferior para que las poblaciones puedan ser “gestionadas”.
Según Criado, estos cambios “no afectan a las poblaciones que habitan en España”, ya que se encuentran incluidas en el Anexo II de la citada norma y, al tiempo, forman parte del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), de donde algunas fuerzas políticas, como el Partido Popular, quieren borrar al lobo ibérico, medida a la que, de momento, se opone el Gobierno de España.
En España, además, cabe mencionar que el lobo ha tenido históricamente dos categorías según se encontrase al norte o al sur del Duero: al sur del río eran una especie para la que su conservación precisaba de “zonas especiales” y gozaba de una mayor protección; al note, una especie “cuya recogida en la naturaleza y explotación pueden ser objeto de medidas de gestión”. En todo caso, la protección general del lobo “prohíbe dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres”, según se hizo constar en la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Desde el Grupo Lobo Galicia tienen la seguridad de que las nuevas consideraciones europeas no cambian para nada la situación del lobo en España, pero este cambio de postura no deja de ser un mal indicio para los proteccionistas, que no compran la teoría de que resultan una amenaza para los humanos. “El riesgo de ataque a las personas es menor que el que pueda suponer cualquier otra especie silvestre”, manifiesta Criado, que puntualiza que el lobo, habitualmente, “rehúye el contacto con el ser humano”, aunque admite reportes de ataques del siglo pasado que hoy “son muy complejos de verificar”.
“No existen noticias de ataques a humanos en Europa en lo que va de siglo, sí por el contrario existen ataques documentados con final fatal de perros domésticos a personas, esto último lo asumimos como un accidente y al lobo lo identificamos como miedo, debemos reflexionar sobre esto y dejar de demonizar al lobo ibérico”, razona Criado.
¿CUÁNTOS LOBOS HAY?
La experiencia del grupo Lobo Ibérico en los montes gallegos deja en tela de juicio las cuentas de la administración gallega realizadas entre 2021 y 2022, cuando concluyó que en la comunidad existen unas 93 manadas reproductoras. La plataforma es consciente de las dificultades que entraña realizar este tipo de censos y llama a ser “prudentes” con las estimaciones que se realizan, especialmente cuando la Xunta hablaba de manadas que contaban con cerca de una decena de individuos.
“Creemos que es muy probable que no se tenga en cuenta la alta mortalidad natural y no natural del Canis lupus en esos números que publican, en el ‘censo’ nacional del antiguo Icona se asumieron entre cinco o siete lobos por grupo, un número medio que se aproxima más a la experiencia que tenemos en Grupo Lobo”, cuantifica la organización.
Los números de la Xunta apoyan la tesis del Gobierno de Galicia de que el lobo se encuentra en un “estado de conservación favorable”, tesis de la que se desmarcan los grupos proteccionistas, que recuerdan que existen “amenazas futuras” además de la “continua degradación de su área de distribución con la instalación de plantaciones masivas de eucaliptales y parque eólicos, con una falta total de previsión en la ordenación del territorio”. “Estamos asistiendo a una depredación del territorio gallego, que afecta a la viabilidad de nuestra biodiversidad”, lamenta Criado.
Noticias como la paralización de proyectos eólicos planeados en zonas de especial interés para la conservación del lobo ibérico son un paso en la dirección correcta, pero en cualquier caso todavía mínimo si tenemos en cuenta otros episodios como los incendios o la “gestión humana intensiva” del territorio.
“Estamos asistiendo a una espiral de destrucción de hábitats que afecta no solo al lobo, sino a toda la biodiversidad gallega”, critica Criado, que no se aventura a predecir si la destrucción de los hábitats está relacionado de manera directa con un aumento de ataques al ganado, pero sí considera que es momento de “mejorar en los sistemas de verificación y compensación de daños al ganadero y la implementación de medidas preventivas”.
En la misma línea, puntualiza que los últimos estudios sobre el lobo ibérico indican que está perdiendo diversidad genética. Esto urge a reformular las políticas en torno al lobo ibérico para redistribuir las poblaciones y garantizar la supervivencia de la especie.
“Es necesario ser prudentes y no apoyarnos para hablar de estado favorable de conservación en una estimación censal y que estima parcialmente la población ibérica de lobos, ya que solo es un conteo de lobos en Galicia”, insiste Criado. Además, cabe destacar que la de Galicia no es una única población, sino que está en continuo movimiento y las manadas pasan de un lado a otro de las fronteras de Asturias, Castilla y León y Portugal, sin circunscribirse a una zona concreta.
En este punto, Criado resalta que, pese a los muchos estudios realizados, no hay consenso sobre los métodos censales. “Los lobos no entienden ni de fronteras, ni de distribución espacial basada en cuadrículas y es por esa movilidad que poseen, basada en defender un territorio, por lo que es tan complejo realizar un número de aproximación, es imposible saber el número exacto de lobos en una zona. La finalidad de los censos solo es obtener unos valores indicativos, que serán más o menos fiables dependiendo del esfuerzo realizado”, explica.
“En cualquier caso, en Galicia pasar de 90 a 93 grupos no puede ser considerada como una evolución positiva, sino más bien como un estancamiento y para llegar a esa conclusión deberíamos tomar la población de lobos gallega como única, que no lo es, por lo que, teniendo en cuenta la población de lobos ibérica, los resultados no son nada optimistas y el lobo sigue acantonado en el noroeste peninsular”, concluyen desde el Grupo Lobo Galicia.
“LOS ATAQUES SON A MENOS DEL 1% DE LA CABAÑA”
Por todo esto, y considerando la realidad de la especie, demandas como la del PPdeG para retirar al lobo del LESPRE, esgrimiendo los más de 1.600 ataques que la Xunta, asegura, se contaron contra el ganado en Galicia solo el año pasado, son vistas por los grupos conservacionistas con recelo. Sin negar la evidencia de algunos ataques, que podrían “minimizarse si se adoptan medidas de protección, y en Galicia el margen de mejora es amplio”. Criado rebaja el daño del lobo por debajo del 1% del total de la cabaña ganadera, siendo accidentes, enfermedades o mal manejo las principales causas de mortalidad por encima de los ataques de animales salvajes.
“Debería ser totalmente asumible desde la administración la puesta en marcha de un programa de educación ambiental, basado en la implementación de medidas preventivas, que ayuden a minimizar estas pérdidas y pongan en valor al lobo ibérico”, reflexiona Criado, al tiempo que precisa que el lobo ibérico está aislado del resto de poblaciones de lobo europeas.
“Para garantizar la viabilidad futura del lobo ibérico y avanzar en su conservación, son necesarias medidas globales para las poblaciones de lobos españolas, es necesario un cumplimiento estricto de la legislación actual y recordar que siempre podemos acudir a la utilización de los fondos europeos destinados a medidas preventivas, como cierres, utilización de mastines y supervisión del ganado”, abunda, descartando medidas como los controles poblacionales pues interpreta que será “una vuelta atrás”, habiendo quedado probada su falta de efectividad y su efecto sobre el furtivismo, además de enviar un mensaje equivocado a la población.
No obstante, Criado menciona las herramientas que existen y que se aprobaron en la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente durante la redacción de la “Estrategia para la gestión y conservación del lobo (Canis lupus) y su convivencia con las actividades del medio rural”, donde “se contemplan las medidas de intervenciones y/o extracciones selectivas de individuos y en su anexo II el protocolo de actuación para disponer, autorización administrativa”, entre los que encontramos motivos para su aplicación como “evitar daños graves sobre el ganado” o la “ausencia de otra solución satisfactoria”, primando por encima de todo los “métodos preventivos y no letales”.
Territorios como Arzúa y O Pino han alertado recientemente de un aumento más que significativo de ataques de lobo en explotaciones ganaderas. La Xunta, como respuesta, ha aumentado la partida en ayudas para compensar a los afectados.
Mientras atienden la demanda del sector primario, los colectivos conservacionistas, con muchas propuestas en su carpeta, esperan turno para hacer llegar sus reivindicaciones tanto a San Caetano como a Moncloa. “Abrir una mesa de diálogo y que exista comunicación entre las administraciones. Ese sería un buen comienzo”, concluye Criado.
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