Dicen que las prisas no son buenas. Las decisiones hay que pensarlas bien, medir sus consecuencias y calcular con quien se cuenta a la hora de llevar las propuestas al Parlament para que puedan ser aprobadas. Los tiempos son muy importantes en política, lo mismo que el diálogo y el consenso.
El nuevo gobierno de Pedro Sánchez -que tiene la intención de agotar la legislatura, si le dejan- ya ha empezado a decir algunas de las cosas que pretende hacer. La nueva ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, ha manifestado que "la reforma de la Constitución es urgente, viable y deseable", en un claro guiño al independentismo para escenificar que el talante de los socialistas es dialogante. ¿A qué precio?
Batet se olvida de que la reforma de la Constitución requiere del 75% de los votos de la cámara. Es más, debería hacerse con un gran consenso de todos los partidos políticos. En estos momentos, de prisa para el gobierno de Catalunya, con el enunciado de algo que se quiere hacer, no se van a conformar. Ni tampoco con la reunión que van a celebrar, aún sin fecha, el Presidente Sánchez y el presidente Torra. El dialogo va a ir sobre la independencia de Catalunya, la República catalana, y el resto del relato que gira entorno al monotema que todos conocemos. ¿Qué va a hacer Sánchez? ¿Cederá a las presiones? No puede, por muchas razones; sus barones territoriales -excepto Catalunya y Baleares- no están por la labor. Algunos de sus ministros, no apoyarían la decisión y lo dejarían plantado como un pino. Los votantes tampoco. El PP y Ciudadanos que han quedado muy tocados, mucho menos estarán dispuestos a que ocurra esto. ¿Entonces como piensa hacerlo?
Batet que es ya una política bregada, sabe perfectamente lo que está sucediendo en Catalunya y cuál ha sido la sensación de abandono en la que se han encontrado la otra parte de la ciudadanía que no es independentista. Hacer un guiño al independentismo es matar la ilusión y la esperanza que muchos de ellos han puesto en el nuevo gobierno. ¿Se va a abandonar a estos ciudadanos? ¿Quién los va a defender ? ¿La oposición?
Alguien dijo -no está claro la autoría de la frase- “el fin justifica los medios”. Eso puede ser una frase que utilizaron aquellos a los que le beneficia. El horno, ahora, no está para muchos bollos, porque cuando se generan expectativas, ilusiones y confianza en un proyecto y este resulta un engaño, los resultados pueden ser demoledores. Que Pedro Sánchez, presidente, no prometa cosas que no se pueden cumplir.
Decía Jean-Jacques Rousseau que: “El más lento en prometer es siempre el más fiel en cumplir.”
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