¡Cambiar para que nada cambie!

“Vengo de un silencio, antiguo y muy largo, vengo de un silencio que no se resigna;
vengo de un silencio que la gente romperá, vengo de una lucha sorda y constante”. 
Ramon Pelegero i Sanchis (Raimon), Xàtiva, 02/12/1940, cantautor valenciano.

Después de la últimas elecciones autonómicas, donde el PP volvió a tener mayoría absoluta, llegan los cambios en la estructura de la Consellería de Sanidade. La más importante es la integración del SERGAS en la estructura de la propia Consellería. El presidente Rueda cambia a los cuatro cargos más importantes, desde el conselleiro (ya van por el 5º…) hasta las direcciones generales, tanto de Asistencia Sanitaria (adiós al ínclito Aboal), de Recursos Económicos y de Recursos Humanos. Un cambio en toda regla, que se produce después de múltiples movilizaciones de diferentes entidades relacionados con el Sistema Sanitario, pero sobre todo de la Plataforma SOS Sanidad Pública de Galicia.

Al frente de la Consellería, Antonio Gómez Caamaño, médico relacionado con la actividad hospitalaria, pues ejerce en Oncología Radiológica, muy vinculado con el gran aparataje y con los medicamentos oncológicos, caros y muy influenciado por los laboratorios que los producen.

Tendremos que darle los 100 días de rigor, pero las perspectivas no son buenas. El problema fundamental de la Sanidad Pública en Galicia es la Atención Primaria y la falta de recursos empleados por el PP para resolver la falta de profesionales, punto básico del mal funcionamiento de la misma, con listas de espera impresentables y con plazas MIR sin cubrir (las de “difícil cobertura”). El PP de Galicia se empeña en solicitar un MIR Extraordinario, cuando no es capaz de cubrir las plazas que se ofertan en cada convocatoria: 42 en el 2022/23 (una de cada cinco quedaron sin cubrir). Pedir que se oferten más es una forma de meterse con el gobierno central y de echarle las culpas de su propia inoperancia.

Cuáles son los porqués de la no adjudicación de unas plazas que en tres años serían en propiedad: evidentemente, los bajos salarios, la inestabilidad en el trabajo y la precariedad laboral. Cupos masificados, no sustitución de compañeros que hacen que las consultas se hagan interminables y con muy poco tiempo por persona, con lo que la calidad de la atención se ve resentida día a día.

El prestigio de la profesión de Médico de Atención Primaria y Comunitaria tampoco es el más boyante en este momento y así lo ven los alumnos que rotan por los pueblos para hacer las prácticas que siempre dicen que a labor que se realiza es la más importante del Sistema, pero el día a día es muy complicado, por la complejidad de los casos y la masificación de las consultas. El tema de que para ser “médico de pueblo” tienes que saber de todo hace atractiva la profesión, pero son los condicionantes que debería poner el contratador, que con los recortes año a año, hacen que la precariedad sea lo que más se vé cuando hacen las prácticas.

Si el Sistema en general está mal, la consulta del día a día en AP está peor. Sabemos que el gasto por persona en la Galicia en Sanidad es el segundo más bajo de todo el estado español (solo Madrid invierte menos) y sabemos también que en la AP se invierte el 12,3% del presupuesto total de la Sanidad, cuando la OMS recomienda el 25%. Y nos preguntamos: ¿por qué no se le hace caso? Todo lo que se invierte en prevención y en atención a gente cuando el problema es resoluble en AP, se complica con los tiempos de espera que se hacen impresentables para quien los padece.

Según el Ministerio de Sanidad en Galicia estamos de 4º por la cola en gasto farmacéutico sobre el total del presupuesto sanitario. Una de las razones es el poco tiempo que se tiene para valorar a los pacientes debido la presión asistencial. Además, la Xunta incorpora como inversión en AP las partidas destinadas al pago de recetas sanitarias cuando éstas deberían computar como gasto farmacéutico lo que indica que en AP todavía se invierte menos del presupuesto el incluir este gasto.

El nuevo equipo de la Consellería de Sanidade y del SERGAS tienen muchos problemas por resolver (si quieren...y su estrategia se lo permite). Llevamos en la AP perdiendo médicos año tras año. Según el INE, del 2022 el 2023, se perdieron 39 facultativos. Tendrán que finalizar la política de recortes y actuar sobre el tema principal que es la falta de profesionales que quieran trabajar en la Galicia. Devolver a la pediatría a los ayuntamientos a los que se la quitaron. Los nuevos administradores lo tienen en su mano...¡y nosotros que lo veamos!