Hay personas que son poseedores de una gracia natural para hace reír a la gente. Es innato y no necesita de muchos recursos para caer bien y empatizar con los que le escuchan. Los payasos son personajes adorables que transmiten ingenuidad, ternura y son capaces de seducir a pequeños y grandes a la vez.
Hay distintos grados de chistosos, comediantes, imitadores que producen sonrisa, risas y carcajadas. Son momentos mágicos, donde estos personajes hacen que la gente se olvide de su rutina diaria, problemas y disputas familiares. Pero en ese mundo del espectáculo, también hay personas que intentando generar la risa, lo que consiguen es poner de mala lecha al personal por lo repelente, y falta de gracia que tiene en sus intervenciones. ¿Cómo se "alimentan"?, pues de hacerle la pelota profesional a los gobernantes y sus partidos para seguir exprimiendo la "teta de la vaca".
En Cataluña, tenemos unos cuantos que viven de los medios de comunicación públicos que pagan, todos los catalanes, aunque una parte de ellos se revelen en sus casas, ante la impotencia de que nadie les dé una patada en el trasero a estos farsantes y vividores, los envíe a Bruselas a comer sus coles y de paso que le den jabón al "exiliado flamenco".
Toni Albá, Noya vive de sus imitaciones a la familia Real Española, sin gracia alguna, después los pone a parir y de paso que pasaba por allí, también a los españoles. Porque es de una estirpe superior, solo hay que mirar sus ilustrativos twitters de acérrimo militante independentista.
Mirando los apellidos de Toni Albá Noya no son apellidos "puramente" catalanes, no, ni el primero, ni el segundo: Noya, es de origen gallego. Precisamente hay un municipio que tiene el mismo nombre en la provincia de A Coruña. En España, 3335 personas llevan este como primer apellido y 3253 como segundo. Con esas raíces gallegas, aunque no le guste, su cara tiene rasgos parecidos a la uña del percebe, pero sin sabor alguno, todo hay que decirlo.
Toni Albá Noya se ha atrincherado en TV3 donde le pagan bien, y en sus ratos libres o se va de bolos a los mítines indepes o se dedica a soltar estupideces que dan titulares y estos siguen alimentado su popularidad y llenando su bolsillo.
Dice el refrán que "hay tontos útiles y listos inútiles". Él es del primer grupo y así mantiene su trabajo. La obediencia y el servirlo hay que pagarlo.
No es manía mía, pero la uña de percebe de Noya es tan desagradable que lo único que produce, en mucha gente es una reacción de alergia propia del chapapote que tanto daño hizo al mar gallego.
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