Padres de escuelas unitarias acusan a Educación de "presiones" para sacar a los alumnos de los colegios rurales

La crisis demográfica que vive Galicia es más que evidente. Una población envejecida y una tasa de natalidad que no hace más que retroceder ponen en riesgo a muchas poblaciones, especialmente en los entornos rurales, donde los municipios se vacían a medida que se van quedando con cada vez menos servicios. La falta de niños en muchas localidades ha sido la excusa de la Xunta en más de una ocasión para cerrar escuelas rurales, aduciendo al bajo número de alumnos para echar la llave a los centros educativos. Sin embargo, otros están en pie de guerra ya no solo para no cerrar, sino para mantener los servicios que se les niega por ser “pequeños”, pero más peleones de lo que pueda parecer. 

Un ejemplo paradigmático de la situación que viven muchas escuelas unitarias dejadas por la Xunta en un discreto segundo plano lo encontramos en Mesía, una población de menos de 3.000 habitantes donde algunas familias están batallando por la continuidad de la Escola de Educación Infantil de Olas con más efectivos de cara al curso 24/25 para que los pequeños de la localidad reciban la mejor educación posible.

MÁS ALUMNOS, PERO SOLO UN PROFE

Los padres y la concejala de Cultura de Mesía, Pilar Sánchez, promueven una recogida de firmas para mantener el centro de cara al próximo curso, amparándose en que, en estos momentos, son hasta catorce los alumnos de Educación Infantil y 1º y 2º de Educación Primaria interesados en permanecer en el centro. 

Como recoge el DOG, “se podrá agrupar al alumnado de Educación Infantil y Educación Primaria cuando una misma unidad o número sea igual o inferior a diez”. No obstante, en este caso, el colegio supera esa cifra, por lo que la Consellería de Educación “no está cumpliendo el acuerdo” para dotar al colegio de más profesores, según indican a este diario. 

Sin embargo, y a la vista de las cifras, la Xunta no ha reforzado con más profesorado a este centro, como tampoco lo han hecho en la otra escuela unitaria del municipio, el EEI Visantoña, donde también allí superan la docena de alumnos. En ambos casos, esto sería un grave perjuicio para los alumnos, que se encontrarían en clases saturadas con una atención mucho más pobre, y para los propios docentes, que no podrían atender a las necesidades -distintas dependiendo del nivel educativo y de la edad de los escolares- que demanda cada colegial, además de hacer su labor de una manera mucho más precaria. 

La sensación de las familias es que “la Xunta está totalmente en contra de las escuelas unitarias”, porque pese a contar con una masa de alumnos suficiente, desde Educación hacen oídos sordos a sus demandas. “Estamos solicitándolo porque es un servicio que nos están quitando”, reprenden. 

¿PRESIONES PARA IRSE A OTRO CENTRO?

A renglón seguido, otra de las críticas va dirigida a la presumible “reducción de horas” en la asignatura de lengua extranjera “por problemas de horario con el profesorado itinerante”. Esto se traduciría, a su parecer, en una situación en la que el alumnado se vería “damnificado”, ya que en años anteriores el profesor de lengua extranjera servía en ocasiones como parche para sustituir al docente principal en caso de necesidad.

Colegios y padres afectados han dirigido a la Consellería de Educación sendos escritos en los que demandan soluciones antes de que arranque el curso dentro de un par de semanas, sin que hasta ahora hayan tenido respuesta alguna más allá de invitar, de forma velada, a algunos padres a enviar a sus hijos al CPI de Xanceda “si no están contentos con la unitaria”. 
 

Esto podría ser una clara presión para que las familias concentren a los alumnos en un solo punto para, así, “abaratar” los costes de la Consellería, aunque eso pueda perjudicar a algunas familias al ser más difícil conciliar por temas como la distancia a ese colegio.

Además, muchos padres prefieren el modelo que ofrecen las escuelas unitarias, más pequeñas pero con la posibilidad de ofrecer una educación “más personalizada e individualizada” al poder seguir el profesor la evolución del alumno durante varios años y tener una radiografía más precisa de aquellos aspectos que debe reforzar o sus fortalezas en el plano académico. 
 

UN CURSO “CALIENTE”

“Esto ocurre en Mesía, pero también en otros muchos Concellos de toda Galicia”, lamentan los padres en conversación con Galiciapress. La denuncia entronca directamente con la advertencia que hicieron hace unos meses desde el sindicato STEG, avanzando que el próximo curso sería “caliente”, en gran medida, por decisiones que está tomando la Xunta con las escuelas rurales, que ya el curso pasado reportaron problemas por el funcionamiento, entre otros, del transporte escolar en algunos centros.

“Cuando acabó el pasado curso desde STEG ya anunciamos que este iba a ser un curso caliente de movilizaciones, pero acabamos igual que estábamos. Si no existe una mesa de negociación amplia, porque la situación es tan grave que deben estar presentes todos los sindicatos con representación en las juntas de personal, debe entenderse que el curso 24/25 comenzará con el profesorado más cabreado todavía y en pìe de guerra contra una Consellería que no hace más que recortar nuestros derechos y de toda la enseñanza pública, siendo la administración de todo el Estado que menos gasto social ejecuta”, apuntaban desde el sindicato, que proyectan más días de huelga como los que se sucedieron el año pasado si la Consellería de Educación no se sienta a negociar.