Alcoa, marcha atrás a su venta mientras los ánimos se caldean entre los trabajadores

El banco J.P. Morgan se lo ponía claro y en botella a la multinacinal Alcoa: o cierre total del complejo de San Cibrao o traspasar todo al Estado. La venta a un tercero se veía inviable por lo que no se perfilaba un futuro halagüeño para la fábrica. Y esto apesar de acuerdos firmados entre empresa y trabajadores que hasta ahora no se han cumplido, denuncian desde el comité de empresa. El órgano representativo de los trabajadores anunciaba el 18 de octubre de 2024 que no asistiría a las reuniones con la dirección ante “los términos que expone”. Al día siguiente, en un nuevo comunicado, el comité alertaba de los “despidos” que la empresa pretende realizar si cumple con su propio plan obviando el acuerdo entre empresa y personal. Y en medio de todo esto aparece el preacuerdo entre Alcoa e Ignis Equity Holdings, una acción en la que los norteamericanos buscan a un inversor que les acompañe en una nueva etapa. 

INCUMPLIMIENTOS Y NEGOCIACIONES OCULTAS

“Aquí tenemos un acuerdo firmado entre el CEO de Alcoa y los trabajadores” dice el presidente del comité de empresa José Antonio Zan. Este es un aviso a navegantes porque desde que se firmó el acuerdo de 2021, una hoja de ruta para reactivar la empresa, no se han cumplido varios compromisos: “no se ha construido el horno de cocción y ahora mismo no hay garantías para mantener los puestos de trabajo hasta 2028”.

En cuanto a los parques eólicos que se iban a levantar para alimentar a la factoría, el proyecto ya tiene un año y medio de retraso. Aún así, el secretario general del PSdeG, José Ramón Besteiro, garantizaba en julio de este año que el Gobierno central aprobaría tres parques para garantizar energía, aunque desde el comité señalan que “hay mucha dejadez por parte del Ministerio de Transición Ecológica, ahora mismo podrían estar en marcha 162 cubas de electrolisis y no solo las treinta y dos actuales”.

Mientras tanto, la multinacional con sede en Pittsburg (EEUU) llevaba a cabo la compra de Alumina, la sección donde se trata la bauxita, el mineral materia prima del aluminio. De esta forma, la australiana Alumina Limited desaparecía del mapa industrial español. Alcoa ya poseía toda la factoría. La inversión se veía rentable y además, tal como señalaban los directivos de la empresa americana, podrían estar vendiendo a finales de este 2024. ¿Algo podía fallar?

Sí, la venta no era viable porque no habría comprador posible para todo el complejo de San Cibrao, señalaba el ya mencionado informe del banco J.P. Morgan. Las alternativas: cierre total o venta al Estado. Y mientras tanto, a pesar de que la empresa estaba en condiciones, el ritmo de trabajo no se recuperaba y las expectativas de funcionamiento al 100% se alejaban. ¿Qué hacer?

LA VENTA QUE NO SE REALIZÓ

El número inicial de potenciales compradores para la factoría de San Cibrao era de sesenta. Sin embargo, y ante lo dicho por J.P. Morgan, la multinacional entendía que acabaría perdiendo mucho más de lo invertido en los últimos tiempos. Era necesario moverse y no solo por la necesidad económica (Alcoa había dado buenos resultados en los últimos meses). Existía el peligro de romper “la paz social” que la propia empresa se había comprometido a mantener. “Con la falta de cumplimientos no puede mantenerse 'la paz social' y menos si no realizas las inversiones comprometidas y una nueva relación de puestos de trabajo actualizada”.

Antes del jarro de agua fría, hubo nombres que habrían podido acceder a la propiedad del complejo en San Cibrao. Un nombre que sonaba era Jupiter Aluminium, también norteamericana. Fundada en 1992 por Dietrich Gross, tiene su sede en Hammond, Indiana, y su especialidad es el reciclaje de aluminio. En 1996 compra una empresa de pintado para aluminio en Fairland, Indiana. En 2013 compra otra empresa de pintado en Virginia Occidental y en 2018 compra el Grupo Baux, situado en la Comunidad Valenciana. Era su primera incursión en Europa. Su segunda acción europea se produjo con la compra de Aludium, empresa vinculada a Atlas Holdings, de Greenwich (Connecticut). Aludium estaba manejando tres factorías dos de ellas en España y otra en Francia. Las dos españolas, Amorebieta (Vizcaya) y Alicante, habían sido parte de Alcoa hasta su venta a fondos de inversión.

Al final, y ante la posibilidad muy probable de que Jupiter Aluminium no acabase siendo el propietario de San Cibrao, Alcoa lanzaba una bomba. La venta se paralizaba y se llegaba a un acuerdo con la energética Ignis. El 75% del capital seguiría en manos de la norteamericana, mientras que la española Ignis quedaría con un 25%. A esto se le suma la petición del CEO de Alcoa, Bill Oplinger, de reclamar al Estado setenta millones de euros en compensaciones de CO2. 

La venta del complejo de San Cibrao no ha podido ser y ahora la multinacional americana busca fuentes de financiación para inyectar millones de euros que pongan a punto la fábrica. Y de momento, el comité de empresa anuncia trámites para estudiar posibles acciones legales contra Alcoa por incumplimiento de los acuerdos firmados en 2021.