¿Se podía evitar el brote del CEIP As Mercedes? Los padres reclaman soluciones para un centro “saturado”
Con once casos positivos –nueve en un mismo aula ahora cerrada– el Colexio de Educación Infantil y Primaria As Mercedes de Ourense es hoy tristemente conocido por ser el centro escolar con más casos positivos de coronavirus en Galicia.
Con once casos positivos –nueve en un mismo aula ahora cerrada– el Colexio de Educación Infantil y Primaria As Mercedes de Ourense es hoy tristemente conocido por ser el centro escolar con más casos positivos de coronavirus en Galicia.
Galiciapress charla con una de las madres afectadas y que forma parte de las protestas que desde hace tiempo se vienen celebrando en el centro escolar, que no reúne las condiciones para garantizar que se cumplan medidas de protección como la distancia de seguridad: clases de pequeñas dimensiones que reúnen a 24 alumnos, cursos compartiendo el mismo espacio en un comedor improvisado en la biblioteca o una comunicación que deja mucho que desear son algunas de las denuncias que hacen los padres y madres afectados.
Denuncia de los padres por el estado del centro | Foto: @PiaCasca
Los problemas en el centro vienen de lejos, ya que hasta este curso los alumnos compartían el servicio de comedor con el albergue juvenil Florentino López Cuevillas, anexo a las instalaciones del centro educativo. Sin embargo, pese a que en los últimos años se había establecido un convenio entre la ANPA y Política Social, que gestiona este albergue, para compartir el comedor, en esta ocasión fue imposible repetir el acuerdo para este curso recién iniciado.
“Nos comunicaron que no firmaban el convenio y nos quedábamos sin comedor porque lo necesitaban para ellos”, lamenta la madre de uno de los alumnos de la clase afectada por el brote. La explicación que deslizaron desde el albergue es que en este escenario no podían compartir el comedor, aunque los padres precisan que los alumnos que requieren ese servicio no ocupan la totalidad del comedor y no utilizan las mismas entradas que los usuarios del albergue.
La única opción que ofrecieron a los afectados fue habilitar la biblioteca como comedor, aunque eso significaría dejar al centro sin biblioteca, además de que ese espacio no es lo suficientemente amplio como para alojar a todos los alumnos. “Tendríamos que juntarlos a todos”, admiten, algo imposible en este escenario de crisis sanitaria y tratar de seguir el protocolo “de la forma más estricta posible”.
Ante esto se tomó la determinación de que los alumnos de 5º de Primaria -la clase confinada-, además de otros cursos, comerían en su propia aula, mientras que los alumnos de los cursos de 1º, 2º, 4º y 6º sí se reúnen en la biblioteca para comer, lo que provoca que se rompa “el grupo burbuja”, algo que también ocurre con las horas de patio, donde los de 5º y 1º coinciden en el mismo horario. En ese sentido, “afortunadamente” el brote se declaró en un aula y no en la biblioteca, ya que eso podría implicar potencialmente a muchos más menores.
Por otro lado, la ANPA denuncia que por todas estas medidas el servicio de comedor se encareció casi 20 euros más. Con todo, una de las madres consultadas por este medio manifiesta que en lo relacionado al catering que se ofrece a los menores sí siguen el protocolo a rajatabla, aunque en las aulas durante las horas lectivas, por las dimensiones del centro, es imposible respetar algunas medidas como la distancia de seguridad, aunque el protocolo impulsado para Infantil y Primaria no recoge nada relacionado con la distancia de seguridad.
UN DESDOBLE IMPOSIBLE
El hecho de que no existan limitaciones en torno a la distancia es lo que permite a un curso como el de 5º del CEIP As Mercedes contar con una clase por encima de la veintena de alumnos. “Antes eran 25 –el número de alumnos máximo permitido–, pero con el inicio del curso un alumno se cambió de centro y se quedó en 24”.
“El almuerzo de media mañana se hace en el aula y sin mascarilla. Es algo que nos parece muy peligroso”, razona la madre de un alumno, que además sostiene que el aula no se ventila de forma correcta y deja muchas dudas de que esto se pueda hacer en los meses de invierno con la llegada de la lluvia y el frío. “Por mucho que se ventile pasan muchas horas allí y muy pegados”, explica, por lo que ese puede ser un entorno favorable para la transmisión de la enfermedad como así acabó siendo.
Un aula que, cabe recordar, no se decidió cerrar hasta el pasado jueves, cuando se evidenció la escalada de casos, aunque algunos padres ya habían decidido no enviar a sus pequeños al colegio después del primer positivo. “Nos negamos a correr ese riesgo hasta que no haya un estudio que nos indique qué pasó para este desastre”, recalcan. Por esto, desde el ANPA piden que se busquen soluciones como desdoblar los cursos de 4º y 5º para reducir el número de alumnos por clase. El problema es que no hay lugar en las instalaciones del centro para poder acometer ese desdoble. “Necesitaríamos tirar de la residencia”.
Por el momento, y por mor de los casos positivos que mantienen cerrada el aula de 5º, las movilizaciones para pedir soluciones al respecto se han parado, aunque los padres confían en retomar las protestas cuanto antes. “Las familias acabamos de registrar un escrito ante Educación exigiendo medidas inmediatas y un estudio que explique por qué motivo ocurrió esto, porque algo tuvo que fallar en un colegio tan pequeño con solo 180 alumnos”, comunica una de las madres afectadas por el cierre de un aula.
ORIGEN DEL BROTE
Galiciapress consultó a Sanidade y a Educación para conocer el origen de este brote y si se trata del primer brote dentro del ámbito escolar en Galicia y alegan que es imposible determinar si se pudo derivar de un brote de carácter familiar. “Los padres y los hermanos de muchos de los alumnos con coronavirus no dieron positivo en sus pruebas”, comenta.
Del mismo modo, algunos de los menores del aula clausurada que dieron positivo sí revistieron síntomas como fiebre y malestar general e incluso uno de los niños tuvo tos, mientras que las familias se encuentran en buen estado.
Este medio también ha charlado con la Consellería de Educación sobre las características de este brote y sobre los pasos a dar al respecto. “La Xunta está aplicando los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias cuando se detectan casos positivos de Covid-19 en personas vinculadas a centros educativos”. Al respecto, subrayan que en el caso de As Merecedes, como con los demás, se actúa “con la máxima diligencia y manteniendo una comunicación constante con los equipos directivos de los centros, a los que se les informa de los pasos a seguir, siempre de acuerdo con los protocolos sanitarios”.
Sobre la posibilidad de extender las medidas a otras aulas del centro o a la totalidad del complejo educativo desde Educación inciden en que en estos casos “la autoridad sanitaria va definiendo distintas medidas de aislamiento y cuarentena dependiendo de las características específicas y particulares de cada caso”, y que en el de As Mercedes, sin cambios en el número de personas afectadas, todavía no se han acordado más medidas.
POCA INFORMACIÓN CON LAS PCR
Entre los padres y madres del centro los reproches van dirigidos casi en su totalidad a la Xunta por la gestión de este caso, ya que la información que se ha trasladado a las familias en muchos casos es, cuanto menos, escasa. “No sabemos cuándo se va a reabrir el aula cerrada y el aula virtual todavía no funciona al encontrarse la profesora de baja”.
“Desde el colegio hacen lo que pueden. Están saturados. Pero estamos muy mosqueados con lo relativo a la coordinación y el asesoramiento con la sanidad, porque aunque hicieron pruebas a todos los alumnos de la clase al ser contacto directo con los casos positivos solo hicieron un rastreo (las autoridades sanitarias) a dos familias”, critica una de las madres afectadas.
En la misma línea, sostiene que solo reci bieron una llamada para hacer la PCR de los menores implicados de forma directa y que en muchos casos fueron los propios padres los que tuvieron que ponerse en contacto con las autoridades sanitarias para conocer el resultado de sus pruebas.
“Desde el jueves hasta el domingo por la noche sin saber si eran positivos o negativos porque no se ponían en contacto con las familias”, denuncian, en un caso similar al narrado por unos jóvenes de Boiro hace unas semanas y que pone en duda la eficacia de la comunicación del SERGAS para con los usuarios.
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