Tiburones en Galicia: hay unas 50 especies pero ¿representan algún peligro para el baño?
La aparición de un tiburón muy próximo a los bañistas en la playa de Porto de Bares en a Ría do Barqueiro se ha convertido en viral gracias a un vídeo. Con todo, lo cierto es que ver a estos animales cerca de la costa en Galicia no es algo excepcional ni, en principio, alarmante.
En la costa de Galicia los avistamientos más habituales corresponden a tiburón azul o tintorera (Prionace glauca) y tiburón peregrino (Cetorhinus maximus). Ninguna de las dos especies ataca a los bañistas con fines predatorios.
La tintorera (Prionace glauca), no supone un peligro significativo para las personas debido a su naturaleza tímida y su dieta, que se compone principalmente de peces pequeños y calamares. Aunque es uno de los tiburones más abundantes y se encuentra en todos los océanos templados del mundo, casi no hay regisgtros de incidentes con humanos. Los ataques a personas son extremadamente raros y suelen ocurrir en situaciones excepcionales, como cuando el tiburón está herido o se siente amenazado.
El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), como el avistado ayer en A Mariña de Lugo, es el segundo pez más grande del mundo y se alimenta exclusivamente de plancton. Este tiburón utiliza su enorme boca para filtrar pequeñas criaturas marinas del agua, y no tiene interés en los humanos como presa. Su comportamiento tranquilo y su preferencia por aguas ricas en plancton lo hacen inofensivo para las personas. Además, debido a su naturaleza lenta y su falta de dientes afilados, no representa una amenaza física directa.
Otra cosa es su volumen. El tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) puede alcanzar un tamaño impresionante, llegando a medir hasta 12 metros de longitud, aunque la mayoría de los individuos adultos suelen medir entre 6 y 8 metros. El que se avistó esta semana en la Ría de O Barqueiro, en puerto de Bares, tendría unos dos metros. Dado su tamaño, mejor mantenerse alejado.
Ahora bien, no todos los tiburones avistados en el país son de estas especies, ni mucho menos. Es más, Galicia disfruta una notable diversidad de tiburones. Los expertos señalan que hay en torno a 50 especies, lo que implicaría, aproximadamente, el 10% de todas las identificadas en el planta.
Además de las dos especies ya citadas, son relativamente frecuentes el cazón (Galeorhinus galeus), un depredador oportunista, la pintarroja (Scyliorhinus canicula), el tiburón más abundante en la región. Ninguno de los dos supone un peligro para los humanos.
El tiburón blanco sí está presente pero sus avistamientos son extraordinariamente raros
¿Esta importante diversidad implica que está presente el tiburón blanco, el más temido de estos animales después del mito construído por las películas de la serie Tiburón? Sí, aunque es muy infrecuente.
En los años ochenta hubo biólogos que afirmaron haber visto tiburones blancos capturados en anzuelos de las artes de palangre de la flota coruñesa. No hay pruebas fotográficas. No fue hasta septiembre de 2021 que saltó la noticia del primer registro claro de tiburón blanco en aguas de Galicia.
José María Méndez Laza retrató un ejemplar adulto en un vídeo grabado en Punta Langosteira -entre A Coruña y Arteixo- en el que se veía una aleta dorsal cortando la superficie junto con unas fotos donde se apreciaba claramente la cabeza de un tiburón blanco (Carcharodon carcharias).
Pese a esto, no se puede decir que Galicia es una zona de paso de tiburones blancos, las evidencias son muy puntuales en un país que dispone desde hace siglos de una enorme flota que realiza una intensísima actividad pesquera. Si hubiese tiburones blancos con cierta frecuencia, habría capturas accidentales o varamientos y no hay más registros que los citados, es decir, dos en cuarenta años.
El tiburón blanco tiene mala fama porque es de los más peligrosos para los humanos debido a su tamaño, fuerza y comportamiento depredador. Con una longitud que puede superar los 6 metros y un peso de más de 2 toneladas, posee mandíbulas poderosas y dientes afilados diseñados para desgarrar la carne de sus presas, que incluyen mamíferos marinos como focas y leones marinos.
Ahora bien, los ataques a humanos son raros y generalmente no intencionales, a menudo surfistaque los tiburones blancos suelen morder para investigar y luego liberan. Eso sí, la gravedad de sus mordeduras puede ser significativa, incluso mortal, debido a su potencia y tamaño.
La frecuencia de avistamientos es mayor en las las Rías Baixas. En concreto, la ría de Pontevedra no es infrecuente ver tintoreras, pues a veces se aproximan a los arenales, donde a veces varan.
En definitiva, con todos estos datos sobre la mesa, que no cunda el pánico. Si este verano alguien ve una aleta de tiburón navegando entre las olas de una playa gallega no está asistiendo a nada excepcional ni, salvo algo extraordinariamente excepcional, dado que no hay ningún registro histórico de ataques, peligroso.
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