Hasta la semana pasada los grupos sanguíneos eran los que eran: A, B, AB y 0, con sus negativos y positivos. La complejidad de cada uno hace que cada tipo de sangre sea compatible o incompatible con un individuo u otro. Sin embargo, el último descubrimiento científico obliga a cambiar el sistema que se empleaba hasta hoy, aunque se trata de un tipo de sangre poco común.