Los datos de contagios en las aulas y las improvisaciones no inspiran confianza, alertan sindicatos de Educación
Ante la escalada de casos positivos por coronavirus que sufren los centros escolares gallegos, Galiciapress indaga en la situación en la que se encuentran los alumnos y docentes del sistema educativo ante unas cifras de la Xunta que generan desconfianza en los sindicatos.
Vista la escalada de positivos de covid-19 que sufren los centros escolares y el reciente anuncio de un plan de clases para un posible confinamiento domiciliario, Galiciapress indaga en la situación del sistema educativo.
Los representantes de dos de los principales sindicatos, CIG Ensino (Suso Bermello) y CCOO Ensino (María Luz López) se quejan de la poca transparencia de la Xunta, la falta de criterios homogéneos, lo expuestos que se encuentran profesores y estudiantes ante la enfermedad y los problemas que enfrentan los centros educativos, como la ventilación de las aulas, imposible para muchos en estas fechas.
Galicia, como el resto de Europa, vive en una escalada de casos de coronavirus que, no por no haber sido anunciada, ha pillado a la comunidad con carencias evidentes. Si buscamos factores comunes en el continente que puedan explicar esta explosión en los contagios, solo el inicio del curso escolar, junto con la llegada del otoño, se muestran como posibles catalizadores comunes de esta segunda oleada. También es cierto que cada estado y cada autonomía española diseñaron la vuelta al cole según sus propios criterios.
María Luz López, secretaría xeral de CCOO Ensino, cree que esta segunda ola está provocada no tanto por la apertura de las aulas, sino por una cierta “relajación general de la sociedad” después de la desescalada. Con todo, y a pesar de las “pocas certezas” que ofrece un panorama tan cambiante como el de la pandemia, López cree que la distancia de seguridad o el uso de las mascarillas reducen considerablemente las posibilidades de contagio, y es aquí donde las “desigualdades” en los criterios para reiniciar los cursos en los distintos niveles educativos pueden jugar un papel crucial.
“No fue lo mismo la vuelta en FP que en Primaria, por ejemplo, y la distancia que existe en unas etapas y en otras sí marca la diferencia”, considera. Aunque el número de afectados en los centros educativos no universitarios no es alarmante –si bien la cifra ha ido creciendo en las últimas semanas hasta rondar el millar de casos–, López recuerda que “no se está realizando cribados a todo el alumnado, solo a aquellos con contactos con positivos” y que los casos asintomáticos son muy frecuentes en los menores de edad, lo que puede dificultar la detección de muchos positivos.
"UN EXPERIMENTO TERRIBLE EN INFANTIL Y PRIMARIA"
En ese sentido, llama la atención que con más de un mes y medio de curso a las espaldas, y si bien cada vez es más frecuente ver en el listado que ofrece la Xunta de Galicia a centros con hasta una docena de casos, desde el Gobierno de Galicia todavía no han declarado ni un solo brote de carácter escolar, lo que hace que muchos se cuestionen qué clase de criterios sigue la Xunta para determinar qué es un brote escolar.
“No tenemos información real. La administración está trasladando la información a algunos medios que se encargan de hacer las informaciones periódicas”, lamentan desde CCOO, a la vez que temen que este no sea un movimiento de la Xunta “para no darnos la razón por cuando les advertimos que esto estaba siendo un experimento terrible en Infantil y Primaria, donde tienen hasta a 25 alumnos en una misma aula sin poder respetar las distancias establecidas ni de broma”.
DESCONFIANZA EN LOS DATOS
Suso Bermello, secretario general de CIG-Ensino, se expresa en casi idénticos términos contra la opacidad de la Xunta. “Asistimos a cómo se disparan los contagios, va más o menos parejo a lo que se va dando en la sociedad”, relaciona Bermello, a la vez que señala que los datos que facilita el Gobierno de Galicia son “incompletos” y que ofrecen “dudas sobre su fiabilidad”.
“Sabemos de casos que no aparecían recogidos, como lo ocurrido en un centro de Soutomaior –presunto retraso del SERGAS a la hora de notificar las cuarentenas-", algo que a su parecer genera una “situación de desconfianza por parte del profesorado en las determinaciones de la Xunta”. Además, Bermello alega que en el sindicato ya han detectado “muchos problemas con la aplicación EduCOVID con casos que no se están registrando”, aunque sin embargo dice no atreverse a hacer “una generalización” en este sentido.
LLAMADAS DE EDUCACIÓN PARA NO ALERTAR DE LOS POSITIVOS
“Como no hay transparencia más allá de los datos que publican en la página y que envían a los medios…es imposible saberlo”, critica López. En esa línea, comenta que los centros escolares están también bastante limitados porque en el caso de que un alumno arroje un positivo “son las autoridades sanitarias las que establecen los criterios y que marcan qué alumnos o docente se tienen que confinar”. Sin embargo, reconoce que si los datos de la Xunta “son los reales” el coronavirus no está teniendo una incidencia tan alta en las escuelas “como se podría sospechar”.
Un aumento de casos que, sin embargo, si bien se percibe en las cifras de número de afectados, con más de un millar de positivos, no se refleja en el número de aulas cerradas ni de centros cerrados. A priori, esto parece indicar que desde la Xunta no están tomando medidas para combatir de forma eficaz esta escalada vertiginosa en las cifras, pero desde la CIG advierten que es “muy difícil relacionar unos datos con otros”.
Ante un positivo, algunos colegios “reciben llamadas de la Inspección Educativa para decirles que no avisen a nadie mientras no haya instrucción de Sanidade "
“Puede darse que en un colegio haya siete u ocho casos y que no tenga aulas cerradas porque todos los casos se dan en aulas distintas. Si valoramos el criterio que sigue el SERGAS se entiende que por la proximidad de los alumnos en el aula no es necesario cerrarla, pero puede darse que en el centro de al lado, con solo dos alumnos contagiados, tenga dos aulas cerradas, porque pueden ser alumnos de Infantil, donde no se utilizan las mascarillas, y que podrían estar más expuestos”
“Ninguna dirección cierra aulas sin el permiso del SERGAS”, sostienen desde la CIG, a la vez que hacen hincapié en que justo ese es uno de los problemas que están encontrando, ya que las direcciones comunican un contagio e incluso “reciben llamadas de la Inspección Educativa para decirles que no avisen a nadie mientras no haya instrucción de Sanidade y que no adviertan a las familias que se dio un contagio sin el visto bueno del SERGAS”.
LA VENTILACIÓN: UN PROBLEMA "DE PRIMER ORDEN"
Hace unos días Fernando Simón aseguró que la mayor parte de los brotes detectados en el ámbito educativo se localizaban en Secundaria. En Galicia en este nivel educativo se establece una distancia de metro y medio entre los alumnos, si bien en muchos casos esta distancia no se cumple del todo, pero los contagios en este ámbito, como refieren desde CCOO, “están muy vinculados a lo que ocurre fuera de las aulas”.
“Poco importa que en el aula se cumplan las medidas si luego van todos juntos en un autobús”, critica López, a la vez que pone el foco sobre la desinfección de estos transportes y recuerda el episodio vivido hace unas semanas en Oleiros, donde un menor quedó olvidado en el autobús escolar. “Después de lo ocurrido está claro que muchos no se higienizan, o al menos no está tan extendido como podríamos pensar”, reprocha.
Sobre estas cifras, Bermello añade que esto también se explica por la “gran conquista” que alcanzaron en el sector en septiembre gracias a sus movilizaciones que provocaron una modificación en el protocolo de Secundaria con la contratación de más docentes para hacer desdobles y que provocó que las ratios en los niveles de ESO y Bachillerato “se viesen muy reducidas”.
VENTILACIÓN
En el mismo orden, las dificultades que encuentran muchos centros para ventilar las aulas, una de las recomendaciones para intentar limitar los contagios, cada vez son más frecuentes a medida que vamos entrando en el invierno. La lluvia y el frío, tan frecuentes en un territorio como el gallego, impiden esta renovación constante del aire y López ve muy difícil solventar este problema, ya que aunque muchos estudios consideran que algunos aparatos pueden ser una alternativa “no suplen la ventilación propiamente dicha”. “Ya que la administración decidió idóneo meter a 25 alumnos por aula también debería encargarse de encontrar soluciones para esto siguiendo criterios científicos”, reclama.
Sobre la ventilación desde CIG no dudan en tacharlo como “un problema de primer orden” y lo llevan hasta el material de protección con el que cuentan los centros. “No puedo decir que sea malo porque está homologado, pero el material que proporcionó la Xunta es totalmente insuficiente”, denuncian desde CIG. Bermello recuerdan que ya desde el comienzo reclamaron para los profesores en contacto con alumnos sin mascarilla “como mínimo mascarillas FFP2”, pero que incluso ahora hacen la valoración de que se pudieron quedar “cortos”, ya que esa petición podría ser extensible a todos los docentes después de ver los problemas de los centros para ventilar las clases. “La mayoría del profesorado usa mascarillas que compran ellos mismos; no hay nada y las que les dan no valen para nada”, denuncia.
Por otro lado, López considera que es un problema social el hecho de que todavía nos cuesta mantenernos en una alerta constante contra la enfermedad y que tendemos a bajar la guardia, López celebra la buena aceptación que han tenido los nuevos protocolos entre el alumnado.
“Digan lo que digan, los chavales están actuando de forma muy responsable, asumiendo las medidas de una forma muy buena. Podíamos pensar que iba a ser mucho más difícil, pero se adaptaron muy bien. Pero no quita que como los demás se puedan relajar y si tienen la mala suerte de bajar la guardia junto a un caso positivo que pueda contagiarse”, argumenta. “No me gustaría que se criminalizase a la población joven, porque es increíble la disciplina con la que se ha comportado el alumnado en su mayoría. Lo han interiorizado mucho mejor que muchos adultos y están muy mentalizados”.
“¿DEBO ENVIAR A LOS NIÑOS AL COLE?”
Otro aspecto a considerar en esta segunda oleada es que, ante el temor de que la escalada de contagios en los centros escolares se mantenga y repunte, muchos padres consideren oportuno no enviar a los menores a las aulas. Hasta ahora desde CCOO subrayan que de momento no perciben ese miedo entre los padres, si bien con los nuevos protocolos ante el mínimo síntoma muchas familias prefieren no enviar a los menores.
En CIG sí han advertido caso de familias “que no mandan a sus hijos porque interpretan que están ante un riesgo que tal vez pueda ser mayor de lo que creen, o familias que los mandan pensando que no hay riesgo cuando sí que lo hay, decisiones contradictorias con casos aparentemente similares en donde en un centro se toma la decisión de confinar y en otros no”. “Es cierto que un centro educativo no va a ser peor por sus condiciones de lo que puede ser comer en un restaurante o en un parque público, pero el problema es que si la Xunta hiciese lo que le reclamamos los sindicatos la situación no sería la misma, sino que sería mucho más clara y segura”.
Sobre el criterio a seguir para hacer PCR a alumnos o profesores que han estado en contacto con positivos por coronavirus, Bermello argumenta que “se está haciendo lo mismo, y siempre para mal, que se está haciendo con la sociedad en general”. PCRs tardías, personas que se reincorporan a su trabajo después de guardar cuarentena pero sin realizar ni una sola prueba mientras se dan otros casos en los que incluso se hacen dos test… “Es todo tan desigual que lleva a la sensación de están improvisando, sin un criterio homogéneo ni de Educación ni de Sanidade”. Sensación de improvisación que aumentó este lunes al anunciar Educación un plazo de siete días para que los colegios presentaran un plan de clases a distancia ante un posible confinamiento domiciliario.
Con esto, López también subraya que los diferentes criterios que siguen algunos profesionales sanitarios a la hora de evaluar a los menores que generan cierta intranquilidad entre los padres. “Algunos pediatras por una décimas de fiebre mandan hacer una PCR y otros sencillamente los mandan a casa para ver si se le baja la fiebre. Tal vez habría que pedir una homogeneidad en los criterios para evitar confusiones y que los padres se sientan más seguro”, opina López.
López espera que pese a la escalada de casos no sea necesario un nuevo confinamiento, ya que en la primera oleada de la pandemia se demostró que la teledocencia no funciona como debería, especialmente en las etapas educativas más tempranas, además de los problemas derivados, como la conciliación laboral o los recursos limitados que tienen muchas familias a la hora de poder echar mano de las tecnologías para que sus hijos puedan seguir las clases. “Las diferencias se agrandan con la docencia telemática y la escuela es en gran medida un agente igualador, que equipara a todos los alumnos independientemente de su situación familiar dotándolos de todas las herramientas posibles para avanzar en igualdad”.
ENCUENTRO CON EDUCACIÓN Y ¿UNA NUEVA HUELGA?
Todas estas cuestiones fueron las presentadas el pasado lunes al conselleiro de Cultura, Educación e Universidade, Román Rodríguez, en un encuentro para abordar la afectación de la COVID-19 entre los trabajadores del sistema educativo. Un conselleiro que el pasado viernes habló de un ritmo de contagios “muy positivo” en las escuelas, que estaban actuando, según su criterio, “de cortafuegos”. Con todo, llama la atención que, pese a la satisfacción del conselleiro, anunció novedades y actuaciones "muy importantes y significativas" relacionadas con la presencialidad. Novedades que hoy se concretaron con la citada demanda de plan para los colegios.
La reunión, que llega más de un mes y medio después del inicio del curso, se celebra después de las cuestiones presentadas en la mesa sectorial, muchas de ellas relacionadas con la pandemia, por lo que desde Educación se comprometieron a organizar una reunión para tratar explícitamente todos esos puntos, aunque esas palabras quedaron en el aire hasta que por la insistencia de los cuatro sindicatos se tuvo que fijar una fecha para el encuentro.
“Queremos tener información, saber qué se está poniendo encima de la mesa. Hace poco el conselleiro dijo que plantean sacar una planificación para la teledocencia por si termina siendo necesaria… Llega tarde. En abril reclamamos que trabajasen en la planificación del curso 20/21 porque eramos conscientes de que esto no se iría del año para otro y sería necesaria una herramienta para trabajar con las máximas garantías si se diese un nuevo confinamiento”.
En la CIG no esconden que este problema de salud pública es también “un problema de salud laboral”. “Hay un incumplimiento flagrante de la Consellería de Educación en lo que respecta a las normas básicas de prevención de riesgos. No hay ningún tipo de evaluación de riesgos de puestos de trabajo relacionados con el COVID en ningún centro del país”, señala Bermello, una evaluación que, de haberse llevado a cabo, podría haber propuesto la compra de EPIs o incluso recomendar la docencia telemática en algunos casos por la exposición ante la enfermedad. “No es lo mismo trabajar en un centro de Educación Especial, que en uno de Formación Profesional o que en un conservatorio. Cada puesto de trabajo debe estar individualizadamente evaluado y la Consellería está sometiendo al alumnado y al profesorado a un riesgo innecesario”.
“En marzo todos admitimos la improvisación porque no había más remedio, pero ahora ya no podemos tolerarlo. Tuvimos meses para aprender y para planificar cómo desenvolvernos en el futuro”, indica López, que confía en que desde la Xunta acudan con “voluntad negociadora”, a pesar de que los antecedentes en este sentido “no son muy halagüeños”. Bermello es también claro al respecto: “Un Gobierno, como todos, se puede equivocar. Pero durante unos días, no permanentemente”. “No puedes trasladar la sensación de que quien tiene la información la maneja como le parece y que esta no es fiable, porque a partir de entonces todo es cuestionable”, recuerda.
Sobre la posibilidad de que ante nuevas negativas del Ministerio se pueda llegar a más jornadas de huelga, desde CIG recalcan que ellos no descartan “ningún tipo de protesta o movilización”, pero dicen ser “conscientes del problema que afrontamos”. El sindicato admite tener en su contra las sentencias firmes a las denuncias que presentamos por los servicios mínimos que dieron la razón a la Consellería y que “imponen unos servicios mínimos que en la práctica imposibilitan el ejercicio de la huelga”. “Convocar una huelga sí sería una llamada de atención pero la repercusión en lo que respecta al profesorado sería muy limitada”, concluyen.
PUNTO DE VISTA DE LA XUNTA
Galiciapress contactó varias veces con la Consellería de Educación para dar a conocer su punto de vista sobre cómo está siendo el inicio del curso. La Xunta no respondió hasta ahora, aunque su valoración puede inferirse de las declaraciones del conselleiro este lunes.
El conselleiro de Cultura, Educación e Universidade, Román Rodríguez, ha apelado este lunes a que los centros sigan estando "en alerta" ante posibles brotes de COVID-19 que se den en su entorno. No obstante, ha sostenido que los colegios e institutos "no son lugares de transmisión" del coronavirus.
Protesta ante un centro de infantil y primaria, coincidiendo con la jornada de huelga en el regreso a las aulas
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