La Policía se deshace en elogios hacia la profesionalidad del narco gallego y señala que incluso tenía las matrículas de los coches de las fuerzas del orden. En el juicio su abogado, que también es el defensor de Puigdemont, Gonzalo Boye, presenta un documento de Colombia que lo eximiría de la acusación de blanqueo por la que le piden 9 años de cárcel. En opinión de Junts, no es un juicio, sino una operación de castigo político.
La Fiscalía Antidroga tiene en su mano señalar atenuantes en su acusación contra el letrado por rescatar una maleta con efectivo procedente del narcotráfico en Barajas.
El letrado, según la acusación, habría colaborado con los narcos gallegos en su intento de que la Policía no pudiese incautar parte del dinero negro que estaban moviendo hacia Colombia. El pleito sentará en el banquillo a otras 48 personas físicas, incluídas el famoso narcotraficante y el letrado, y a 5 personas jurídicas.
Se suele decir que la política cambia a las personas que se dedican a ella. Los cargos se empoderan de tal manera y sus egos les crecen tanto que llegan a tapar el Sol de sus vidas y les aparta del verdadero objetivo para los que fueron elegidos en las urnas: servir a la ciudadanía