La Tierra gira alrededor del sol y tarda unos 365 días en realizar la vuelta completa. En esa tienen lugar los cambios de estación , cuatro, como todos saben, y sus consecuencias en la política y en las personas no son siempre iguales para todos. No obstante, hay cosas comunes, que cada estación ofrece. En el mundo de la política, igual que el de las personas, las situaciones son cíclicas: unas veces están arriba, otras abajo; o se llevan bien con unos, pero después surgen los problemas, se producen discrepancias y todo cambia mientras la tierra sigue girando
En Vox, el partido de los” tolerantes” con raíces en la más caduca y añeja ultraderecha -más que Blas Piña, que ya es decir-, están envalentonados sus dirigentes tras el triunfo de la ultraderecha en países como Argentina, Italia, Hungría y ahora EEUU. Esos resultados les han hecho sacar pecho y con la facilidad de amenazar, que la tienen, están enviando cada dos por tres mensajes al PP, su “socio”, y al PSOE, su enemigo. Los de VOX saben que tienen la llave de la gobernabilidad en bastantes comunidades autónomas y ayuntamientos gobernados por los populares, que no cuentan con la mayoría para sacar adelante los proyectos, leyes, presupuestos..
Este miércoles los dirigentes de Vox proseguían con sus zascas a los populares. El moderado secretario general y diputado en el Parlament de Catalunya, Ignacio Garriga, realizaba unas declaraciones en las que entre otras cosas afirmaba: “Nosotros no vamos a participar en el reparto de inmigración ilegal y de inseguridad que pretenden Feijóo y Sánchez”. Además anunciaba que quedan suspendidas las negociaciones presupuestarias con el PP, donde se hacen necesarios los votos de VOX.
Las reacciones en los populares no se han hecho esperar: Feijóo decía que “el PP va a seguir defendiendo sus principios y convicciones sin someterse a chantajes de ningún tipo, ni de un lado ni del otro”. A esas afirmaciones han seguido las del vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, quien les ha dicho que, si bloquean los presupuestos, tendrán que explicárselo a los ciudadanos y asumir las consecuencias.
La ofensiva de Vox, en esta ocasión dirigida a los socialista, se ha visualizado en la mañana de este miércoles en las Cortes de Castilla y León, donde Juan García-Gallardo, máximo responsable del partido de Abascal en esa comunidad y diputado, en su intervención en la sesión de las Cortes, ha realizado una crítica feroz contra los socialistas - no es nuevo-, a los que ha denominado como una “banda corrupta”con una “historia criminal”. El diputado de Vox, como se había calentado lo suficiente y conocido es que su contención no es una de sus “virtudes”, si es que tiene alguna, prosiguió con sus piropos a los socialistas. “De los 145 años de historia criminal del PSOE, solo se vio interrumpida durante 36 en la que ustedes- dirigiéndose a la diputada del PSOE- no pudieron robar”. Además, recordaba que este martes, en el que tenía lugar su intervención, se cumplía el aniversario de lo ocurrido en el 36 en Paracuellos en el que socialistas y comunistas asesinaron a cientos de personas.
Como era de esperar, la secretaria general del Grupo Parlamentario Socialista, Rosa Rubio, pidió al presidente de las Cortes que borrara del Diario de Sesiones la intervención de García-Gallardo. Y como también era previsible, el presidente de la Cortes, militante de VOX, se negó a hacerlo.
Que gente como Garcia-Gallardo, joven, siga defendiendo la dictadura de Franco, es algo que debería llevar a la reflexión. Como la actuación de un compañero suyo en el Congreso de los Diputados, que declaró que la etapa de Franco fue buena para España. Estas personas, cargos públicos, gracias a la Democracia pueden ocupar un escaño y decir lo que les venga en gana, por muchas burradas y mentiras que digan. Son la clara imagen de la división del país. Es como si quisieran volver a la época de preguerra civil. Es odio lo que sienten. Discrepar es saludable, ahora bien, lo que hacen estos individuos es adoctrinamiento y exaltación de la dictadura, que no lleva a buen camino. Estos políticos, niños ricos, pijos a los que algunos califican de “niñatos”, ni tienen formación ni se han leído un libro de historia en su vida.
Decía Mafalda que “el problema de las mentes cerradas, es que siempre tienen la boca abierta”. En esta situación preocupante que va a más, los dirigentes de Vox son un verdadero peligro para la Democracia, de la que se sirven con el único fin de cargársela e implantar un régimen como el de su añorado Franco. Cuidado también el PP en no caer, por intereses propios, en las redes de estos “demócratas” de pacotilla.
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