Encapuchados limpian el entorno de las termas de Ourense, casi todas cerradas pese a la gran demanda (vídeo)

“El Comando4 actúa en Ourense para hacer crítica disruptiva sobre la dejadez institucional en lo que se refiere a la suciedad de paredes, etc, con pintura/bandera blanca”, relata la cuenta de Youtube de El Cercano, un centro cultural.

Hace meses que ourensanos y turistas se tiran de los pelos al comprobar que el Ayuntamiento mantiene fuera de servicio la mayoría de los baños termales. En concreto, solo están activos dos de catorce, situadas en la Burga de Canedo.

El resto de las instalaciones, incluyendo las populares termas de A Chavasqueira, Outariz y la recientemente renovada piscina termal de As Burgas, permanecen cerradas hace meses. 

Especialmente significativo es el caso de la piscina termal de As Burgas, un céntrico espacio al aire libre que ha permanecido cerrado por reformas durante más de medio año. Defectos en la reforma han impedido su puesta en marcha. 

Durante el reciente puente de Entroido, la ciudad se vio desbordada por la llegada de turistas y caravanistas que se encontraron con una oferta termal muy limitada. Enrique Camoeiras, presidente de la plataforma ciudadana Amigos das Termas, relató que se formaron colas de más de una hora en las únicas pozas abiertas, llegando incluso a duplicarse el aforo permitido en algunos momentos.

A pesar de los carteles que advierten que las instalaciones están "fuera de servicio", numerosos bañistas han optado por utilizar las termas cerradas, como las de A Chavasqueira. Esta situación plantea serios riesgos para la salud pública, ya que estas aguas no están sometidas a los controles higiénico-sanitarios requeridos por la normativa autonómica. Con todo, decenas de personas asumen el riesgo y se bañan allí todos los días sin que el Ayuntamiento haga nada, más allá de poner carteles. 

Falta de vigilancia y control

La ausencia de personal de vigilancia y socorrismo en estas instalaciones agrava aún más la situación. El Ayuntamiento de Ourense ha adjudicado recientemente un contrato a una empresa privada para estos servicios, pero su inicio no está previsto hasta casi el verano.

El consistorio ourensano justifica el cierre de las instalaciones por las recientes crecidas del río Miño, que, como todos los años, han afectado a varias termas. Además, el alcalde Gonzalo Pérez Jácome ha sacado pecho ante la afluencia de turistas en el reciente Entroido.

Sin embargo, críticos como Enrique Camoeiras afirman que el nivel del río ha bajado lo suficiente desde hace semanas como para permitir la limpieza y reapertura de muchas de estas instalaciones.

Tanto la plataforma Amigos das Termas como otros sectores de la sociedad ourensana reclaman al Ayuntamiento una solución urgente para reabrir las instalaciones termales y garantizar su correcto funcionamiento y seguridad. 

El prestigo de Ourense como Capital Termal de Galicia depende en gran medida de la gestión adecuada de este valioso recurso natural y turístico.