Las altas temperaturas impiden a mucho conciliar el sueño durante las noches veraniegas.
Los efectos de no dormir adecuadamente pueden ser diversos y abarcan tanto el corto como el largo plazo. La falta de memoria y concentración, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, la propensión a la diabetes y la depresión son algunas de las posibles consecuencias de una falta de descanso adecuado.
Un descanso reparador no siempre depende del número de horas. Hoy día, las pantallas de móviles y ordenadores nos roban mucho descanso.
El fin de las vacaciones de verano y el inicio del nuevo curso pilla a muchos pequeños con los horarios habituales del sueño cambiados, lo que puede ser perjudicial para su desarrollo.
El mejor consejo que puedes recibir o dar es que, hagas lo que hagas, que al meterte en cama puedas dormir del tirón. Esa es una muy buena filosofía de vida…pero tan importante es el cómo como dónde dormir.
Una encuesta dice que solo un 6% puede permitirse dormir después de comer. En primavera es habitual dormir peor.
Dos de cada tres no llega a las ocho horas que recomiendan los expertos y lo más común es no pasar de siete, aunque no sean suficientes.
Un estudio suizo revela que "el sueño puede tener un efecto protector" para evitar secuelas y que los recuerdos sean menos dañinos.