Para Vox y el PP, los socialistas están violando la Constitución al permitir que el Congreso vote la reforma del órgano del gobierno de los jueces sin que antes el Tribunal Constitucional valore los recursos judiciales de la derecha. Para el PSOE, los recursos de conservadores y ultranacionalistas son equiparables al golpe de Tejero y el 23-F. Entre tal tensión, Batet tira para adelante con el trámite y la mayoría que apoya al Gobierno la aprueba.
Tras la ronda de contactos, el Rey ha trasladado a la presidenta del Congreso que no hay ningún candidato que cuente con los apoyos necesarios para que la Cámara Baja le dé su respaldo.
Lo vivido ayer en el Congreso abre la puerta a que el PSOE pueda esquivar tener que pedir el apoyo explícito a los de Puigdemont o Junqueras. Este último podría ser suspendido, modificándose así la aritmética de los pactos.
Esta debería ser la legislatura en que nuestros senadores y diputados -pero sobre todo, Gobierno y oposición- pusieran los puntos sobre las íes para que todo el mundo tenga claro lo que puede o no puede saltarse de unas leyes más justas y consensuadas.
La candidata pactada por PSOE y Unidas Podemos, ha logrado un total de 175 votos, lo que implica que ha sumado también apoyos de PNV y de formaciones minoritarias como Coalición Canaria (CC), el PRC y Compromís.
Hacer un guiño al independentismo es matar la ilusión y la esperanza que muchos de ellos han puesto en el nuevo gobierno. ¿Se va a abandonar a estos ciudadanos? ¿Quién los va a defender ? ¿La oposición?