Los datos ofrecidos por el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS), Manuel García de la Vega Sosa, revelan que una sesión con estos aparatos para furmar son el equivalente a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo, siendo un riesgo tanto para los fumadores como para los que los acompañan.