La investidura abre grietas en el PSOE: Ábalos pierde la confianza de Sánchez
El presidente del Gobierno prefiere apoyarse en Iván Redondo, Carmen Calvo y Adriana Lastra para pergeñar su estrategia antes de que se agote el reloj de la investidura.
No todo son alegrías en el entorno del presidente. El fracaso de la investidura ha provocado un enroque de Pedro Sánchez con su círculo de asesores más íntimo. Pero en este "búnker" del Gobierno no caben todos: José Luis Ábalos, ministro de Fomento y hasta hace poco delegado del Gobierno en las negociaciones con Podemos, ha sido relegado de su posición tras el chasco del pasado 25 de julio.
Ahora son tres los máximos confidentes con los que cuenta Sánchez para planear sus próximos pasos. Por un lado, Iván Redondo, al que algunos en Ferraz contemplan como un paracaidista y recuerdan que es un mercenario de la política, capaz de asesorar sin rebozo a Partido Popular, Podemos y PSOE. Por otro lado, Carmen Calvo y Adriana Lastra, los rostros de Gobierno y grupo parlamentario que se prodigan en los medios detallando la estrategia de Moncloa.
Esta tríada, que algunos socialistas contemplan con reservas, será la encargada de aconsejar al presidente de Gobierno sobre cómo actuar antes del 23 de septiembre, cuando el "reloj" de la investidura llegue a su fin.
REDONDO MARCA LA SENDA
Sin embargo, es el jefe de Gabinete de Sánchez quien marca la ruta que debe seguir el candidato socialista para lograr ser investido. Iván Redondo se ha convertido en el cerebro de la operación de investidura; pese a que esta no se consumó, Sánchez no ha perdido la confianza en su "spin doctor" y espera que la ronda de encuentros con colectivos de la sociedad civil presione a Podemos para que termine cediendo en una nueva sesión de investidura a principios de septiembre.
Pese a que algunas fuentes citadas por Vozpópuli apuntan a que la relación entre Redondo y Calvo no es la mejor, Sánchez no se desmarca de la hoja de ruta planificada por su asesor áulico. Hoja de ruta que, además, coincide básicamente con el "manual de resistencia" sanchista: quien la sigue, la consigue.
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