Asistimos a la génesis y progresiva consolidación de un escenario de neofeudalismo en el que unos pocos "señores robots" podrían controlar los recursos de los nuevos "plebeyos autómatas".
No es lo mismo ir al 'bar de Manolo' a tomar un café y comentar el partido de ayer o el escándalo de turno, que coger un café en una máquina.