La mitad de los gallegos tarda una semana o más en lograr cita con su médico de familia
Los últimos resultados del Barómetro Sanitario que todos los años publica el Ministerio de Sanidad dejan una imagen agridulce para la atención primaria del SERGAS. Por un lado, la mayoría de los pacientes dicen estar satisfechos pero por otro lado hay descontento con el tiempo de espera para ver al médico. De hecho, hay un porcentaje muy relevante de enfermos que admiten que acaban en los servicios de urgencias e incluso un 8% que termina pagando a la privada.
Lo más preocupante es que el grupo con más peso es el que denuncia haber esperado 11 y más días. El porcentaje de los que asegura haber esperado más una semana o más roza el 50%. Solo el 18% ha logrado tener cita el mismo día o el día siguiente que lo pidió.
La media de espera para ver al médico de familia en Galicia es de 7,59 días. Es una espera ligeramente mejor que la media estatal, que sube hasta 8,6. Donde más se espera es en Andalucía y Cataluña, con una media superior a diez días. Donde menos, en País Vasco y Navarra, aproximadamente cinco días. Galicia se sitúa en una posición intermedia.
Uno de los aspectos que peor valoración suscita es el tiempo que le dedica el médico a cada visita, pues recibe una nota de 6,8 sobre diez. Es una ligera mejora respecto al año anterior pero aún así algo por debajo de la media española, aunque las diferencias son pequeñas. Lo que está claro es que la satisfación con esta variable ha caído tras la pandemia, parece que los galenos tiene menos tiempo, o al menos eso le parece a sus pacientes.
El tiempo es justo, pero al menos la confianza y seguridad que transmite el médico es algo mejor. Son ya varios los años en el que los gallegos puntúan con una de entorno al 7,7 este aspecto. Es también una cifra también similar, aunque ligeramente inferior, a la española.
Pese a estos problemas, la mayoría de la población aprueba la atención recibida. De hecho, la nota media es de un 7,7, similar a la estatal 7,8. Más del 80% califica la atención recibida como buena o muy buena. Con todo, un 25% opina que "necesita cambios fundamentales, aunque algunas cosas funcionan". Aunque es muy minoritario, el procentaje de gallegos que opina que "Está tan mal que se necesitaría rehacerlo" se ha disparado en los últimos ejercicios.
Por servicios, los especialistas son los peor valorados. La atención primaria recibió una calificación de 6,31, mientras que los servicios de Urgencias obtuvieron un 6,47 y los especialistas un 5,89. Por su parte, la asistencia en hospitales públicos fue valorada con un notable, alcanzando un 7,39.
¿Por qué se saturan las urgencias?
Cuando hay colapsos en las urgencias del SERGAS, tanto urgenciólogos como gestores del SERGAS -dos colectivos a menudo enfrentados- coinciden en pedirle a la población que no vaya a los hospitales salvo que su dolencia sea realmente una urgencia que no puede esperar.
Las cifras del barómetro demuestran que, efectivamente, detrás de los atascos en las urgencias de la sanidad pública están, en cierta medida, ciudadanos que recurren a esta solución porque llevan demasiado tiempo esperando por una cita en el centro de salud.
Así, el 23% de los encuestados señala que ha tenido problemas para consultar por síntomas o enfermedades con su médico/a de familia de la sanidad pública.
El motivo principal para esos problemas son las listas de espera. El 28% señala que “Le dieron cita para muchos días después pero ya no fue necesaria la visita o la consulta” y el 38% que “le dieron cita para muchos días después y se fue a urgencias”.
Resumiendo, uno de cada cuatro gallegos que quiere ver a su médico de cabecera tiene problemas y de ese porcentaje casi un tercio acaba en las urgencias hospitalarias. Un 8,4% recurrió a la sanidad privada para recibir la atención necesaria, lo que apunta a que la sanidad pública no cumple su función básica en un porcentaje relevante de los casos.
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