“Hay compañeros que han sufrido ataques de ansiedad; no les da la vida con estos horarios”
Los estudiantes de medicina de la Universidad de Santiago de Compostela no van a tomar un solo apunte más a partir de este 5 de noviembre. Representantes de la Asamblea Aberta de Medicina, plataforma convocante de la huelga, atienden a Galiciapress para profundizar en sus reivindicaciones, donde la incompatibilidad de horarios, las prácticas oficiales o el trato irrespetuoso de algunos docentes son los motivos para esta huelga que obliga a los futuros médicos de Galicia a colgar momentáneamente las batas blancas y ponerse el mono de trabajo para cambiar su carrera.
Los estudiantes de medicina de la Universidad de Santiago de Compostela no van a tomar un solo apunte más a partir de este 5 de noviembre. Representantes de la Asamblea Aberta de Medicina, plataforma convocante de la huelga, atienden a Galiciapress para profundizar en sus reivindicaciones, donde la incompatibilidad de horarios, las prácticas oficiales o el trato irrespetuoso de algunos docentes son los motivos para esta huelga que obliga a los futuros médicos de Galicia a colgar momentáneamente las batas blancas y ponerse el chaleco amarillo para cambiar su carrera.
Fachada de la Facultad de Medicina
El alumnado de la Facultad de Medicina de la USC anunció la semana pasado el inicio de una huelga indefinida este mismo martes para todos los alumnos, que rimero realizarán una sentada ante la fachada de la facultad a las 11:30 horas para luego volver a manifestar a las 14 horas, momento en que representantes de los estudiantes y de la universidad se reúnan para desbloquear la situación. Además, hay programado un “encierro nocturno” en la facultad.
Entre los motivos para la huelga, desde la Asamblea Aberta de Medicina destacan la “presencialidad excesiva” y la “incompatibilidad de horarios” como los dos elementos que pretenden combatir con esta huelga. “No es un problema de un año para otro, sino que hay una carga de trabajo progresiva y un gran salto entre 2º y 3º, momento en el que empiezan las prácticas y a muchos les resulta imposible compaginarlas con las clases, los trabajos y el estudio”, explican desde la asamblea, desde la que aseveran que esa carga de trabajo los somete a una gran presión. “Hay compañeros que han sufrido ataques de ansiedad porque no les da la vida con estos horarios”, denuncian.
Pero este no es un problema que afecte únicamente a los alumnos de 3º en adelante, sino que ya en el segundo año de carrera los estudiantes experimentan un desfase en los horarios. “Había días en 2º los que teníamos hasta 9 horas de clase”, recuerda una alumna que ahora cursa 3º. Por este motivo, la huelga es extensible a todos los alumnos “desde los de 1º hasta los de 6º”.
PRÁCTICAS Y GASTOS
El otro gran problema al que se enfrentan los alumnos es el destino de las prácticas, ya que tienen que realizar prácticas en centros de Atención Primaria y los centros compostelanos o próximos a la capital no pueden absorber la totalidad del alumnado. Por esto, muchos estudiantes se ven obligados a tener que desplazarse para poder realizar las prácticas.
“No hay centros suficientes y muchos tienen que irse a centros de salud lejos de Santiago. Pero si nos toca hacer las prácticas en Rianxo, nosotros tenemos que correr con los gastos para poder realizar esas prácticas”, lamentan.
“Algunos intentan hacer las prácticas en su localidad para ahorrar”, aseguran, aunque eso no siempre es sinónimo de éxito, ya que aunque consigan plaza en su propio pueblo “muchos tenemos que seguir pagando el piso en Santiago porque las prácticas no duran todo el año, por lo que entre desplazamientos y mantener el alquiler a muchos les resulta inasumible”.
Asimismo, no existen ayudas económicas para que los estudiantes puedan hacer frente a esos gastos derivados de la obligación de realizar las prácticas. De igual manera, también señalan que, además de que las prácticas son insuficientes en número, hay prácticas de algunas materias que no se imparten aunque fueron abonadas en la propia matricula. “Estamos pagando con nuestra matricula unas prácticas que luego no existen”, reclaman.
MEDIOS Y RECURSOS
En cuanto a los materiales, los alumnos denuncian que muchos de los instrumentos utilizados para las prácticas, y ponen de ejemplo los maniquíes que utilizan para las pruebas de punciones, están “desgastados” porque “pasan por demasiadas manos”. “Sí que parece que hacen un esfuerzo en reponer el material, pero es insuficiente. La aguja atraviesa los muñecos de prueba”, lamentan. Los maniquís con los que practican las maniobras de RCP, por ejemplo, también son insuficientes y sufren el desgaste al ser utilizados por tantos estudiantes.
Alumnos de Medicina de la USC | Foto: USC
PROBLEMA DE COMUNICACIÓN
La comunicación tampoco es todo lo fluida que podría ser. Los estudiantes denuncian una deficiente organización a nivel administrativo: errores en horarios oficiales, publicación de horarios oficiales después de la apertura del plazo de matriculación, problemas en las convalidaciones…Además, el delegado suele ser el intermediario para los alumnos entre administración y docentes, y desde la plataforma denuncian que los avisos “no siempre llegan al delegado” en tiempo y forma.
También en esa línea, los alumnos critican que el campus virtual y la cuenta de correo de la universidad se encuentran infrautilizados en comparación con el uso que hacen los profesores de otros grados, tanto en lo referido a los avisos como a la hora de hacer llegar el material de estudio a los alumnos.
“Algunos profesores achacan a que por problemas de derechos de autor no pueden subir apuntes al campus virtual, pero sí pueden ponernos textos o enlaces a escritos académicos como hacen en otras carreras”, subrayan. Además, aunque algunos profesores les reprochan que son ellos los primeros en no usar esas herramientas electrónicas, desde la plataforma contestan que es absurdo darles uso “cuando no sabes si hay alguien al otro lado que te pueda dar una respuesta”.
A su vez, admiten estar “sorprendidos” por la repercusión que ha tenido la huelga, a la que han respondido todos con una “gran acogida”. “Muchos profesores nos han animado a seguir con las protestas porque ellos mismos se ven afectados por este sistema. Para ellos también es una carga de trabajo importante ya que a algunos se les solapan los horarios”. Del mismo modo, los estudiantes que la falta de comunicación no es solo entre la administración y los alumnos, sino también entre los propios docentes. “Hemos estado semanas sin que se impartiera alguna asignatura porque el profesor al que le tocaba darla no sabía que el correspondía a él dárnosla”, explican con incredulidad.
Grazas a todas as persoas que estades connosco ao pé do canón e a todas as compañeiras que fan cartaces tan bonitos coma este♥️
— Asemblea Aberta Medicina (@AsembleaMed) November 4, 2019
Gracias a todas las personas que estáis con nosotras al pie del cañón y a todas las compañeras que hacen carteles tan bonitos como este❤️ pic.twitter.com/3WLXCz5ePT
TRATO IRRESPETUOSO
No obstante, también hay profesores a los que denuncian por lo que consideran “actitudes irrespetuosas de cara al alumnado como de cara a colectivos”, citando a las personas LGTBIQ o a los grupos étnicos como centro de esos comentarios irrespetuosos, así como comentarios machistas.
Desde la Asamblea se refieren a comentarios hirientes o, en ocasiones, con la “intención de humillar” a algunos alumnos. “Es imposible que sepamos todas las respuestas y en ocasiones hay profesores que afean las conductas de algún alumno en público, delante de toda la clase, como para que el resto se ría de él”, comentan.
Esas actitudes, que incluso califican de “superioridad”, también incluyen a los tutores clínicos, algunos de los cuales hacen comentarios que menosprecian a los pacientes potenciales por su clase social. “Nosotros somos médicos y vamos a atender a ricos y pobres por igual. Hay comentarios que sobran y que no se pueden hacer a un alumno”, subrayan desde el colectivo de estudiantes. “Esas actitudes”, sostienen, “influyen y desmotivan al alumnado”.
¿DISCRIMINACIÓN AL GALLEGO?
Por otro lado, desde la Asamblea también denuncian la “ausencia de la posibilidad de realizar el examen en gallego en muchas asignaturas, a pesar de ser idioma cooficial”. Aunque desde la plataforma comentan que no existe un impedimento explícito a la hora de coartar el derecho de los alumnos a expresarse en gallego, sí lamentan que hay una “ley no escrita” que antepone el uso del castellano. “Hay una gran discriminación al gallego”, lamentan.
— Asemblea Aberta Medicina (@AsembleaMed) November 1, 2019
Con todo, hacen hincapié en que algunos profesores “tratan de dar parte del temario en gallego y que te responden en el idioma en el que les preguntas”. Además, los apuntes que realizan de forma grupal y se pueden encontrar tanto en castellano como en gallego, “aunque para los alumnos de fuera de Galicia siempre intentamos utilizar el idioma en el que se sientan más cómodos”.
APOYO DEL DECANO
Desde el decanato de la facultad han admitido que muchas de las reivindicaciones de los estudiantes son lícitas y que están al tanto de algunos de los problemas que denuncian, como el absentismo de parte del profesorado. Desde la propia plataforma comentan recalcan que el propio decano, el catedrático Julián Álvarez Escudero, impartió alguna clase a alumnos de tercer cubriendo la ausencia de profesores para que los estudiantes no perdiesen esas horas. Además, el propio Álvarez denunció la situación que viven los alumnos “como catedrático” y no como decano de la facultad.
Desde la plataforma aseguran que aunque desde la universidad propusieron adelantar la reunión programada con los representantes de los estudiantes, los alumnos declinaron cambiar la fecha del encuentro porque muchos compañeros no podían asistir si no se celebraba en la data fijada. “Es hora de que nos oigan y de cambiar las cosas. La huelga y el parón se va a realizar sí o sí”, confirman. “Queremos aprender y no perder el tiempo. Trabajamos duro para ser médicos pero también queremos tener una vida propia”, sentencian los futuros médicos de Galicia, que antes de ponerse a salvar vidas quieren tener la suya propia.
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