El "mareo" de Jácome a los funcionarios: "Compañeros en los pasillos, sin mesa y sin saber qué demonios tenían que hacer"
Los vaivenes a los que Gonzalo Pérez Jácome ha sometido al cuerpo de funcionarios del Concello de Ourense va camino de transformarse en una huelga histórica en la ciudad con el Plan de Estabilización como telón de fondo de una profunda crisis que los funcionarios arrastran desde hace meses con el polémico regidor. Los sindicatos han aprobado la convocatoria de la huelga y Javier Novoa, presidente de la junta de personal y portavoz de CSIF, explica para Galiciapress los muchos motivos que tienen los trabajadores para secundar este paro que puede bloquear por completo a la ciudad de As Burgas.
Hace unos días los sindicatos CSIF, CC.OO., S.P.P.M.E., UGT y CIG llamaron a los trabajadores del Concello de Ourense a secundar una huelga que, hoy por hoy, parece inevitable en un consistorio tan tensionado como el de la ciudad termal. La propuesta, que todavía está pendiente de ser ratificada por la asamblea de trabajadores -algo que sucederá, previsiblemente, en las próximas semanas-, ha tenido una buena cogida. Con todo, como fecha orientativa, el día anunciado en estos momentos es el 31 de octubre, si bien "puede comenzar antes o un poco después", algo que "depende de la decisión de los trabajadores".
"ESTO TENÍA QUE ESTALLAR POR ALGÚN LADO"
Javier Novoa, de CSIF y presidente de la Junta de Personal, explica sus sensaciones ante un paro que lleva sobrevolando sobre la ciudad durante mucho tiempo. Jácome reeditó su liderazgo al frente del gobierno municipal en mayo de 2023 en unas elecciones locales en las que necesitó de nuevo del PP para retener el bastón de mando. Desde entonces, la deriva en el consistorio no ha hecho más que acrecentarse mientras se acumulan las polémicas en torno al mandatario.
"Llega un momento en el que, con este alcalde, esto tenía que estallar por algún lado. No tiene diálogo, no hay negociación...se están fiscalizando nóminas correspondientes a abril de 2023", lamenta Novoa, que espera "no llegar a ese extremo" y evitar la huelga, al tiempo que pide "cordura" por las partes implicadas porque "la huelga va a perjudicar a los ciudadanos".
Novoa refiere que "han sido muchas las gotas" que han hecho desbordar el vaso, como las denuncias por acoso y coacciones contra Jácome o los retrasos en los pagos que acumulan profesionales como policías o bomberos desde febrero, pero la última ha sido los bloqueos constantes del Plan de Estabilización, que "ya está negociado", con las bases publicadas desde 2022 y que debería cristalizar en lo que resta de 2024, con el 31 de diciembre como fecha límite. Son más de un centenar de trabajadores del Concello de distintos servicios los que están pendientes de este Plan que Jácome ha intentado renegociar sin éxito.
FUNCIONARIOS, LA "MONEDA DE CAMBIO" DE JÁCOME
Desde CSIF subrayan que "nadie sabe qué puede pasar" si no se inicia el proceso antes de la fecha acordada, aunque Novoa incide en que "han tenido tiempo para convocar el proceso, y necesita tiempo para llevarse a cabo". "A no ser que este año tenga 500 días, no llegamos a tiempo", ironiza.
"Esto ya se negoció. Estamos en octubre y no tiene lógica que ahora quieran cambiarlo", insiste Novoa sobre la posibilidad de un nuevo encuentro entre los actores implicados para desbloquear el Plan de Estabilización, que los sindicatos demandan que se cumplan tal y como se pactó en un primer momento.
Pero, ¿por qué se ha dilatado tanto en el tiempo? ¿Qué intereses pueden existir para que no se lleve a cabo? A juicio de Novoa, todo tiene que ver con los difíciles equilibrios existentes en un gobierno municipal donde Jácome está absolutamente aislado del resto de fuerzas, que han dado su apoyo público a los huelguistas. Democracia Ourensana depende de otros votos para sacar adelante la aprobación de los Presupuestos o de otras cuestiones de financiación, como se ha visto en los últimos meses con las modificaciones de crédito. Para Novoa, Jácome ha utilizado a los trabajadores "como elemento de presión" y "moneda de cambio" ante la oposición para sus intereses políticos, llamando "enchufados" a los funcionarios públicos.
"Creo que es una medida de presión, de fuerza, porque sino no tiene objeto", valora Novoa, que no ve que existan otras cuestiones que apoyen el empecinamiento de Jácome en tratar de renogociar el plan. Hasta la fecha el líder de Democracia Ourensana no ha hecho más que porfiar en su intento de que no se produzca tal y como se acordó, por lo que algunos funcionarios ya han presentado ante la Justicia sus denuncias por la "inacción" del Gobierno municipal.
Se añade así otro litigio al historial judicial del regidor auriense, que no puede tener peor imagen entre los trabajadores. Novoa censura la imagen que "la persona que tiene que respresentar a Ourense" proyecta en cada ocasión, con el ejemplo de uno de los últimos plenos "donde dijo, literalmente, que 'Por mis cojones esto es así; yo me quedé alucinado de que hable así la persona encargada de proyectar a la ciudad".
TRABAJADORES PERDIDOS EN LOS PASILLOS
Los trabajadores se encuentran hoy en un ambiente hostil para desarrollar su labor. Sin ir más lejos, Novoa recuerda todos los cambios que se han sucedido en cuestión de un año, con los cambios de funcionarios de un área a otra, lo que ha provocado un deterioro claro de los servicios porque "los trabajadores tienen que acostumbrarse a sus nuevas funciones cuando los trasladan".
"Hay trabajadores que se han movido en casi todos los servicios y no de manera escalonada. Cuando hay estos cambios necesitan de un tiempo de aclimatación, porque cambian los procesos, los compañeros... Si haces todo esto de golpe, el servicio se frena, y esto afecta al ciudadano", critica Novoa.
En esa línea, reprende los "cambios a dolor" que se han dado desde septiembre del año pasado, provocando situaciones tan desconcertantes y caóticas como "funcionarios en los pasillos, sin mesa para trabajar y sin saber qué demonios tenían que hacer, sin saber si podían trabajar o irse para casa". "Es un caos organizativo y los hemos vivido", reitera Novoa, que asume esta clase de estampas como "el pan de cada día" en el Concello de la ciudad termal.
A falta del visto bueno de la Subdelegación de Gobierno, este 10 de octubre comenzarán las protestas con una movilización en la plaza mayor coincidiendo con la Junta de Gobierno de Ourense. También el miércoles 16 a las 20 horas esperan celebrar una protesta ante la Subdelegación de Gobierno y repetir la demanda al día siguiente también con motivo de la Junta de Gobierno de Ourense, todo ello pendiente de que sean ratificadas por la junta de trabajadores y siempre con un tono "pacífico, sin follones, siendo reivindicativos para mostrar la situación en la que se encuentran los funcionarios".
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